Circuito de altura por el Camino del Inca, en La Rioja argentina
Un tramo de la Ruta Nacional 40, más conocido como Cuesta de Miranda, recorre un antiguo paso natural empleado por los pueblos originarios. La travesía une las localidades de Chilecito y Villa Unión, en el centro del territorio riojano, y entre cornisas y cardones, ofrece una panorámica imperdible del Parque Nacional Talampaya, Patrimonio de la Humanidad.
Los vestigios de antiguas culturas aborígenes constituyen en gran parte de la Argentina, como uno de los legados más preciados de la historia. La mayoría de ellos son hoy interesantes atractivos turísticos, que permiten el reconocimiento de costumbres y formas de vida. Es el caso del Camino Imperial del Inca que bajaba desde Perú, a través de las regiones argentinas del Noroeste y Cuyo.
En el centro de la provincia de La Rioja, un tramo de la Ruta Nacional 40 se construyó a pico y pala sobre este paso natural que utilizaban los pueblos originarios para cruzar las sierras. Se trata de la denominada Cuesta de Miranda, entre las cadenas montañosas de Famatina y Sañogasta. Una travesía de altura teñida de rojos, ocres y verdes, que une las localidades de Chilecito y Villa Unión.
Huellas del pasado
Situado en plena región de Cuyo, este circuito de altura por la Cuesta de Miranda alberga, entre sus tesoros más preciados, una antigua tambería Incaica construida entre 1470 y 1536. Ubicada en cercanías de Chilecito, al sur del recorrido, se trata de un complejo de 16 hectáreas, declarado Monumento Histórico Nacional. Fue allí donde se alojaban los emisarios del gobierno y se acopiaban los alimentos, lana y leña.
El otro sitio de importancia histórica que merece una visita en esta travesía es La Pelea, donde en 1867 tuvo lugar la batalla de la Quebrada de Miranda. Un episodio que enfrentó a las tropas federales – comandadas por el coronel José María Linares- contra las fuerzas montoneras de Felipe Varela, que lograron la victoria y ordenaron la ejecución del representante del gobierno nacional en una plaza de Famatina.
Tras los pasos del Inca
El trazado de la Ruta Nacional 40 que conforma la Cuesta de Miranda, a través del macizo de Famatina, se inició en 1918. Una obra de ingeniería – a cargo del italiano Francisco Bolloli- que demandó 10 años de construcción. Se trata de 11,5 kilómetros, con 320 curvas y muros de contención de roca granítica.
El punto más alto de la Cuesta -cuyo nombre fue dado por el español Don Juan de Miranda, antiguo propietario de estas tierras- supera los 2 mil metros de altura. Allí, el viajero encuentra el mirador Bordo Atravesado, un sitio desde el que se aprecian los paredones rojizos del Parque Nacional Talampaya, declarado por la Unesco Patrimonio Natural de la Humanidad.
Después de esta panorámica, que con suerte estará acompañada por el vuelo de algún cóndor, el camino desciende hasta Villa Unión. En este tramo de la Cuesta se avista una zona conocida como El Abanico, por la curiosidad del relieve sometido a los constantes cambios de la erosión natural.
El encanto de los alrededores
En la región de la Cuesta de Miranda, la única vía de conexión es la Ruta Nacional 40, que atraviesa viñedos y cultivos de olivos, nogales y frutales. Un área riojana que se caracteriza por la hospitalidad de la gente, las artesanías y la exquisitez de los vinos y dulces caseros.
En cercanías de Chilecito, una de las excursiones más solicitadas es la que conduce hasta el distrito minero de La Mexicana, a unos 4600 metros de altura. En el sitio existe un cable carril con más de 100 años de historia que permite acompañar el recorrido de esta obra por unos 34 kilómetros.
Condicionados por el clima
En la región centro de la provincia de La Rioja, donde se sitúa la Cuesta de Miranda, la temperatura media anual ronda los 25°C. Y si bien el camino permite las visitas durante todo el año, es importante saber que en invierno caen nevadas y en verano, aunque las noches son frescas y agradables, suele haber jornadas de lluvia, que escasean en el resto de las estaciones.
