El club náutico: otra opción del Paseo Marítimo santiaguero
Ya es habitual hablar del paseo marítimo, una de las tantas obras constructivas que se realizan en Santiago de Cuba, para embellecer la imagen de esta parte de la urbe.
En la otrora Avenida Michelsen, actualmente Jesús Menéndez, hace ya un buen tiempo se trabaja incansablemente en la reanimación de este espacio, que comprenden unos seis parques, canchas deportivas, entre otros atractivos.
Dentro de este grupo de instalaciones despunta el Club Náutico, con una nueva imagen estructural, la que se acerca mucho a la que tuvo en sus orígenes.
De su surgimiento
Según materiales de la época, en 1840, el Cabildo inició la construcción del Paseo La Marina o Alameda en busca visuales hacia la bahía por la cercanía del mar.
Para 1892, se construye el Club Náutico una de las primeras sociedades deportivas que existieron. Su génesis data de finales del siglo XIX cuando el señor Roberto Masón alquila un inmueble en las inmediaciones de la ensenada santiaguera para guardar las pequeñas embarcaciones de su propiedad y la de sus amigos. Más tarde, es sustituida por una que se nombró “Baños de Valiente”, hasta que el 10 de abril de 1893, el Club Náutico se instala con una notable membrecía.
Las fotografías de la época nos develan una construcción con madera preciosa, corredores laterales, amplias arcadas y mueblería de lujo en sus primeras décadas.
Continuadas ampliaciones la dotan de un salón de gimnasia, baños, taquilleros; y lugar de donde partían botes de velas, remos, yates de diversos tipos y otras embarcaciones.
La prensa de la época refleja que el ’Náutico’ santiaguero como sociedad deportiva y de recreo, era superado solamente por el “Havana Yacht Club”; y aunque era menos exclusivo que el capitalino, sus integrantes eran aprobados en la junta directiva, quienes debían abonar el pago de una cuota.
Clausurado en 1897 por sus actividades independentistas y conspirativas, reabre sus puertas el 1 de Mayo de 1903 después de importantes modificaciones.
Un lugar que los santiagueros no se resignaron a perder
Con el paso del tiempo la instalación comenzó a languidecer y acabó en ruinas, quedaron atrás la belleza y los recuerdos agradables de encuentros entre amigos y citas amorosas, pero, en verdad, los santiagueros nunca se resignaron a perder este espacio único en la ciudad.
El ‘Club’ situado a la entrada marítima, se rescató nuevamente del abandono y el salitre para devolverlo a su vida útil con nuevas y atrayentes propuestas recreativas.
Este centro es objeto de un sinnúmero de transformaciones para lograr un lugar más funcional y con mayor confort, para rescatar un tanto su arquitectura original, aunque siempre han tratado de conservar el diseño de su representativo ranchón.
Casi listo otro centro para la buena comida y el ocio
El litoral de la ciudad de Santiago de Cuba, continúa su reanimación, el restaurante “Club Náutico”, cuando abra sus puertas brindará atractivas ofertas gastronómicas y recreativas con la agradable brisa del mar.
Para lograr terminarlo en la fecha pactada, son varias las instituciones y organismos que han colaborado en la remodelación del lugar, donde prima la fuerza y el empuje de los más jóvenes que se une a la experiencia de los más avezados en la construcción.
Dermeis Sánchez Enríquez, administrador de este centro gastronómico dijo: “Los trabajadores los Talleres Agropecuarios ya concluyeron el montaje de las piezas de acero, las estructuras metálicas y el techo.
“Próximamente entrará una brigada de trabajadores por cuenta propia para trabajar en el piso y la restauración de las barandas; mientras que la empresa de muebles MADESA tiene a su cargo la reparación de todo lo que tiene que ver con estructuras de madera.
“Cuando el restaurante comience a brindar servicios, la capacidad será de unas 60 sillas, y se le suma, una patana fija, y otras dos que realizarán paseos por la bahía, con una oferta de pescados fritos. “Pertenecemos a la Gastronomía Especializada, el plato de la casa es el arroz a la marinera, y brindaremos servicio en el horario de 12 m., y se extenderá hasta las 11:45 p.m.”
Say Antonio Castillo Hernández, un imberbe ingeniero mecánico, expresó, “Dirijo y trabajo en la brigada, ya casi tenemos lista la parte que nos toca.
“Paso a paso hemos idos materializar lo que está plasmado en los planos y estamos logrando que la obra quede con la calidad requerida. “Casi, acabo de salir de las aulas de la Universidad de Oriente, solo tengo ocho meses de labor y aplicando lo que aprendí en la academia, lo que tiene un gran significado para mí, en primer lugar porque es una obra de gran magnitud, nunca pensé que con tampoco tiempo de graduado iba a enfrentarme como directivo y trabajador, a una construcción de este tipo.
“Es lo mejor que me puede haber pasado, trabajar en una de las tantas construcciones que se realizan en Santiago para saludar el 500 aniversario de la fundación de la ciudad”.
Un regalo en el año 500 para los santiagueros
Falta muy poco para que todos celebremos los éxitos logrado son muchos los objetos de obras que se concluyen, las que llevan intrínsecas el trabajo, el sudor y las pocas horas de sueño de trabajadores, constructores dirigentes y pueblo en general.
Ahora queda de nosotros preservarlas para que Santiago siga siendo la ciudad que soñamos.




