El mercado chino y las TIC marcan el futuro

El Caribe se adentra en la temporada alta 2018, con predicciones de superar entre un dos y tres por ciento de visitantes la cifra récord de 30.1 millones de turistas en 2017, que arribaron a sus costas ese año, a pesar de los eventos meteorológicos del citado ejercicio, según cifras de la Organización Caribeña de Turismo (CTO).

Junto a la restauración y construcción de otras capacidades de hospedaje y servicios, la apuesta al alza implica políticas principalmente para captar mayores visitantes de China, uno de los mercados emisores fundamentales en el futuro inmediato, así como una mayor aplicación de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC).

La concepción de especializar la atención al turismo del gran país asiático, es acompañada  como nunca antes, con la voluntad gubernamental de un creciente número de países de la región.

Tales son los casos de Panamá, República Dominicana, Cuba, Antigua y Barbuda, Trinidad Tobago, Costa Rica, Guyana, y El Salvador vinculados a la llamada  Ruta de la Seda, así como a otros proyectos de colaboración e inversión de China, esencialmente en obras de infraestructuras y relaciones comerciales.

La industria turística del Caribe mira hacia el mercado emisor chino, que en 2030 elevará a la condición de clase media y potenciales visitantes a 480 millones de sus  ciudadanos, un 35% de la población, según un pronóstico la revista The Economist, referidos por ABC digital.

El” tsunami” chino

Actualmente alrededor de 130 millones vacacionistas de China  recorren cada año el mundo, lo que afianza a ese país en la lista de los 10 mercados emisores con más gastos turísticos, seguido por EE.UU Alemania, el Reino Unido, Francia, Canadá, Corea del Sur, Italia, Australia y Honk Kong, según datos correspondientes al año 2016 divulgados  por la Organización Mundial del Turismo (OMT).

Cuba tiene en China su mayor socio comercial y recibió  a  50 000 visitantes de esa nación el pasado año, cifra que mantiene una tendencia a incrementarse por la aplicación de una política  que incluye especializar la atención a ese segmento, con un mayor conocimiento de sus gustos e idiosincrasia e idioma.

Además en la mayor de Las Antillas se proyectan nuevas iniciativas y acciones para acrecentar la inserción de los turistas en el panorama de tradiciones y cultura del país, como un esfuerzo por alcanzar la meta de las autoridades turísticas de al menos llegar o acercarse a los 5 millones de vacacionistas en 2018.

Por otra parte, la República Dominicana estableció relaciones con China en mayo del presente año y recientemente el presidente de esa nación, Danilo Medina, visitó la nación asiática, con una agenda que incluyó entre sus proyectos  establecer una  dinámica relación económica y de colaboración, que contiene  la perspectiva de captar 420 mil turistas por año.

Cuba y República Dominicana  se encuentran entre los principales destinos del Caribe  e instauran alianzas para complementar su gestión turística con el multidestino, lo que aporta un nuevo incentivo al largo viaje de Asia al Caribe y beneficia a toda la región.

Compartir el turismo chino en países caribeños también es posible por la progresiva incursión de las aerolíneas de ese país en toda la región americana, con establecimiento de nuevas rutas hacia México, Cuba, Panamá y República Dominicana, lo que aporta una mayor conectividad para el flujo de visitantes.

Mientras, México mantiene su sitial puntero y clasifica como uno de los 10 países más visitados del mundo con 39.3 millones de visitantes anuales, según la Organización Mundial del Turismo (OMT), y tiene un 6% de crecimiento en los seis primeros meses de 2018, tras un año récord en 2017.

Entre esas cifras se incluyen alrededor de 100 mil viajeros de China que tienen en ese país su principal destino en la región, principalmente en los enclaves del Caribe mexicano y todo parece indicar que esas cifras se mantendrán al alza.

Los millennials y las Tecnologías 

Aunque la región del Caribe aún no  haya llegado a su umbral máximo de crecimiento extensivo de inversiones de capacidades hoteleras y de infraestructura, sin afectar el ecosistema, las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y su aplicación al producto turístico como un servicio de valor agregado, señalan una estrategia importante.

Y esto tiene que ver grandemente con un segmento que cada día aporta más viajeros, y es el de los millennials.

Parece que el concepto originario de los lugares afrodisíacos  que llaman a la evasión de la vida moderna en lugares apartados está llamado a perder espacio y desaparecer  entre las nuevas generaciones de turistas que a la vuelta de pocos años se integrará casi únicamente por la llamada generación millennials, nacida después de 1980 e integrada a las TIC y a la Internet.

Esa generación tiene un sentido de la hiperconectividad que traspasa por mucho el arcaico  sentido bilateral de la información y encarna  la inmersión en la realidad  física y virtual de los lugares en tiempo real por medio de las  redes sociales y las aplicaciones en sus móviles.

Recientemente, un estudio realizado por compañías dedicadas al turismo de cruceros, interesadas en captar más ese segmento, arrojó como datos interesantes que a los millennials  les interesaba más el estado de la conectividad  que las ofertas referidas a la alimentación y las comodidades de alojamiento.

México estableció la avanzada en la implementación e institucionalidad de de este concepto en la práctica turística con el establecimiento recientemente de la Isla de Cozumel como primer Destino Turístico Inteligente del país azteca y miembro de la AMECI (Asociación Mexicana de Ciudades Inteligentes), según reportan autoridades turísticas del país.

Este proyecto se desarrollo en alianza con España y  prevé en su idea más elemental  que las redes de los servicios de salud, seguridad, comercio, turismo, hospedaje, transporte y todos los factores de sustentabilidad estén interconectados y den acceso al visitante o al ciudadano.

Esta la innovación de las TIC ocupan la atención de la academia y especialistas en la región, como eje transversal que afecta todo el desarrollo y crecimiento  de la industria sin humo de forma inmediata y repercutirá esencialmente en la captación de los nuevos  mercados emisores como China, Rusia, India y otros para dejar atrás ladependencia en el Caribe del  turismo estadounidense.