El Calafate, una belleza que impacta a simple vista
La ciudad santacruceña, ubicada en la región más austral de la Patagonia argentina, fue protagonista en los últimos diez años de un estrepitoso crecimiento poblacional, que se tradujo en una variada y completa oferta turística, gastronómica y comercial que logra atraer cada vez más visitantes por tratarse de la puerta de entrada al glaciar Perito Moreno, uno de los escenarios naturales más imponentes del mundo.
Una leyenda tehuelche dice que hay que ver para creer y comer el fruto del Calafate para volver. Una vez que se aprecian las extensas postales áridas de la Patagonia más austral, será inevitable querer ir por más.
El Calafate, una de las postales argentinas más elogiadas en el mundo entero por ser la puerta de ingreso al Parque Nacional Los Glaciares, es una de las áreas del país, situada en la zona cordillerana, más lindas y alejadas de la Capital, pero que con vuelos directos y muy económicos se puede acceder en solo tres horas.
Se trata de un destino turístico sólo para los amantes de escenarios imponentes, que saben apreciar un momento de absoluto silencio frente a la inmensidad de una interminable masa de hielo a punto de romper –la última ruptura fue el cinco de marzo de este año-. Un proceso que se da de manera constante en el Glaciar Perito Moreno, pero que se hizo famoso por el puente que se deshace por completo y ha sido cita de fotógrafos y admiradores de nivel internacional, superando ampliamente las 2 mil personas diarias que visitan el Parque a unos 85 kilómetros de la ciudad, también protagonista del lago más grande del país. Un hermoso espejo de agua natural, que en invierno se convierte en concurrida pista de patinaje.
Cambio constante
El ritmo de la ciudad fue cambiando de manera constante en los últimos años. De tener apenas 6 mil habitantes en 2001, para este año se estima que superan los 22 mil. Y ese inesperado crecimiento generó un importante abanico de opciones, servicios y alternativas para los visitantes que buscan paquetes económicos y también los que quieren atención del primer nivel, en un escenario majestuoso como el que ofrece la Patagonia argentina.
El Aeropuerto es internacional y posee varios vuelos diarios que le permiten a la ciudad el ingreso constante -en temporada- de un centenar de turistas diarios para hospedarse en las aproximadamente 7 mil camas de la variada plaza hotelera. Además, se suman a la oferta una importante cantidad de bares, restaurantes y casas de artesanías y suvenires de la región que se sitúan en su mayoría sobre la avenida Libertador, arteria principal de la ciudad, y su periferia.
Tampoco faltan las agencias de viajes para contratar excursiones a los glaciares, hacer minitrekking sobre el hielo, un paseo en 4 x 4 o bien pasar el día en una estancia turística.
Los platos recomendados e imperdibles son los corderos, los mariscos y las pastas que aportan calorías, ideales ante las temperaturas más bien bajas que caracterizan a la zona.
Imponente decorado
Casi como si se tratara de una postal, el camino de ripio que conduce al Glaciar Perito Moreno –el de más fácil acceso- muestra a intervalos el escenario imponente al que se está arribando. Los guías turísticos conducen a los viajeros a través de una suave colina que, a esas alturas, esconde el glaciar. Pero tras unos pocos pasos, se levanta el telón y ya casi resulta imposible volver a parpadear.
El Parque Nacional Los Glaciares fue declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO en 1981, a fin de proteger una extensa área de hielos continentales, además del paisaje del bosque andino patagónico austral y parte de la estepa. El hielo ocupa un 30 por ciento de su superficie y se destacan 47 glaciares mayores.
Entre ellos, el Upsala, el de mayor tamaño, y el Speghazzini, el más extenso. Ambos posibles de apreciarse en una imperdible excursión en embarcación que dura toda una jornada mientras recorre las aguas donde descansan enormes pedazos de hielo de variadas formas, y que permite un picnic de mediodía en la inhóspita y bella Bahía Onelli.
Para agendar
Entre los atractivos de la ciudad, también se destacan dos fechas clave que suelen convocar a visitantes de la región y turistas casuales.
-En julio, durante la celebración de la Fiesta del Hielo, se convoca a los amantes de los deportes sobre esta textura a disfrutar de diversas actividades. Incluso, se pueden apreciar exhibiciones de patinaje artístico, hockey, torneos de escultura sobre hielo, carreras de trineos y desfile de antorchas.
-En el verano, específicamente el 15 de febrero, se celebra la Fiesta del Lago, en conmemoración a la fecha en que el Perito Francisco Moreno le dio su nombre, y es cuando pueden disfrutarse populosos asados criollos, recomendables conciertos de música nacional, bailes folklóricos y fuegos artificiales.
Para los apasionados del trekking y la montaña, infaltable recorrido también por El Chaltén y Torres del Paine en Chile, dos excursiones que se contratan desde allí y llevarán al visitante a paisajes remotos de extrema majestuosidad ocultos tras senderos que parecen interminables pero alivian al llegar a destino, con más glaciares, picos afilados y lagunas de un turquesa indescriptible.
Y antes de la despedida final, a comer el fruto del Calafate para poder regresar, tal como dice la leyenda.




