Brasil: Ceará, de las playas y las ciudades coloniales a las cordilleras y los sertones

23 de Agosto de 2010 10:25pm
godking
Brasil: Ceará, de las playas y las ciudades coloniales a las cordilleras y los sertones

Brasil. Ceará, estado del nordeste de este país, enmarca una gran diversidad de ecosistemas y paisajes, desde algunas de las más hermosas playas del mundo en sus 573 kilómetros de costa y sitios paradisíacos como Jericoacoara, hasta las cordilleras, las pintorescas ciudades de origen colonial y los famosos sertones, la vasta zona semiárida.

Ceará se localiza en la posición más septentrional de Brasil con una población de 7.417.402 de habitantes, una extensión total de 146.348,3 kilómetros cuadrados y una densidad demográfica de 50,68 habitantes por kilómetro cuadrados. El clima es tropical con una temperatura que oscila entre los 25 y 28 grados centígrados durante todo el año.

Su capital, Fortaleza, llamada también Hija del Sol, figura entre las ciudades más importantes del noreste y del país. Conjuga modernidad y bellezas naturales en una geografía costera que ofrece un mar tibio con dunas caprichosas y un sinfín de playas adornadas de cocoteros.

Fortaleza tiene una magnífica infraestructura al servicio del turismo.

Para quienes gustan de la cercanía con el mar están los acantilados de Monte Blanco con sus arenas coloridas, y Jericoacoara, una de las playas hermosas del mundo, a la vez un Área de Protección Ambiental.

Entre los atractivos que cautivan a los visitantes cabe mencionar la hospitalidad de la población. Y, desde luego, casi no hay lugar en Ceará donde no se coma delicioso.

La actividad culinaria en base a delicados productos del mar, así como sus tradiciones populares de vieja raigambre hacen de Ceará un destino imprescindible que nadie puede dejar de visitar alguna vez.

En ciudades como Iracema es posible hallar expresiones de la idiosincrasia regional en la artesanía, los tejidos a mano, en los quesos y dulces elaborados según antiguas técnicas.

Y como ocurre en todas las ciudades costeras del noreste, la gastronomía marina ofrece todo tipo de tentaciones al paladar. Pescados, mariscos, langostas y gambas recién capturadas son los principales ingredientes. En tanto, los postres típicos están elaborados con frutas nativas.

Otras ciudades de gran interés turístico en Ceará son Aracati, con sus hermosas playas La Luna y la Estrella (Canoa Quebrada); Beberibe (paseos en balsas, playas y dunas); Sobral (Princesa del Norte); y la imperdible Jijoca de Jericoacoara.

A 310 km al oeste de Fortaleza, capital de Ceará, Jericoacoara tiene varias de las playas más bonitas del país y está repleta de dunas y costas rocosas, cocoteros y mar de agua increíblemente azul. Las bellezas naturales son tantas que motivaron la creación del Parque Nacional de Ubajara y Jericoacoara.

Con calles sin pavimentación, la villa conserva el encanto y la rusticidad de una aldea de pescadores. Muchas de sus encantadoras posadas fueron, en el pasado, residencias de los habitantes de la región. Para llegar hasta allá, vale la pena utilizar vehículos especiales, capaces de vencer los kilómetros de dunas que separan el lugar de la carretera más próxima, o tomar las líneas de autobuses que parten diariamente de Fortaleza.

Descubierta en los años 70 por hippies, Jeri, como es llamada, tiene en el turismo su principal fuente de renta. Los turistas brasileños y extranjeros que la visitan tienen la oportunidad de aprovechar las bellísimas playas, hacer excursiones en buggies por el extenso litoral y velear en las lagunas de aguas límpidas. Al final de la tarde, pueden asistir a la puesta del sol sobre una enorme duna. Y por la noche, después de apreciar la iluminación nocturna, probar algunas de las deliciosas recetas de pescado y mariscos en los restaurantes locales.

Si aún tiene aguante, el turista puede entrar madrugada adentro aprovechando un auténtico forró en la animación de los bares. Quien visita la playa de Jeri no puede dejar de conocer también la ciudad de Jijoca de Jericoacoara, que está a apenas 20 kilómetros, con bellezas naturales y vientos constantes que agradan especialmente a los practicantes de deportes náuticos, como el kitesurf y el windsurf.

Jeri es un lugar quitado del mundo moderno sin ruidos de sirenas sin tráfico ni congestionamientos. Un lugar donde las playas llegan hasta donde el ojo puede ver. Hasta hace aproximadamente 20 años, Jericoacoara seguía siendo una típica aldea de pescadores aislada y simple. Un paraíso.

En cuanto al clima de la región, es caracterizado como cálido y húmedo, con lluvias de verano a otoño y temperaturas medias oscilando entre 22º C y 35º C. El período de seca varía de cinco a seis meses. La media anual pluviométrica es de 1.364 milímetros.

Las opciones de hospedaje en Jericoacoara vienen aumentando con el crecimiento del turismo. La villa cuenta con hotel, diversas posadas y camping. Los restaurantes locales sirven platos de diversas especialidades, pero el destaque es para los que preparan pescados y mariscos.

La playa de Jericoacoara, junto a la villa, es una bella ensenada rodeada de dunas de arena blanca y cocoteros. Tanto hacia el este como hacia el oeste del litoral de la región hay una sucesión de playas semidesiertas. Las aguas del mar son azules y, en varios trechos, extensos cocoteros enarcan paisajes paradisíacos. Vale la pena también conocer las formaciones rocosas esculpidas por las aguas y el viento, como la Pedra Furada y la Piscina de la Princesa.

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