Cuba: Playa Pilar, un paraíso en los cayos
Cuba. Aunque hay varias muy conocidas como Varadero, Guardalavaca o Santa Lucía, otras playas de este país no son muy famosas por estar ubicadas en zonas geográficas más apartadas, pero no dejan de impresionar a quienes la visitan. Una de ellas es Playa Pilar, en Cayo Guillermo, considerada por muchos como la más bella y maravillosa de este archipiélago, con sus dunas de hasta 15 metros de altura.
Sus cálidas y transparentes aguas azul turquesa de diferentes tonalidades y la inigualable naturaleza circundante convierten al balneario en un lugar espectacular de los cayos del norte de la central provincia de Ciego de Ávila.
Llama mucho la atención la belleza de sus fondos marinos, rodeados de formaciones coralinas de extrema hermosura, donde abundan los bancos de peces, pues, justamente allí, se encuentra la segunda mayor barrera coralina del Continente.
Antes de llegar a su encuentro se aprecia una gran franja de fina arena blanquecina, de casi un kilómetro de extensión, donde se ubica la mayor duna arenosa del Caribe, con unos 15 metros de altura, otro atractivo que se suma a sus mareas bajas y tranquilas y la limpieza del mar.
La playa está rodeada de una vegetación de cocoteros, uvas caletas, almácigos y especies endémicas, en un área que se recorre en pasarelas que llevan al viajero hasta las cristalinas aguas para no dañar las dunas y el entorno circundante.
Justamente frente a Playa Pilar, a unos 1.500 metros, se localiza un breve arco de tierra llamado Cayo Media Luna, de sólo 13,7 hectáreas, el cual al parecer reúne un concentrado de atributos paradisíacos, principalmente su área sumergida.
En ese punto de la geografía cubana, aproximadamente a unos 500 kilómetros al Este de La Habana, se encuentra cayo Guillermo, islote de 13 kilómetros cuadrados, cuyas bellezas impresionaron al Premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway, que reflejó el sitio en su famoso libro Islas en el Golfo. Precisamente fue Pilar el nombre que se escogió para denominar al balneario cubano pues así se llamaba el yate de Hemingway, que un día surcó los mares de la zona en busca de submarinos alemanes, durante la Segunda Guerra Mundial.
Guillermo, además de sus decenas de kilómetros de playas de origen coralino, de extraordinaria belleza y en excelente grado de conservación, sobresale por la diversidad de sus paisajes terrestres y litorales, con abundancia de especies de la flora y la fauna.
Conectado con Cayo Coco desde principio de la década del 1990, ese rincón cubano dispone de una bolera y de más de 1.100 habitaciones en los hoteles Meliá Cayo Guillermo, Sol Cayo Guillermo, Iberostar Daiquirí y villa Cojímar.