Perú: Turismo Vivencial Comunitario

02 de Mayo de 2009 1:13am
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Perú: Turismo Vivencial Comunitario

Perú. El Turismo Vivencial en este país, rico en expresiones culturales milenarias vivas, propicia al viajero experiencias genuinas lejos de los clásicos circuitos turísticos convencionales y un verdadero intercambio cultural con las comunidades locales, que comparten con los visitantes sus hogares, costumbres, conocimientos, ritos y su vida diaria, basada en creencias y tradiciones ancestrales y en plena armonía con la naturaleza.

Mediante esta modalidad, que consiste en descubrir la riqueza cultural y natural del destino mediante la participación personal y directa del visitante en las costumbres cotidianas de las comunidades autóctonas, el viajero recibe una vivencia única y el comunero encuentra una herramienta de desarrollo económico y de mejora de su calidad de vida.

El Diagnóstico del Turismo Rural Comunitario en Perú, elaborado por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR), registra en la actualidad 90 proyectos de turismo vivencial en la nación andina, vinculados a sitios arqueológicos, a áreas naturales protegidas y a otros recursos naturales.

Proyectos exitosos
Uno de los proyectos más relevantes por su buena acogida entre los viajeros y los altos niveles de rentabilidad económica y social que supone para los comuneros es el de Granja Porcón, refieren las autoridades locales de turismo.

Ubicada en el norte de Perú, provincia de Cajamarca, la Granja Porcón combina agroturismo, naturaleza e intercambio cultural. En esta hacienda ganadera creada en 1535, con 12.000 hectáreas de extensión, se desarrolla un exitoso plan de manejo medioambiental agrícola, ganadero, forestal y de lácteos, en cuyas tareas el visitante participa como un campesino más.

Como complemento a las tareas de la granja, la propia comunidad presta servicios turísticos, como paseos por los bosques, visitas a sitios arqueológicos o excursiones por el antiguo Camino Inca de la Sierra.

En el centro del país se desarrolla el Llama Trek, iniciativa de un grupo de campesinos del Callejón de Huaylas (departamento de Ancash), que combina una interesante forma de trekking con el ecoturismo y el descubrimiento de las costumbres tradicionales de las comunidades andinas.

El Llama Trek rescata el antiguo uso de la llama como animal de carga para atravesar la Cordillera Blanca, según los expertos una de las más hermosas del mundo, y alcanzar el antiguo Templo de Chavín, uno de los centros arqueológicos más antiguos de América. Es una caminata de 37 kilómetros por un antiguo sendero inca, pernoctando en comunidades andinas durante el recorrido.

A lo largo de cuatro días de caminata a través de los hermosos paisajes del Parque Nacional de Huascarán, uno de los ecosistemas de montaña más sorprendentes del planeta, los viajeros participan de las costumbres y tradiciones de los pobladores.

En el sur, los campesinos del poblado de Ccotos, frente al Lago Titicaca, ofrecen hospedaje al visitante, así como servicios de guiado por el lago más alto del mundo. Viajeros y comuneros conviven, compartiendo experiencias, alimento, faenas agrícolas y ganaderas y técnicas de tejido. Una opción es tomar una balsa con un comunero y poner rumbo a alguna de las islas, como la de Tikonata, cuyos pobladores construyeron una aldea de putukos (construcciones de barro) para alojar a los visitantes.

También en el sur, el viajero se puede aventurar al descubrimiento de la selva amazónica de la mano de los propios nativos. En el corazón del Parque Nacional Manu (departamento Madre de Dios), se desarrolla un interesante proyecto eco turístico: Casa Matsiguenka. El albergue, administrado por etnias locales, ofrece a los huéspedes servicios de estancia y guiado a través de los bosques. Conviviendo con los autóctonos, los visitantes aprenden las técnicas locales de cultivo, de manufactura textil; y pasajes de su historia o sus prácticas rituales y curativas.

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