Viajar, cada vez más fácil y barato

22 de Marzo de 2018 1:06am
editor
Viajar, cada vez más fácil y barato

A cada minuto despegan 70 aviones de pasajeros en el mundo. Más de 10 mil aeronaves rompen simultáneamente los cielos y a bordo de ellos, cerca de 1,5 millones de personas se desplaza permanentemente de un lugar a otro del planeta.

Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), un billete de avión cuesta hoy menos de la mitad de lo que costaba en 1999.

Por su parte, John Leahy, director de ventas de Airbus, afirma que en la actualidad más de la mitad de los turistas se mueven en avión y se prevé que para 20136 la cifra ronde loa mil millones.

Además, aparece la irrupción de Internet en la vida de la gente, los móviles y el boom del low cost (el mercado de los vuelos de bajo coste) en la última década que ayudan a crear unas condiciones para la movilidad como nunca antes.

Y cuando parecía que todo estaba inventado en el transporte low cost, empresas como FlixBus hacen popular el bajo coste en los autocares, que conecta 1.200 destinos en 26 países europeos y ya ofrece 15 líneas desde España.

“La facilidad en los desplazamientos se ha convertido en un cuasi derecho social, como la salud o la educación, o en un bien público, como el agua o la electricidad, del que nadie debiera ser privado”, y ello, a decir del sociólogo francés Georges Amar, devela una nueva concepción del viajero, quienes en los tiempos modernos suelen calificarse como homo mobilis en la nueva era de la movilidad.

SÍ PERO…

Viajar es cada vez más fácil y barato; sin embargo, esto trae consecuencias. Durante la Cumbre de Ministros de la OMT y la WTM, que tuvo lugar en noviembre de 2017, conceptos como la saturación turística estuvieron al centro del debate en un conclave que se propuso sentar bases para un turismo sostenible.

El exceso de turistas amenaza el bienestar de ciudades como Berlín, Venecia o Ámsterdam. Sus habitantes sufren turismofobia. Varios medios, dedicados a la difusión de noticias sobre turismo, ventilaban a finales del pasado año que Ámsterdam, ciudad que recibe cerca de 18 millones de visitantes anuales, acababa de prohibir la apertura de nuevas tiendas para turistas en el centro, un gesto con el que trata de evitar que los locales de recuerdos y de comida rápida se desplacen a los comercios tradicionales.

El índice de saturación turística, entendido como el producto de la proporción entre el número anual de turistas y la población de residentes y entre los ingresos del turismo y el producto doméstico bruto, es un concepto que comienza a preocupar para un sector que exhiben cifras de 1.200 millones de turistas internacionales en 2016 con grandes posibilidades de alcanzar los 1.800 millones en 2030.

Sin embargo, cuando media el progreso de un sector como el turismo, se vuelve más peligrosa la gestión insostenible que el crecimiento desacelerado. “El verdadero desafío está ahí, en saber gestionar la creciente demanda y el fomento de la sostenibilidad del sector en lo que respecta a sus tres pilares: el económico, el social y el ambiental”, concuerda la OMT.

 

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