Cuenca y Guayaquil, destinos que sobresalen por su cultura y gastronomía

03 de Abril de 2015 2:05am
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Cuenca y Guayaquil, destinos que sobresalen por su cultura y gastronomía

Si hay algo que puede sorprender al turista que descubre el Ecuador, es la cualidad de este país de albergar, en cualquier rincón geográfico, un estímulo sensorial que maraville. Y cuando se habla de estímulo, no nos referimos necesariamente a algo visual.

Incluso dos de las más grandes urbes del país, dentro del agitado movimiento que involucra la dinámica propia de grandes ciudades, guardan tesoros capaces de asombrar a propios y extraños. Se trata de Cuenca y Guayaquil.

Ubicada en la parte centro sur de la sierra ecuatoriana y rodeada de montañas, se levanta Santa Ana de los Ríos de Cuenca, ciudad donde cohabita la naturaleza con la arquitectura colonial y la modernización urbana. Estas cualidades han consagrado a Cuenca como uno de los destinos más atractivos del país valiéndole el reconocimiento por parte de la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1999.

Y cómo no sentirse hechizado frente a los sobrecogedores paisajes que ofrece la ciudad. Basta contemplar el emblemático Puente Roto, llamado así por la parcial destrucción de su característica arquitectura de piedra, como consecuencia de la creciente del río Tomebamba de 1950. O visitar la Plaza de las Flores que, en presencia de la imponente Catedral de la Inmaculada y del Templo del Carmen, ofrecen al visitante una explosión multicolor de astromelias, rosas y margaritas.

Pero sus colosales iglesias y numerosos museos no son los únicos elementos que hacen de Cuenca uno de los destinos turísticos con mayor demanda del país. A su atractivo histórico y cultural se suma su riqueza gastronómica que permite al visitante disfrutar de una experiencia placentera al paladar.

Gracias a la variada producción agrícola de la región, la comida típica cuencana despliega una oferta que va desde las ampliamente conocidas variedades de mote (mote pillo, mote sucio, mote pata), pasando por bebidas como la chicha o el morocho, hasta llegar a las famosas cascaritas.

Estas últimas se comercializan en la tradicional avenida Don Bosco donde también se puede probar el hornado de chancho, los llapingachos, el cuy asado y la fritada. El olor que se apodera de la calle vuelve casi irresistible la invitación a degustar uno de estos platos. Eso sí, acompañados de un buen ají.

A 125 Km de Cuenca se encuentra la ciudad de Guayaquil, misma que se convirtió en eje fundamental de la dinámica económica regional desde la época colonial gracias a poseer uno de los puertos con mayor tránsito marítimo.

Azotada por un incendio en 1896 que consumió la mayor parte de la ciudad y acabó con un gran número de reliquias arquitectónicas y artísticas, Guayaquil forjó su reconstrucción durante los primeros años del siglo XX.

La vivacidad y el calor de su gente acogen al turista durante su recorrido por conocer los más pintorescos lugares. Entre estos tenemos el barrio Las Peñas que parece llevar al visitante a un viaje por el tiempo en medio de coloridas casas con estilo colonial, seduciéndolo inevitablemente a escalar las más de 400 gradas hasta llegar a la cima para disfrutar de una vista panorámica de la urbe.

Descendiendo por el barrio Las Peñas, se puede realizar un recorrido por el Malecón 2000 visitando monumentos, plazas y el Hemiciclo de la Rotonda con las insignes figuras de Bolívar y San Martín.

Para quienes buscan disfrutar de las maravillas de la naturaleza, el Parque Histórico de Guayaquil permite conocer especies en cautiverio como cocodrilos, osos perezosos, nutrias, tortugas de río, entre otros, además de ofrecer una zona urbana caracterizada por dar una mirada al pasado gracias a la recreación arquitectónica del Guayaquil del siglo XIX.

Si de gastronomía guayaquileña se trata, el pescado y el marisco se hacen presentes en deliciosos platos elaborados con cangrejo, camarón, langostino, pulpo, calamar o concha. El ceviche, el caldo de manguera, encebollado de pescado, el bolón de verde, la cazuela de pescado o de mariscos, el arroz marinero, el caldo de bola de verde, entre otros, hacen de la estadía en la urbe porteña un placer para los gustos más exigentes.

Así que si usted y su paladar están en busca de nuevas experiencias, Cuenca y Guayaquil son ciudades ideales para impregnarse de recuerdos, de emociones, de paisajes y sabores. Destinos que colocan al Ecuador bajo la mirada del mundo que ve, cada vez con mayor interés, lo que este país tiene para ofrecer. (Con información de Tame)

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