Calle Corrientes, donde Buenos Aires nunca duerme

11 de Febrero de 2014 3:47am
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Calle Corrientes, donde Buenos Aires nunca duerme

Corrientes es una de las avenidas emblemáticas de Buenos Aires, eje de su vida nocturna, cultural y bohemia. Con diferentes estilos, transita por cinco barrios porteños a lo largo de 8,6 kilómetros y posee al menos 70 cruces. Cines, teatros, cafés y librerías son sus principales distintivos, y además cuenta con un área financiera y otra comercial.

Uno de los recorridos imperdibles que todo turista extranjero realiza en su primera visita a Buenos Aires es el que transita por la famosa calle Corrientes, una avenida larguísima que atraviesa cinco barrios porteños y conjuga numerosos estilos arquitectónicos.

La arteria es transitada a diario por miles de personas y guarda en sus más de 70 esquinas el recuerdo de grandes personajes de la historia nacional como el tanguero Carlos Gardel, el escritor Jorge Luis Borges o el humorista Alberto Olmedo.

Eje de la vida nocturna, cultural y bohemia de la Reina del Plata, la calle Corrientes es una de las principales razones por las cuales la metrópolis recibió la descripción de “Buenos Aires nunca duerme”. Carteles de luces que anuncian cines y teatros, autos que no cesan en su paso, puestos ambulantes de flores, revistas y otras mercaderías, restaurantes y cafés tradicionales abiertos a toda hora así lo confirman.

En total, la avenida se extiende por 8,6 kilómetros desde el denominado Luna Park, en el barrio de San Nicolás, hasta el Cementerio de la Chacarita, el más grande y popular de la ciudad, donde descansan los restos de reconocidos artistas, políticos, intelectuales y deportistas. En cada sector, Corrientes toma una cualidad distinta marcada por la cultura, los centros comerciales o los edificios de viviendas particulares.

Un poco de historia

La tradicional calle Corrientes, en la que hoy todo artista del teatro quiere ver su nombre iluminado en una gran marquesina, fue hace casi 300 años un simple sendero de tierra llamado Del Sol. En 1729, cuando se proyectó la construcción de un templo (donde hoy se encuentra el Obelisco), pasó a llamarse San Nicolás y según cuenta la historia allí se izó por primera vez la bandera argentina en Buenos Aires.

Para ese entonces, el fervor de la Revolución de Mayo generó un nuevo y definitivo cambio de nombre al de Corrientes, ya que al parecer fue la primera ciudad argentina que adhirió a la causa de la Independiencia. Algunas de los más importantes transformaciones vinieron décadas más tarde: 1936 se concluyó su ensanche y luego comenzó a proyectarse la Línea B de subterráneos.

Entre los primeros teatros que se construyeron sobre la arteria se encuentran el Ópera, el Odeón y el Politeama Argentino. Recién a principios del siglo XX se sumaron también cafés y restaurantes que desde entonces mantenían sus puertas abiertas durante la noche. Esta última característica convirtió a la calle en uno de los sitios predilectos para músicos de tango, artistas e intelectuales.

Cinco barrios porteños

Para  hacer el circuito por calle Corrientes, nada mejor que andar mapa en mano y con muchas ganas de caminar. Una de las recomendaciones es comenzar por el barrio de San Nicolás y ascender hacia la Chacarita. Como se trata de un itinerario variado, lleno de atractivos y de más de ocho kilómetros, se recorre por sectores.

La primera zona, que parte desde el pintoresco Puerto Madero y se adentra en el barrio de San Nicolás, es reconocida por sus áreas financiera y cultural, separadas simbólicamente por el Obelisco -en el cruce de la Avenida 9 de Julio-, uno de los emblemas históricos, turísticos y arquitectónicos de la ciudad.

Una de las primeras visitas es el Luna Park, un Monumento Histórico Nacional, que fuera diseñado como estadio cubierto de box y en el que actualmente se desarrollan actividades artísticas, políticas, religiosas, deportivas y sociales. Fue allí donde la mítica Eva Duarte conoció a su esposo y tres veces presidente de la Argentina, Juan Domingo Perón.

Muy cerca, la caminata sigue por el Palacio de Correos, otro Monumento Histórico Nacional, un exponente de la arquitectura europea que fue convertido en el Centro Cultural del Bicentenario.

En el cruce con la calle Reconquista se concentra la zona financiera, donde se distinguen la Torre Club Alemán, también sede del Instituto Goethe; la Plazoleta San Nicolás, punto de reunión de los trabajadores del denominado “microcentro” porteño, y la Comisaría del Turista.

A la altura del 400 se encuentra el edificio Safico, en el que funcionan la mayoría de las agencias de noticias extranjeras. Unos metros más adelante está el Edificio Transradio Internacional, con su reloj dorado de signos del zodíaco y estaciones del año.

Entre las esquinas más transitadas de toda la avenida se destaca la peatonal Florida, donde los turistas caminan en busca de cueros y prendas de prestigiosas marcas. Allí, se avista un antiguo palacio neogótico que perteneció a la familia Elortondo Alvear y la Iglesia Metodista.

A partir de Esmeralda hasta la avenida Callao, Corrientes se transforma en el centro de la cultura y el entretenimiento de Buenos Aires, por sus teatros, comercios, librerías y establecimientos gastronómicos.

