En primera fase restauración de la futura Sala de Artes Decorativas de Santiago de Cuba
Para que una institución luzca majestuosa, refinada y agradable desde su exterior, hay que poner en práctica muchos conocimientos y deseos desde la concepción del proyecto. Precisamente, esa es la aspiración de los jóvenes que se forman en disímiles especialidades, en la Escuela Taller de la Restauración Ugo Luisi, de la ciudad de Santiago de Cuba.
Ellos continúan la impronta del escultor que perpetuó con sus obras la memoria de valerosos hijos de las tierras orientales, como el Monumento al General José Maceo en la Loma del Gato, y a los Generales Joaquín Castillo Duany y Francisco Sánchez Hechavarría, ubicados en el Parque de la Libertad.
“Esta escuela tiene entre sus propósitos proveer a los jóvenes de un oficio y reincorporarlos a la sociedad”, dijo Ramón Cobas Avivar, Director de la Escuela Taller de la Restauración Ugo Luisi. “En nuestros talleres se han formado tres mil obreros calificados en la especialidad de restauración, ya sea en carpintería, herrería, plomería, electricidad, arqueología, pintura de obras y albañilería”.
Todos participan activamente en la restauración de las obra por el aniversario 500 de la fundación de la villa Santiago de Cuba. Por eso no es casual verlos enfrascados en la confección de capiteles, molduras y escocías, entre otros elementos estéticos de la futura Sala de Artes Decorativas de la ciudad.
“Con yeso, agua y soga de pita dan vida a cada una de las piezas que otrora fueron creadas por el arquitecto Carlos Segrera”, dijo Osvaldo Pérez Bell, profesor de albañilería de restauración. “Empleamos una técnica novedosa, el trabajo con silicona y látex, la cual nos permite obtener un acabado depurado y avanzar en la fabricación de las piezas.
Desde finales de 2013 iniciamos las labores en esta edificación, pues presenta un elevado nivel de deterioro. Actualmente estamos desmontando poco a poco el techo para restaurar las piezas que se puedan salvar”, acotó.
El proyecto de rehabilitación de la Sala de Artes Decorativas amplía la capacidad formativa de los aprendices, al asumir una obra de gran valor histórico y patrimonial. Así lo constató María Caridad Salazar Carmenaty, estudiante de segundo año de la especialidad albañil yesero restaurador, quien manifiesta sentirse entusiasmada con la restauración de la obra por la exuberancia de las piezas.
Mucha motivación hay en este colectivo de estudiantes y profesores que aman la decoración, un arte que además de conocimientos, requiere de sensibilidad.




