Max 8 hunde prestigio y valores de Boeing

13 de Marzo de 2019 11:14pm
Leonel Nodal
Max 8  Boeing

El fantasma de un nuevo ataúd volante amenaza a la compañía Boeing fabricante del modelo 737 Max 8 que se estrelló en Etiopía durante el domingo último, matando a las 157 personas a bordo.

Otro aparato igual había caído al mar en Indonesia, en octubre pasado, con saldo de 189 personas muertas.  En sólo cinco meses murieron 346 personas en dos aeronaves recién estrenadas.

La tragedia del vuelo 302 de Ethiopian Airlines que cayó a tierra poco después de salir del Aeropuerto Internacional Bole en Addis Abeba, en ruta a Nairobi, capital de la vecina Kenia, terminó por provocar la parálisis en todos los Boeing Max 8 y Max 9 que se encontraban operativos en el mundo, incluyendo Estados Unidos y Canadá. 

La tardía decisión anunciada por el presidente Donald Trump reveló la fuerza imparable del temor de pasajeros, tripulantes y autoridades políticas y gubernamentales, que se resistían a ser piezas anónimas e involuntarias de un macabro juego de ruleta rusa.

En un comunicado publicado poco después del anuncio por Trump de la “orden de emergencia” para suspender las operaciones de los nuevos modelos Boeing marcados por el estigma de unos accidentes presuntamente de causas técnicas incontrolables, la compañía expresó que “apoya este paso proactivo” adoptado “con mucha preocupación”.

De ese modo, admitió que examinó la situación con la Agencia Federal de Aviación (FAA) y con la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos, (NTSB, por sus siglas en inglés), las autoridades de aviación y sus clientes de todo el mundo.

La parálisis del Max 8 provocó a Boeing la pérdida de 23.600 millones de dólares (20.902 millones de euros) en Bolsa en dos días, como resultado de una de las más graves crisis de credibilidad de un fabricante de aviones.

La grave situación actual al parecer tiene poco de accidental y, tal vez, mucho de apresuramiento en la carrera tecnológica por acaparar mercados frente a competidores europeos, lo que asoma en las reacciones a ambos lados del Atlántico.

A ello se suma la desconfianza creciente de China, que ordenó la  inmediata inmovilización de los 96 aviones Max 8 en servicio, más de una cuarta parte de los aproximadamente 370 aviones que operan en el mundo. 
Desde que el avión de Ethiopian Airlines se estrelló  hubo muchas preguntas pero muy pocas respuestas.
El martes, el  Presidente y  Gerente General de la compañía estadounidense  Boeing, Dennis Muilenburg, llamó por teléfono al presidente Trump para reeiterale su confianza en la fiabilidad del Max 8, pero ya la suerte estaba echada. 

Ni siquiera la declarada preferencia de Trump por la Boeing, ratificada por la contratación de uno de sus vicepresidentes como subsecretario de Defensa y su posterior designación como Jefe del Pentágono, libró a la compañía de la debacle.

¿Qué hace Boeing en respuesta a los accidentes?

Mientras defiende a Max como seguro, la compañía se compromete a actualizar algún software de control de vuelo… "en las próximas semanas". 

La decisión de Etiopía de pedir a Francia que reciba las las cajas negras del avión siniestrado para analizar lo ocurrido indica el interés en buscar un resultado objetivo, lejos de la parte más interesada en salvar la cara y los contratos.

Funcionarios de Lion Air en Indonesia dijeron que los sensores en su avión produjeron información errónea en sus últimos cuatro vuelos, lo que desencadenó un comando automático de nariz abajo que los pilotos no pudieron superar. El avión se hundió en el mar.

Al menos dos pilotos expresaron su preocupación por los aviones antes del último accidente, según terascendió en la prensa estadounidense.

Boeing ha entregado más de 350 aviones MAX a aerolíneas de todo el mundo desde mayo de 2017 y tiene más de 4 660 en su libro de pedidos a partir de enero, según la compañía.

La Agencia Europea de Seguridad Aérea que se adelantó a dar la orden de prohibir los vuelos del Max 8 en el Viejo Continente,  dijo que "en esta etapa temprana" de la investigación más reciente, "no se puede excluir que causas similares hayan contribuido a ambos eventos".

En un brusco cambio, después de insistir en que no veía motivos para aterrizar a los Max 8, la FAA afirmó a última hora del miércoles que la decisión de prohibir su vuelo hasta nuevo aviso se tomó "como resultado de la recopilación de datos y nuevas pruebas recogidas en el lugar".

"La inmovilización –agregó la FFA- permanecerá vigente hasta que se realicen investigaciones adicionales, incluyendo el análisis de la información de los registradores de datos y los registradores de voz de la cabina del vuelo de la aeronave".

 

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