Tanto desde Chilecito, La Rioja Capital o Villa Unión, los viajeros podrán contratar excursiones guiadas para hacer esta travesía de altura por la Cuesta de Miranda. En caso de hacerlo de manera particular, se recomienda consultar el estado del camino previo a la salida. La mayor parte de la ruta está asfaltada, pero la zona más alta posee aún algunos kilómetros de ripio que exigen precaución.
Las sequías y el viento Zonda son dos características distintivas de esta región cuyana. Ambas condiciones influenciaron de manera directa el desarrollo de la fauna y flora locales. En cuanto a la vegetación, se aprecian a la vera del camino numerosas hierbas aromáticas o medicinales, como cedrón, poleo y vira vira. También los típicos cardones que dan flores blancas y amarillas, elegidas como distintivas de la provincia de La Rioja.
La fauna, en general, es silvestre. Vicuñas y guanacos se dejan ver a la distancia en las zonas de montaña, así como pumas, venados, zorrinos, chanchos del monte, liebres criollas o maras, quirquinchos, hurones y zorros. En tanto, el mayor ejemplar de la región de Cuyo es el cóndor, que deleita con sus vuelos.
Aventura y entretenimiento
En los alrededores de la Cuesta de Miranda, los escenarios naturales se prestan para el desarrollo de diversas actividades, tanto para los que buscan una jornada de relax y contemplación como para los amantes de los desafíos extremos.
Los caminos exigen en algunas ocasiones travesías en vehículos 4x4 por las condiciones del terreno, y en cuanto a los deportes, hay empresas prestadoras de servicios en la región que ofrecen saltos en parapente, salidas de mountain bike o trekking, escalada, cabalgatas y motocross.
Una de las prácticas más novedosas son los safaris fotográficos, y para los grupos familiares resulta imperdible la oferta de agroturismo. Bodegas, fincas, viñedos y granjas invitan a participar de los cultivos, la cría de ganado, la degustación de vinos pateros y otras actividades rurales.
Sabores cuyanos
Entre los platos típicos que se degustan en esta región argentina están las empanadas, cazuela riojana, chivitos y locros, a base de maíz y cerdo. Se encuentran los mejores dulces de cayote y los vinos son ganadores de importantes premios. Una de las cepas más destacadas es el Torrontés Riojano, de tonalidad blanca dorada e intenso aroma frutal.
Otros lugares
Sobre la misma Ruta Nacional 40, que recorre más de cinco mil kilómetros en toda la Argentina, otros destinos riojanos que resultan imperdibles son los pueblos de Famatina y San Blas de los Sauces, con sus extensos cultivos de olivos y duraznos.
Uno de los atractivos más destacados de La Rioja es el Cráter Corona del Inca, ubicado en el centro del gran círculo de volcanes formado por los macizos Veladero, Reclus, Los Gemelos, Bonete y Pissis, donde se practica buceo de altura.
Desde Buenos Aires hasta La Rioja Capital en auto son 1.167 kilómetros, a través de las Rutas Nacionales 9 y 60, y la Ruta Provincial 5. Desde La Rioja Capital hasta la Cuesta de Miranda se continúa por Ruta Nacional 38 hasta la localidad de Patquía, y desde allí por Ruta Nacional 74 a través de Nonogasta. La distancia existente entre Villa Unión y La Rioja Capital es de 275 Kilómetros.
En cinco estrellas las opciones de alojamiento en La Rioja alcanzan los U$S 140 y en cuatro estrellas es posible encontrar hospedajes desde U$S 88. Para opciones más económicas hay dos y tres estrellas que rondan los U$S 50. En campings los valores son menores a U$S 15 por persona.
En el Parque Nacional Talampaya la excursión al Cañón cuesta U$S 20 dólares, combinado con Los Cajones U$S 28 y un safari de aventura en 4x4 desde U$S 32. La entrada general es de U$S 10, y para familias se ofrece el 50% de descuento en los primeros dos hijos, y 100% desde el tercero.




