Bienestar… ¿en la oficina?

Para prosperar en el futuro, las compañías necesitarán alinear los ambientes y culturas de trabajo con las motivaciones y necesidades de los empleados

Cuando escuchamos el término “bienestar en el puesto de trabajo”, usualmente nos vienen a la mente mensajes de los empleadores para cuidar la salud; programas para dejar de fumar o bajar de peso; clases sobre buen estado físico y reducción de estrés; y facilidades como masajes gratis, tarjetas de regalo, premios o dispositivos portátiles.

Sin embargo, el bienestar en el trabajo es el derecho a laborar de forma saludable, motivadora y edificante. Todos –trabajadores, gerentes y dueños– deberían esforzarse por trabajar para mejorar nuestro propio bienestar y el de los otros.

Se trata de un considerable y creciente mercado valorado en $40,7 mil millones en todo el planeta. Sin embargo, actualmente los programas enfocados en ello alcanzan a menos del 9% de la población activa mundial –principalmente aquellos que viven en países industrializados o trabajan para compañías multinacionales.

Asimismo, entre los trabajadores que sí tienen acceso a programas de bienestar en el puesto de trabajo, la participación no ha sido muy entusiasta. La mayoría son administrados por departamentos de Recursos Humanos para ayudar a los empleados a “resolver” los problemas relacionados con una salud deteriorada, hábitos poco saludables y estrés.

Por otra parte, el trabajo también puede ser dañino para nosotros –por ejemplo, cuando nuestro puesto de trabajo no es seguro o puede perjudicar nuestra salud y cuando la cultura de trabajo es hostil, agresiva y estresante.

En sentido contrario, el bienestar y el trabajo pueden crear un círculo mutuamente virtuoso. Cuando nos sentimos saludables y equilibrados, traemos energía, concentración y motivación al trabajo, y somos más productivos.

¿Cómo luce el futuro del bienestar en el trabajo?

Las compañías deberán adoptar una cultura de bienestar como regla común, no como excepción, si quieren atraer y conservar a las personas valiosas. Los gobiernos serán más exigentes al demandar el bienestar, incluyendo en el lugar de trabajo.

Hay tres áreas clave donde podemos actuar para mejorar el bienestar en el trabajo, sin importar la industria o país donde estemos, la magnitud de nuestra organización o los recursos disponibles.

» Ambiente Físico

Cada lugar de trabajo y ocupación tiene sus propios peligros y riesgos para la salud. Los empleadores y gobiernos deben establecer, aplicar e implementar estándares para reducir las enfermedades, heridas y muertes en el puesto de trabajo, y también lidiar con temas como los “edificios enfermos” y la calidad del aire en interiores.

» Personal

Los empleadores comprensivos necesitan ir más allá de los “programas de bienestar” para trabajar en las necesidades de salud y bienestar más urgentes, ya sea logrando un equilibrio entre el trabajo y la vida, bebiendo agua potable, garantizando un salario, o administrando las finanzas personales.

Además, cuando encontramos significado, propósito, e impacto en nuestro trabajo, el bienestar individual crece y somos mejores empleados.

» Sociedad y Comunidad

Nuestras interacciones sociales y relaciones en el trabajo –con los compañeros de trabajo, clientes, gerentes, socios y la comunidad– tienen un profundo impacto en nuestro bienestar y el de los demás.

Los que valoran y cuidan a sus empleados como el activo más importante en su organización; quienes dan un ejemplo de empatía, honestidad, transparencia y comportamientos saludables; y quienes se enfocan en una misión con propósito (no con fines de lucro) pueden ser la mayor fuente de motivación y bienestar para sus empleados.

(Tomado del Reporte Mundial 2016 de Bienestar en Centros Laborales, del Global Wellness Institute.)