Recorrido por poblados de Argentina detenidos en el tiempo
Argentina alberga más de 600 urbes que hace años dejaron de crecer por diversos motivos. Nacidas algunas de ellas a principios del siglo XX con el ferrocarril, hoy ofrecen a curiosos turistas en busca de paseos alternativos, exquisitos platos caseros, hospedajes en estancias y un entorno de absoluta tranquilidad.
Protagonistas de antiguas casonas, largas siestas, centenarias capillas y enormes extensiones de campo verde a su alrededor, muchos de esos poblados de Argentina se esfuerzan a diario para mantenerse en pie sin perder el encanto que los caracteriza. Alejados de todos los ruidos citadinos y el glamour de las capitales, proponen al viajero incursionar nuevos rumbos de paz y tranquilidad. Dependientes en épocas pasadas del desarrollo generado sobre las vías del tren, encontraron hoy la posibilidad de resurgir de la mano del turismo.
Mediante proyectos creativos e innovadores que convirtieron a los habitantes en los estandartes del cambio, muchas de estas poblaciones rurales salieron adelante y constituyen una interesante alternativa para vacacionar o disfrutar durante un fin de semana. Las estaciones del tren fueron convertidas en paseos de artesanos, los almacenes de ramos generales siguen ofreciendo una copita y los restaurantes renovaron sus menús para conquistar al visitante con los más deliciosos platos regionales.
El distintivo sin igual es la hospitalidad de los pobladores, que siempre se muestran agradecidos por la presencia del turismo y deleitan al recién llegado con anécdotas y leyendas populares. Para recorrer, caminando, en bicicleta o a caballo, encontrará diversas variantes: desde museos y centros culturales hasta renovadas estancias donde pasar jornadas completas de entretenimiento, descanso y diversión.
En las afueras de la Capital
Uno de los poblados rurales que rápidamente atrapará al visitante con sus costumbres es Villa Lía, en el partido de San Antonio de Areco. Dedicado casi por completo a la actividad turística, está compuesto por 115 manzanas donde viven 1.200 habitantes, rodeados de amplias callecitas de tierra y una sola avenida asfaltada. Una urbe de inmigrantes que ofrecen alojamiento en casonas de época a poco más de una hora de la Ciudad de Buenos Aires.
Entre sus encantos es posible visitar el Museo Rostros de las Pampas, con antiguos objetos pertenecientes a los pobladores que estuvieron en estas tranquilas tierras entre 1870 y 1930. Hay aparatos relacionados a las comunicaciones, los oficios y el esparcimiento, así como vestimentas e instrumentos de cocina exhibidas en cuatro salas que permanecen abiertas sábados, domingos y feriados. Los interesados pueden allí mismo hospedarse en amplios cuartos de familia con servicio de desayuno.
La siguiente parada es la fábrica de chacinados artesanales Falufé, que recibe al turista en su puesto de venta, donde se explica el proceso de producción de los exquisitos salames embutidos, jamones, lomitos, bondiolas, quesos regionales, vinos caseros y pancetas. Por las tardecitas, son imperdibles las visitas a los almacenes de ramos generales para tomar un trago junto a los baqueanos. Está el de Pascual y el de Cuanedo. Otro de los puntos lo constituye la Capilla San José, erigida por un cerealero del pueblo en 1929.
A escasos kilómetros, está el Puente Castex, protagonista de producciones cinematográficas y telenovelas. Y entre los destinos a recorrer se suma el Establecimiento La Segunda, con paseos en sulky e ingeniosos juegos de campo para toda la familia; la Casa Bellavista, un antiguo casco colonial restaurado, escenario de "Imaginig Argentina", con Antonio Banderas y Emma Thompson; y la chacra Doña Elena, que sorprende con un asado en la pulpería y actividades de granja.
Polos gastronómicos
Muy cerca, a 11 kilómetros de Carmen de Areco -sobre la ruta 7- aparece Gouin, otro de los pueblos bonaerenses que, por involuntaria decisión, vive a otro ritmo. Con poco más de 100 pobladores, almacenes y antiguos edificios, concentra su actividad en los alrededores de la estación de trenes. Y como él, muchos más lograron crecer en estos años como espacios de fin de semana, con imperdibles pastas caseras, empanadas de cordero y algún trago con ginebra. Este mismo caso es el de Heavy, Bartolomé Bavio, Mechita, Azcuénaga y Villa Ruiz, entre muchos otros.
