El turismo comunitario se abre paso en el Caribe

El turismo comunitario se está ganando un lugar privilegiado frente a fórmulas estandarizadas del “todo incluido” que promocionan las grandes cadenas hoteleras.

Según un estudio sobre las preferencias del visitante de establecimientos de turismo rural, de la Universidad Pública de Navarra, cada vez con mayor frecuencia, los turistas arriban a su destino con la intención de conocer desde la cotidianidad de los nativos las particularidades propias del lugar: sus recursos naturales, su cultura, sus historias, sus trabajos, sus comidas.

Para los interesados en practicar el turismo rural comunitario, Alba Sud,  una asociación catalana especializada en investigación y comunicación para el desarrollo fundada en Barcelona en 2002,  publicó recientemente el primer Catálogo Latinoamericano para dar a conocer el continente de la mano de comunidades rurales organizadas.

El Catálogo incluye propuestas de tour-operadoras especializadas en este tipo de actividad en quince países de América Latina, en concreto: Origins en Argentina; Travolution en Chile, Retos al Sur en Uruguay; Tusoco en Bolivia; Pachamama y Coclatours en Perú; Runa Tupari en Ecuador; EstaçaoGariraba y Red Tucum en Brasil; Panamá al Natural en Panamá; ACTUAR en Costa Rica; Matagalpa Tours en Nicaragua; Toururales en El Salvador; Reservaciones La Ceiba en Honduras; Viva Atitlán en Guatemala; Totonal en México y Jurutungo en Puerto Rico.

Cada país dispone de dos o más itinerarios modelo, acompañados de la información de contacto del operador, higlights principales de la nación e informaciones de interés para organizar el viaje.

Este tipo de iniciativas, específicamente en América Latina y El Caribe cobra un importante valor puesto que en la región un número grande de comunidades han creado una oferta turística propia. Es decir, un Turismo Rural Comunitario donde las organizaciones comunitarias deciden cómo llevar a cabo la actividad turística y cómo se distribuyen los beneficios que provienen de esta actividad.

El Turismo Rural Comunitario se refiere a un turismo encaminado a diversificar y complementar las economías rurales, sin abandonar otras actividades fundamentales para los territorios como los son la agricultura, la ganadería, la pesca, la artesanía o la gestión forestal.

Apostar por esta nueva modalidad de recreación y ocio en zonas rurales supone volcar obligatoriamente la mirada sobre cuestiones de sostenibilidad. Conservar las riquezas naturales y culturales de cada región o comunidad, factores determinantes para el crecimiento económico, exige dirigirse con estricto respeto hacia la naturaleza, la cultura y la gente.

Para sustentar lo anterior, el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural y la Oficina Regional de la FAO para América Latina y El Caribe entienden que el turismo, como actividad dinamizadora que genera beneficios en las localidades donde se desarrolla responsablemente,proporciona verdadero crecimiento económico siempre y cuando se realice de forma equilibrada

La problematización del término y su vínculo con las realidades comunitarias debe concebirse siempre desde la planificación y uso consciente del recurso natural y la acción conjunta entre los sectores público, privado y comunitario.

A partir de datos de la Federación Plurinacional de Turismo (FEPTCE), la autora Stella de la Torre en su artículo Turismo comunitario, ¿otro sueño inalcanzable? afirma que el turismo rural a escala mundial representa un mercado aproximado de entre 7 y 10 millones de turistas anuales, lo cual se traduce en el 1% del total de turistas en el mundo.

En América Latina, específicamente en Ecuador,según estadísticas oficiales que ofreciera en 2012 el Ministerio de Turismo de esta nación,  el 1,3% de turistas no residentes realizaron actividades de turismo comunitario, frente al 2,5% de visitantes nacionales que visitaron Centros de Turismo Comunitario; es decir, uno de cada diez turistas extranjeros y dos de cada diez turistas nacionales realizan turismo comunitario se colige que el mercado interno demanda más actividades turísticas comunitarias.

Según Ernest Cañada, coordinador  de Alba Sud, entre los aportes más significativos que brinda el turismo comunitario destacan  la diversificación productiva, creación de empleo y generación de recursos económicos directos; mantenimiento de propiedades y mejora de infraestructuras;  dinamización de la economía local; democratización del acceso a espacios rurales; protección del medio ambiente; nuevas relaciones entre géneros; oportunidades de enriquecimiento cultural.

La inserción de nuevos términos y maneras dentro de la industria del ocio evidencian la evolución de un sector turístico que continúa manifestando sus tendencias expansivas a nivel mundial en términos cuantitativos y económicos, dígase turistas, pernoctaciones, ofertas, ingresos, inversiones.

Esta situación, en palabras de la licenciada Tania Chévez Fuentes, promotora turística en Ecuador,  favorecerá en mayor medida a las áreas, países y destinos emergentes, tal y como es el caso de la región de América Latina y el Caribe, siempre y cuando la planificación de las actuaciones responda a las nuevas exigencias de la demanda y a la necesidad de una gestión racional y operativa.