Perú, un destino diverso y auténtico

16 de Mayo de 2011 2:34am
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Perú, un destino diverso y auténtico

Perú es la opción de viaje perfecta para unas vacaciones completas, diferentes, multidisciplinares; influidas por el sugerente halo exótico y misterioso propio del país andino. Pocos destinos ofrecen una variedad temática tan extensa y sugerente tanto en cultura y gastronomía como en paisajes, climas e historia.

Sorprendente Lima

El viaje a Perú comienza por Lima, una ciudad donde el pasado colonial y la modernidad se fusionan a orillas del Pacífico. El aeropuerto Internacional Jorge Chávez es la puerta de entrada a Perú y a un viaje fascinante que, por qué no, puede empezarse por una sorpresa gastronómica.

Lima es la capital gastronómica de América y resume la variada cocina nacional, que destaca por ser una fusión de diversas influencias históricas y por contar con innumerables productos oriundos que permite la gran biodiversidad peruana.

Lima vive en los últimos años un boom gastronómico, de la mano de nuevos chefs que han asumido el reto de reinterpretar las recetas tradicionales y que han conseguido posicionar a Lima en primera línea de la vanguardia gastronómica internacional.

Naturaleza y experiencia selvática en Iquitos

La Amazonía peruana es un lugar especialmente atractivo para visitar; poseer los últimos grandes bosques vírgenes del planeta, batiendo récords de biodiversidad, y ricas expresiones de culturas vivas hacen de la selva un destino muy atractivo para el viajero. De hecho, en la región amazónica peruana (selva alta y baja) existen aún unas 62 millones de hectáreas de bosques de diversos tipos, que han sido poco o nada intervenidos.

La encantadora y a veces extraña Iquitos, con conexión aérea desde Lima, es puerta norte de entrada a la selva y punto perfecto de inicio de expediciones.
Una de las experiencias más gratas para el visitante es remontar el río Amazonas en un crucero.

Historia y cultura en Cusco

El enorme atractivo del Cusco reside no sólo en su personal encanto, fruto del mestizaje de la cultura incaica y la española en arquitectura, costumbres y tradiciones. También en su indudable magia; su perfecto equilibrio entre pasado y presente, encanto y lujo, historia y actividades culturales y de ocio.

Paseando por sus típicas callejuelas se descubren edificios incas junto a construcciones coloniales de estilo barroco andino (como la Catedral y la Iglesia de la Compañía) y modernos y selectos hoteles escondidos tras los vetustos muros de edificios coloniales.

La última incorporación al escenario exclusivo de Cusco es el Inca Tak Spa del hotel Eco Inn; un novedoso espacio que incluye en su original propuesta sugerencias como el baño inca, un tratamiento de aromaterapia realizado con esencias y productos autóctonos andinos, como uña de gato o coca, entre otros.

Al caer la noche, Cusco multiplica su magia, gracias a una animada vida nocturna que magnifica el encanto de la ciudad bajo las luces. Su oferta de ocio es abundante y variada. Entre las citas culturales de este verano destaca el montaje “Chaska, una historia andina” en el teatro Gracilaso, un montaje que quiere transmitir la esencia de Perú a través de una brillante coreografía, a cargo de la popular bailarina peruana Vania Masías, reclutada por el Cirque du Soleil.

Las posibilidades de Cusco transcienden los límites de la ciudad, con varias opciones de excursiones de interés en los alrededores. Una perfecta elección en este año Internacional de la Papa es la visita a la comunidad de Chahuaytire, integrada en el Parque de la Papa, consagrado a la recuperación y promoción de este producto autóctono andino.

En Chahuaytire el viajero tiene ocasión de redescubrir la papa (encontrándose con variedades de colores y formas nunca vistas, entre las 400 ya rescatadas por el Parque); conocer las técnicas agrícolas de mano de los pobladores; y aprender curiosidades relacionadas (como la forma de combatir naturalmente una plaga).

En su restaurante con encanto se ofrece un largo buffet de platos elaborados a base de papas nativas combinadas con otros alimentos típicamente andinos (como el cuy, el tarwi, la quinua, la kiwicha, las ocas, los ollucos o las menestras).