Uno de los que ya alcanzó mayor popularidad es Carlos Keen, a escasos kilómetros de la famosa Basílica de Luján, donde se destacan los restaurantes Angelus, Maclura, Bien de Campo, La Casona y Lo de Tito. Además, en el antiguo galpón del ferrocarril, transformado en centro cultural, se ofrecen muestras y espectáculos musicales.
Una tierra que cambió la producción de cereales por el turismo y es fiel exponente de las pampas interminables que componen la provincia de Buenos Aires. Un destino al que se llega rápidamente por el Acceso Oeste desde la Capital Federal, e invita cada 4 de noviembre al mayor festejo del pueblo. Además de tomar la comunión los más pequeños, se celebra el día del santo Patrono Carlos Borromeo y el aniversario de la Iglesia, con un pintoresco desfile de jóvenes a caballo.
Finalmente, Uribelarrea (partido de Cañuelas, provincia de Buenos Aires) se constituye como un oasis natural con la particularidad de tener un iglesia neogótica, donde se filmaron los filmes Evita y Juan Moreira. Un pequeño poblado de 900 habitantes, que supo en épocas pasadas, ser un importante polo lechero. Actualmente ofrece excelentes espacios gastronómicos como Wimpi, Leonardo y Macedonio, decorado con viejos mostradores, una balanza y estanterías con botellas centenarias.
Imperdible el fin de semana del 8 y 9 de octubre, es la Fiesta de la Picada y la Cerveza Artesanal, que se realiza en la Sociedad de Fomento por iniciativa de la Municipalidad y los emprendedores locales, habiendo convocado la edición anterior unas 10 mil personas. En las afueras del pueblo, se puede sumar una visita a la Escuela Agrotécnica Salesiana Don Bosco, de 1894, la primera del país en este estilo; una chacra que es sede todos los meses de la ceremonia del Temazcal; y, el Valle de Goñi, dedicado a la cría de cabras.
Tesoros del interior
En la provincia de Corrientes, pleno Litoral del país, unos de los más antiguos poblados es Esquina, de finales del siglo XVIII. Protagonista durante décadas de un importante puerto que servía de ingreso y egreso de pasajeros, hacienda y mercadería, actualmente ofrece al visitante los restos de un pasado que es imperdible descubrir a pie. Antiguas casonas con frentes de hasta 50 metros y esquinas sin ochavas, un viejo Centro Cívico frente a la Plaza 25 de Mayo, y la rosada Iglesia de Santa Rita de Casia.
Entre las paradas recomendadas de esta meca actual de la pesca deportiva de surubíes y dorados, está el Museo Municipal José Alfredo Ferreyra, donde se destaca el original de la sentencia de muerte que Juan Manuel de Rosas firmó para dar muerte a los asesinos del caudillo Facundo Quiroga; la Municipalidad, construida en un estilo español; y la histórica Escuela Normal Superior, inaugurada en 1888 bajo la modalidad mixta desde el primer día y la dirección de maestras estadounidenses.
Al norte del país, otro conjunto de pintorescos pueblitos también detenidos en el tiempo concentran las miradas en la colorida Quebrada de Humahuaca, provincia de Jujuy. Una valle andino con 155 kilómetros de extensión, custodiado por altas montañas y acompañado por el río Grande, a más de 2 mil metros de altura. Es allí donde el viajero podrá remontarse miles de años atrás en las fortalezas indígenas, y estas pequeñas urbes habitadas en su mayoría por la etnia Coya.
Con estrechas callecitas irregulares que trepan los cerros, paredes de adobe y piedra, y techos de barro y paja, aparecen alejados de toda modernidad, Volcán, Tumbaya, Purmamarca, Maimará, Tilcara, Huacalera, Uquía, Humahuaca, Iturbe y Tres Cruces. Algunos poseen iglesias del siglo XVII, otros, antiguos museos arqueológicos, y una de las características más llamativas es que la mayoría de los comedores funcionan en casas de familias, donde preparan locros, humitas, tamales y cabrito asado, entre otras delicias autóctonas.




