La Loma de San Juan y el Árbol de la Paz, sitios memorables en la historia santiaguera
Caminando por la añeja ciudad de Santiago de Cuba, al Este de la urbe, encontramos la altura del valle y el río de San Juan. Este punto adquiere trascendencia por el papel desempeñado en la defensa de la ciudad en la Guerra Hispano-Cubano- Norteamericana, conflicto que puso fin al dominio español sobre Cuba.
Allí se desarrolló, el 1 de julio de 1898, uno de los combates más importantes entre las fuerzas beligerantes, donde cayeron cientos de oficiales y soldados de los ejércitos contendientes. El sitio quedó marcado por las trincheras y las municiones empleadas en el cruento combate.
Durante la primera intervención norteamericana fueron construidos, un pequeño obelisco y un fortín con la idea de perpetuar el lugar, pero, no fue hasta finales de la década de 1920, que el coronel José González Valdés, jefe del distrito militar de Oriente, logró convertir el sitio en un parque conmemorativo.
La Loma de San Juan, cuenta con varios monumentos y tarjas erigidas en recuerdo al hecho y a los caídos en aquella histórica jornada. Pueden verse las esculturas en bronce al Mambí Victorioso, a los soldados norteamericano desconocido y español, acompañados por cañones y artillería de campaña que ambientan el sitio.
Muy cerca de la Loma de San Juan, el 17 de julio de 1898, fue acordada la capitulación de Santiago de Cuba, bajo una hermosa ceiba, que pasó a la historia con el nombre de Árbol de la Paz.
Pocos meses después de cumplirse el centenario del hecho histórico vencido por el tiempo cayó para siempre; solo su enorme tronco sigue allí, rodeado de cañones y tarjas para significar su papel en el fin de la guerra.
Tanto la Loma de San Juan como El Árbol de la Paz, están unidos por la historia y por su proximidad constituyen un conjunto monumental interesante con su concepción de integración al medio natural.




