Isla Margarita, una joya natural que conjuga historia y turismo en Venezuela

12 de Agosto de 2015 9:51pm
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En la isla Margarita, ubicada en el extremo noreste de Venezuela, se mezcla la belleza natural de un espacio privilegiado con la historia, más pujantes y modernos proyectos inmobiliarios, rodeados por las aguas del mar Caribe.
Playas de arenas blancas, complejos turísticos y fortines del tiempo de la colonia, son parte del menú que encuentran ahora los visitantes.

La isla se conoce también como la "Perla del Caribe" y ese apelativo se debe a que los expedicionarios que llegaron a Venezuela lo hicieron por esa ruta marítima, y encontraron que sus pobladores utilizaban las perlas sacadas del fondo de sus aguas en sus indumentarias.

Cristóbal Colón, en su famoso tercer viaje, fue el primer español que pisó Margarita en 1498, y su capital, La Asunción, fue fundada en 1562, convirtiéndose en un bastión importante durante la guerra de independencia del imperio español.

Es la mayor de varias islas del Caribe venezolano, completando un espacio natural con otras más pequeñas, Coche y Cubagua, que están separadas del continente por un canal de agua y forman parte de la única región insular del país, el estado Nueva Esparta.

Durante los años de la conquista, los españoles se dedicaron a explotar la riqueza de la zona, las perlas, una joya natural que le dio el nombre a Margarita.

La isla tiene un clima uniforme y despejado todo el año y los huracanes que se desatan en el Caribe entre agosto y octubre casi nunca acometen contra ella. Esto agrega un atractivo adicional a sus playas de arenas blancas para el turismo.

Su atractivo despertó la codicia de los conquistadores y luego de los corsarios que azotaban el Caribe, todos en busca del tesoro de las perlas.

En 1971 Margarita fue declarada puerto libre, lo que estimuló el crecimiento de la actividad comercial, al quedar exenta del pago de impuestos. Esta situación ha cambiado en la última década, debido principalmente al control cambiario vigente desde 2003.

En la actualidad, el negocio de la construcción de hoteles y resort ha ocupado parte de la isla, sumándose al atractivo que encuentran los visitantes al principal destino turístico de Venezuela, algo que se incrementa cada año por escasez de dólares para viajar al exterior.

Además, la isla es la casa del fervor religioso que despierta la virgen del Valle, que posee una catedral para su adoración y cuya actividad vibra todo el año.

Pero el paisaje paradisíaco de Margarita no estaría completo sin sus castillos y fortines, construidos para contener el acoso de los piratas que asolaban las aguas caribeñas.

Los conquistadores se vieron obligados a construir fortalezas para detener las embestidas de los corsarios, años antes de la guerra de independencia.

Ahora son parte del tesoro turístico de Margarita el castillo de Santa Rosa, en la Asunción; el de San Carlos, en la localidad de Pampatar, y el fortín de La Galera, en Juan Griego.

Sus murallas fueron construidas para soportar el ataque corsario, proteger a la isla y vigilar a las fuerzas enemigas que iban tras las perlas y otras riquezas.

En sus muros y torres todavía reposan restos de los cañones oxidados por el tiempo que usaban los defensores para ahuyentar al enemigo.

En enero de 1677, desembarcaron unos 500 piratas al mando del marqués de Maintenon que saquearon La Asunción, lo que llevó a las autoridades de la provincia a ordenar la construcción del castillo de Santa Rosa como escudo contra los ataques.

Su estratégica ubicación permitió controlar el paso oriental del país y el estrecho corredor hacia el norte del Caribe.

El castillo volvió a ser parte del escenario en 1815, durante la guerra de independencia que libró Simón Bolívar. Allí fue encarcelada la heroína Luisa Cáceres de Arismendi, quien dio a luz una niña que murió durante el cautiverio.

La leyenda cuenta que por su rebeldía inagotable, la mujer fue trasladada luego al Castillo San Carlos de Borromeo, en la bahía de Pampatar, cuya construcción tardó 20 años. Cuatro décadas después, fue destruido por el fuego de corsarios.

El Castillo de San Carlos de Borromeo fue la construcción militar más avanzada de la época. Sin embargo, no está exenta de error, pues la fosa circundante de agua debía resguardarlo de asaltos de la infantería enemiga.

Ese propósito no se cumplió ya que fue construido muy por encima del nivel del mar y el foso nunca se llenaba. El fuerte está conformado por cuatro puntas distintas de fortines y su estructura tiene forma de estrella.

En la cima de la colina de la bahía de Juan Griego se levanta un fortín que fue escenario de las más sangrientas batallas libradas durante la colonia.

El relato histórico señala que fue volado por los patriotas en 1817, para evitar que los españoles se apoderaran del lugar, lo que marca un hito en la historia de liberación.

El esfuerzo de restauración del fortín se prolongó hasta 1950. Hoy es patrimonio histórico de Venezuela, desde donde los turistas recrean su vista con la acogedora panorámica de la laguna de La Galera.

Es tradicional que chicos guías se ofrezcan para relatar la historia de los sitios ocurridos en la guerra de independencia. (Con información de Notimex)

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