Roma podría restringir el acceso de turistas a la Fontana di Trevi
Roma está considerando limitar el acceso a la Fontana di Trevi como parte de un esfuerzo por gestionar el problema del exceso de turismo en esta popular atracción de la Unión Europea.
Las propuestas incluyen implementar un sistema de reservas para visitar la fuente, similar a las medidas adoptadas en sitios como la Acrópolis en Atenas y la Sagrada Familia en Barcelona, con el objetivo de reducir la masificación de turistas.
Según los planes, es probable que el acceso a la fuente sea gratuito para los residentes locales, mientras que a los turistas se les pedirá hacer una "contribución simbólica".
Esa contribución simbólica podría ser de uno o dos euros, no con la intención de recaudar dinero, sino para controlar mejor las multitudes que visitan la famosa fuente. Este enfoque busca preservar el monumento y hacer más manejable el flujo de turistas.
El alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, también expresó su apoyo a estas medidas, destacando que "es una posibilidad muy concreta". Según Gualtieri, “hemos decidido estudiar y analizar esto porque la situación se está volviendo técnicamente muy difícil de gestionar.” El alcalde explicó que la gran concentración de personas dificulta la protección adecuada del monumento y es a menudo una fuente de degradación.
La Fontana di Trevi, una obra maestra del siglo XVIII en el distrito de Trevi en Roma, fue diseñada por el arquitecto italiano Nicola Salvi y completada por Giuseppe Pannini en 1762, entre otros. El monumento es conocido no solo por su impresionante diseño, sino también por la tradición de lanzar una moneda al agua para asegurar un regreso a Roma.
Esta medida surge en un contexto de mayor control sobre el comportamiento de los turistas británicos y europeos, quienes a menudo “merodean” y consumen alimentos cerca de la Fontana di Trevi. Este emblemático sitio es un destino preferido para los turistas británicos, junto a otros lugares icónicos como el Coliseo, la Plaza de España, el Panteón y más.
Con estas posibles restricciones, las autoridades de Roma esperan mantener el respeto y la integridad de uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, asegurando una experiencia más tranquila y ordenada tanto para los locales como para los visitantes internacionales.