Para espíritus activos resulta especialmente recomendable recorrer desde Cusco el Camino Inca, el antiguo trazado que unía la ciudad con el Santuario de Machu Picchu a través de impresionantes parajes, exuberantes en flora y fauna, salpicados de reductos arqueológicos.

Machu Picchu: arqueología, naturaleza y misterio

El Santuario Histórico de Machu Picchu alberga 34 grupos arqueológicos interconectados por el Camino Inca, entre los que se encuentra la famosa ciudadela.

En su grandísimo territorio (38.448 hectáreas) se han identificado nueve zonas de vida (desde zonas alto andinas y punas hasta zonas subtropicales o de ceja selva). Esta peculiar característica es origen de una rica biodiversidad, que se traduce en una auténtica explosión de flora y fauna; por ejemplo, se han registrado 350 especies de orquídeas y 432 especies de aves, entre ellas el Gallito de las Rocas, todo un símbolo de Perú.

Machu Picchu es una colosal obra de arquitectura que, con más de 600 años de antigüedad, sigue sorprendiendo a los arquitectos e ingenieros modernos, por su valiente construcción en la falda de las laderas de las montañas, en medio de un abrupto paisaje andino.

Su origen es una incógnita: según algunos documentos de la época, fue construido como palacio para el Inca Pachacutec o como centro ceremonial. Lo que sí es, para todo el que la visita, es un lugar místico, regenerador de energía vital.

Mitos y culturas vivas en Arequipa

Partiendo de Cusco un sugerente destino es Arequipa, “la ciudad blanca”, para muchos una de las más bellas de Perú.

Arequipa se extiende a la sombra de los “Apus protectores” (tres volcanes que han marcado la historia de la ciudad: el Chachani, el Pichu Picchu y el imponente Misti, que está activo). Su aspecto blanco y radiante se debe a que sus casas y templos están construidos con sillar, piedra de lava volcánica que resplandece con la luz del sol.

Arequipa fue un importante asentamiento colonial, como atestiguan sus elegantes casas señoriales, templos y callejuelas. Pero también es tierra de mitos y leyendas; como la de La Dama de Ampato (o “princesa de hielo”), una doncella inca sacrificada hace más de 500 años en la cumbre del Ampato para aplacar la ira de los “Apus”; su momia congelada está expuesta al público.

Más allá de los límites de la ciudad, hay una excursión obligada: el Valle y el Cañón del Colca, a sólo 3 horas y 30 minutos de distancia. La zona es Reserva Paisajística y el viaje permite observar los coloridos andenes preincas -cultivados hoy en día, con quinua, maíz, cebada y trigo- y efectuar paradas para visitar alguno de los 14 poblados de nativos del Valle, cuyos habitantes han preservado costumbres, fiestas, ritos y muy especialmente la vestimenta y la artesanía.

Para los amantes de los deportes de aventura, el lugar constituye una auténtica delicia.

De vuelta a Lima

Lima es una ciudad mestiza y exótica. Mezcla de tradición y modernidad, de antigüedad y cosmopolitismo, de historia y ocio, de cultura urbana y playa, la capital, ubicada a orillas del Pacífico, ofrece mucho al viajero.

La antigua “ciudad de los reyes” es uno de los destinos mejor conservados del país. Su precioso casco histórico ha preservado intacto su opulento sabor colonial; más de 600 monumentos históricos de la época virreinal y 1.600 balcones dan cuenta de aquella elegante magnificencia.

Junto a su encomiable valor monumental, Lima debe parte de su enorme belleza a una situación privilegiada, que le otorga impresionantes vistas del Océano. Sol y playa se dan también cita en la capital, permitiendo a habitantes y turistas disfrutar de las tibias aguas que bañan sus costas y abandonarse al divertimento de deportes de aventura, como el surf, el ala delta y el parapente.

Su extensa oferta de ocio, en la que se dan cita de ferias de artesanía a museos modernos, de tiendas gourmet a ferias de artesanía, de discotecas a espectáculos folclóricos alimenta la sorpresa del visitante y completa la heterogeneidad de un viaje fascinante.
 

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