Veinte años con el Almirante Cervera (II)
Quienes visitan la ciudad de Santiago de Cuba pueden encontrar en ella un patrimonio cultural diverso ,relacionado con la historia,la naturaleza y la cultura.
El mar es una parte esencial de esta urbe, ubicada alrededor de una bahía
que cuenta con un extenso litoral. En el orden histórico, la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana tuvo en esta ciudad su principal escenario. Con la cruenta Batalla Naval del 3 de julio de 1898 y el hundimiento de la Flota que comandó el Almirante Pascual Cervera y Topete, terminaron los viajes navales que Cristóbal Colón había iniciado 400 años atrás.Los pecios de esa batalla se encuentran a lo largo del litoral santiaguero y conforman un enorme parque arqueológico sumergido.
En él yacen, con diferentes grados de conservación, los restos de la que fue la Escuadra de Operaciones de las Antillas: los cruceros acorazados Cristóbal Colón, Vizcaya, Almirante Oquendo, los contratorpederos Furor y Plutón y el carbonero norteamericano Merrimac.
De todos ellos ,el último en resistir fue el acorazado Cristóbal Colón. Construido en Italia, fue todo un portento tecnológico para su época, pues
alcanzaba los 21 nudos y constaba con una coraza de níquel. Pero en la catastrófica batalla de finales del XIX tuvo que combatir sin sus cañones principales -dos Amstrong de 254 mm -porque al declararse la guerra aún no los tenía instalados. Esta fue, sin lugar a dudas, su perdición.
Al cónclave asistieron los españoles y biznietos del Almirante Cervera, el Dr. Ángel Luis Cervera y el estudioso de la batalla naval Pascual Cervera; el doctor en Prehistoria e Historia Antigua y director del Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena y Xavier Nieto Prieto, así como otras personalidades del mundo político y cultural.
El organizador y dinamizador del evento fue Jesús Vicente González Díaz, ministro de deporte y cultura, quien además es una figura muy importante para el egarense.
“Yo voy de la mano de este señor”, afirma Teodoro. “Él ha estado aquí en Terrassa, conoce nuestra ciudad y se ha reunido con Pere Navarro”, añade.
El Simposub es un evento teórico y científico que se celebra cada dos años y que está consagrado a la conservación del patrimonio natural y cultural subacuático. La primera de estas reuniones se celebró en la Habana en 1997 y Santiago de Cuba la ha organizado seis veces, siete sumando la de este año.
RELACIÓN DE AMOR-ODIO-ODIO
Para Teodoro es esencial plasmar que “la relación entre españoles y criollos es de amor-odio por los años de guerra, aunque la población está muy mezclada y por tanto los vínculos también”.
Este afecto hacia los españoles se puede ver claramente, según el buceador, en
el caso del Almirante Cervera.
“Fíjate que muchas historias han quedado diluidas pero la de Cervera se ha hecho leyenda.
Un personaje
que fue capaz de romper un bloqueo y tuvo el coraje de salir a combatir
sabiendo que iba a perder. Por eso es considerado como una especia
de profeta.
La batalla final
Durante el combate naval el Colón consiguió escabullirse y gracias a su velocidad, se dirigió hacia el Oeste a lo largo de la costa, con el vano afán de su capitán de escapar de sus perseguidores. Al agotarse el carbón de calidad,comenzó a disminuir su marcha y la escuadra enemiga acabó alcanzándolo, con 5 impactos menores en la banda de popa, Díaz Moreau decidió embarrancarlo, ordenó arriar bandera y abrir las válvulas de sentina, impidiendo así que los norteamericanos se adueñaran de la nave y regalándole a los submarinistas un pecio simplemente maravilloso. A las 13.30 de aquel fatídico 3 de julio de 1898, el Colón era el último buque en arriar bandera española.
Se cerraban así 406 años de presencia de España en América. El pecio del Colón
se encuentra al oeste de la desembocadura del río Turquino a unas 48 millas náuticas de la bahía de Santiago de Cuba y a unos 64 mts. de la costa. Además de la impresionante visión del pecio, especialmente su imponente proa al mar, pueden verse esparcidos, en su perímetro circundante, anclas, chimenea, proyectiles y herrajes. La inmersión en el pecio del Colón no está exenta de peligros, por eso para bucearlo es recomendable ser experto e ir siempre acompañado de guias locales especialistas.
La inmersión debe ser realizada con absoluta calma para no remover el sedimento que vierte el río Turquino y así disponer de la máxima visibilidad
posible que a veces, si el tiempo y el mar acompañan, puede ser de hasta de
30 metros.




