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Crónicas de un encierro: la vida en Italia en tiempos del COVID-19

18 de Marzo de 2020 11:37am
Italia

Massimo Terracina

Italia es, actualmente, un país congelado. El coronavirus nos atrapó rápidamente y, tal vez, esa situación temprana, en comparación con el resto del mundo, será un factor que nos librará de consecuencias más letales.

Escribo estas líneas desde mi escritorio en casa, donde estoy confinado desde el lunes pasado y así será hasta el 3 de abril, pero probablemente ese día no será el final de todo, sino solo un paso intermedio para prolongar la cuarentena, pues la cifra de muertos por la epidemia de coronavirus en Italia trepó en las últimas 24 horas en 475 más.

Fuera de casa es como un "escenario de posguerra". Los hospitales están llenos, colapsando bajo el aumento constante de personas afectadas que necesitan estar en terapia intensiva, las máscaras sanitarias y los guantes ya no están a disposición, la gente se volvió loca.

Algunos están siguiendo las instrucciones sanitarias, otros simplemente las están ignorando, pues no entienden que es una pandemia, no solo una gripe como se dijo anteriormente. Y solo un individuo infectado puede volver a comenzarlo todo.

Dicen que el paciente "cero" era alemán, pero Italia ha sido el primer país, junto con la nave nodriza, China, en infectarse de manera masiva. ¿Pero a quién le importa? El objetivo ahora es recuperarse. ¡Tan pronto como sea posible!

Permítanme decir que es una pesadilla que se extenderá por todo el planeta, cruzando el océano y llegando a los lugares más remotos de la Tierra.

Estamos en peligro, pero más que esto, el sistema está en peligro. La economía italiana está doblada. El turismo, especialmente, como en todo el mundo, está sufriendo un tremendo golpe que no tiene comparación con ningún otro suceso del pasado, ni el 11 de septiembre, ni la Guerra del Golfo, ni la crisis de Lehman Brothers.

El turismo se ha afectado en demasía. Las líneas aéreas han dejado en tierra los aviones, los huéspedes han cancelado reservas y los hospitales han alcanzado la capacidad máxima. Nos enfrentamos a una crisis actual para reconocer que "este año bisiesto es un año muy malo".

Pero somos positivos, sabemos que después de toda la crisis surgirá algo nuevo. Hubo 12 mil agencias de viajes en Italia, recientemente se redujo a 8 mil, debido a las evaluaciones del mercado, pero se doblarán más. Y también la situación entre el operador turístico no es tan diferente. Muchos no soportarán el golpe.

Los hoteles, restaurantes, bares, guías de viaje, bed and breakfast, aerolíneas (recientemente Air Italy cerró las operaciones) no funcionarán durante mucho tiempo, y la preocupación es absolutamente legítima.

No habrá ninguna ayuda gubernamental que pueda evitar una nueva era difícil en el turismo italiano (principalmente entrante, pero también saliente).

En estos días terribles hay esfuerzos espontáneos para sostener la moral: flashmobs, ayuda recíproca, redes sociales y eventos para tuitear. Pero la verdad es que debemos continuar, de una forma u otra.

Ahora es el turno del resto de Europa para enfrentar lo que experimentamos primero. Lamentablemente, TODOS estamos en el mismo barco. Lo único que podemos hacer ahora es permanecer aislados, evitar contactos para evitar la propagación del virus que, en mi humilde opinión, estaba absolutamente subestimado, y será doloroso en el futuro.

La esperanza sigue en pie.

 

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