La primera sala de teatro es la del Maipo (449) y le siguen más adelante el internacional Gran Rex, el Tabaris y el Ópera (todos a la altura del 800), donde se presentaron figuras de la talla de Ava Gardner, Édith Piaf y el Lido de París.

Mención aparte merece el antiguo Teatro Nacional (906), en el que en 1933 cantó por primera vez en Buenos Aires el tanguero Carlos Gardel. La sala fue posteriormente destinada a las obras de revista, sufrió un feroz incendio en 1982 y reabrió sus puertas hace poco más de una década.

Entre el 1.100 y el 1.700 se estima que existieron hasta 25 teatros. Hoy se ubican el Broadway, el Arteplex Centro, el Lola Membrives, El Multiteatro, el Metropolitan, el Lorca, el cine-teatro Premier, el San Martín (con tres salas teatrales, un cine, una fotogalería y talleres de vestuario, escenografía y decorados), el Picadilly, el Centro Cultural de la Cooperación, el Astral, el Presidente Alvear, y el complejo cultural y comercial Paseo La Plaza.

También en estas mismas cuadras el viajero encuentra otros sitios recomendados entre cafés, restaurantes y confiterías tradicionales. Algunos de ellos son El Foro; La Giralda, reconocida por sus chocolates con churros; Ramos, en el que se reunían actores, periodistas y cineastas; La Paz, reducto de bohemios y socialistas; El Estaño, en el que se dice trabajó Aristóteles Onassis mientras se refugiaba en la Argentina; las pizzerías Güerrin, Los Inmortales, Las Cuartetas y Banchero Centro; la heladería El Vesuvio, y el Palacio de la Papa Frita.

La visita recomendada para lectores son las librerías, donde las personas pasan horas en búsqueda de viejas ediciones, discos de vinilo y revistas. En ellas, muchos escritores presentan sus nuevas obras. La industria editorial argentina es una de las más importantes de Latinoamérica.

Finalmente, hay diversos personajes que fueron distinguidos con placas, murales o monumentos en esta zona de Corrientes, como la actriz Tita Merello, el poeta Enrique Cadícamo, el humorista Alberto “el Negro” Olmedo y el compositor de tangos Enrique Santos Discépolo.

El segundo barrio que cruza la calle Corrientes es Balvanera, donde la arteria se subdivide en tres pequeñas zonas: Congreso, Once y el Abasto. Un área destacada por sus comercios, carteles publicitarios y galerías elegidas sobre principios del siglo XX por las comunidades judías, sirias, libanesas y armenias para poner locales.

Entre los sitios destacados están la peatonal Santos Discépolo, donde se aprecia el antiguo paso del primer ferrocarril argentino, murales y placas distintivas; La Casona del Teatro; el Centro Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires, y Cosmos UBA, para la difusión del cine independiente.

En dirección al cruce con Pueyrredón comienza el denominado “Once”, donde se comercializa ropa, telas, zapatos y otros productos al por mayor y menor.

Hasta Anchorena se extiende el denominado “Abasto”, una de las zonas más visitadas por el turismo tras los pasos de Gardel, por tratarse del barrio de su juventud. Sobre Jean Jaurès se encuentran la Casa Museo y el Paseo del Fileteado.

Entre los distintivos de la zona está el Shopping Abasto, uno de los más grandes de Buenos Aires, en el que hay comercios, salas de cine, patios de comidas y un museo especialmente dedicado a los niños.- También el Abasto Hotel, el primer cinco estrellas que se construyó bajo la temática del tango, con clases para aprender la danza, venta de indumentaria y espectáculos en vivo.

En la tercera zona que transita la calle Corrientes, los turistas avanzan más rápidamente por tratarse del tranquilo barrio de Almagro, donde se distinguen numerosos edificios de viviendas particulares. La mayor actividad se registra entre Avenida Medrano y Bulnes, por la existencia de algunos comercios. Hasta hace algunos años funcionaba allí el tradicional Mercado de las Flores, donde se estima se vendían hasta 400 mil canastos por año, pero el terreno fue adquirido para un templo evangélico.

Un poco más adelante, aparece el barrio de Villa Crespo, uno de los tramos de la avenida que fue elegido por el escritor Leopoldo Marechal para situar su novela Adán Buenosayres. En esta zona abundan las tradiciones judías, y es muy fácil de encontrar, por ejemplo, panes sin levadura por el Pésaj. Allí hay sitios imperdibles como la pizzería Imperio y una plazoleta con un monumento dedicado al pianista y compositor de tangos Osvaldo Pugliese.

El cruce con la avenida Dorrego marca el inicio del quinto barrio que atraviesa la calle Corrientes: Chacarita, muy visitado por el turismo por su amplio y popular cementerio en el que descansan los restos de varios personajes de la historia nacional como Perón, Gardel, Ringo Bonavena, Norberto Napolitano (Pappo), Severino di Giovanni, Paul Groussac, Aníbal Troilo, Astor Piazzolla y Osvaldo Soriano.   
 


Para movilizarse dentro de la ciudad existe un completo sistema de transporte: taxis y remises, seis líneas de metro, más de cien líneas de colectivos y trenes interurbanos. Los alojamientos de primera categoría cuestan entre US$ 170 y 460. Hay hoteles tres estrellas alrededor de los US$ 100, y alternativas más económicas con tarifas entre US$ 36 y 45. Buenos Aires posee 175 salas de teatro, 189 cines y 3.500 restaurantes.
 

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