A dos años del huracán Sandy
Hace dos años que por la indómita ciudad de Santiago de Cuba pasó el devastador huracán Sandy. En la madrugada del 25 de octubre ya se sentía los fuertes vientos y la recia lluvia. Los santiagueros nunca olvidaran este fenómeno meteorológico sin precedente en esta ciudad.
En el libro “La noche más larga. Memorias del huracán Sandy” está el testimonio de José Roberto Loo Vázquez quien se plantea el posible regreso del huracán. El Grupo Excelencias le propone la historia.
Si Sandy regresara…
Si Sandy regresara se encontraría la antena de mi televisor aún en el piso del patio. No por vagancia, sino porque en el suelo se ve mejor el televisor Panda.
Si realmente fuera tan valiente y decidiera llegarse por mi hogar, también se encontraría mi pequeña familia más preparada. Preferirá que llamara primero por teléfono, para poder salir corriendo con Tula (mi perra) y Yumisisleidis (mi computadora), cada una debajo de mis brazos, para casa de mi abuela. Claro está, esa si es de placa.
También hallaría a mi madre histérica, se pone así cada vez que anuncian lluvia y vientos (eso no ha cambiado…), pero también una mujer más madura, capaz de hacer, nuevamente varios sacrificios por su familia.
En esta ocasión no lloraría. Seguro que no. Buscaría vasijas para almacenar agua, las velas más baratas para alumbrar la noche, o incluso cocinaría (cosa que no le gusta) para varias personas (cosa que le gusta mucho menos) acompañada solo por Tula y una larga e interminable noche, atestada de silencio.
Si Sandy regresara, me encontraría en esta ocasión sin celular, sin los mensajes a deshoras que me llegaban de los amigos. Pero también a una persona que aprendió a valorar un poco más el precioso, frágil y diminuto milagro de la vida, ese que casi pareció escapar, cuando tres árboles cayeron sobre mi casa.




