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Alexis Gómez, Gerente General de Cabañas Uaguinega, en Panamá

13 de Abril de 2010 8:13pm
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Alexis Gómez, Gerente General de Cabañas Uaguinega, en Panamá

En Kuna Yala, una de las tres comarcas indígenas panameñas con nivel de provincia, se ha desarrollado desde los años 90 el proyecto turístico-ecológico Cabañas Uaguinega, extendido recientemente con el Akwadup Lodge y resort, ubicado en una isla coralina. El complejo, edificado al estilo rústico tradicional pero con todas las comodidades modernas, es propiedad de una familia Kuna y se ha consolidado como referente de negocio exitoso y fuente de empleo para pobladores locales.

¿Cuándo comenzó el proyecto?

-La idea surge en el año 1992, y fue fundado por el señor Gerónimo de la Ossa Vargas y su esposa Mariela Tejada. El proyecto es totalmente Kuna. En el territorio Kuna, lo que es la comarca de Kuna Yala, conocida antes como San Blas, no se permite la inversión extranjera. Es un proyecto hecho a base de esfuerzo: empezaron con una sola cabaña en 1992 y al día de hoy Cabañas Uaguinega cuenta con 11 unidades, dotadas con todas las comodidades. Y tenemos el nuevo proyecto, Akwadup Lodge, que consta de siete cabañas que están sobre el nivel del mar y también con todas las comodidades.

¿Es usted Kuna, o descendiente? ¿Cómo llegó a ser gerente general del ecoresort?

-Soy de la ciudad capital. En el 2004 o 2005 la junta directiva de esta empresa, que consta de siete personas, que son los fundadores y sus hijos, me contrataron para una conferencia de actualización empresarial. Les brindé una conferencia en un hotel de aquí de ciudad capital, no sólo fue de motivación sino que les aclaré todo sobre la parte legal de una empresa. Ellos se interesaron y me llamaron meses después y me preguntaron si estaba interesado en apoyarlos. Ahí empezó la relación, en principio por tres meses para dar capacitación al personal y para dar algunas ideas sobre el departamento de ventas, pues no tenían aún un departamento de ventas, pero luego, en enero de 2006, pasé a ser gerente general. Ninguno de los empleados tenía experiencia en ventas y tuve que entrenarlos. Recuerdo que la primera fue una semana de seminarios e incluso sesiones de expresión oral, para mejorar en el terreno lingüístico. Y fue positivo, las ventas se fueron incrementando en porcentajes altísimos, de hasta 50%.

¿Cuáles son las razones para que se definan como hotel ecológico? ¿Qué ofrecen a los huéspedes?

-Tratamos de cuidar al máximo el entorno. Por ejemplo, últimamente eliminamos todo lo que es generadores y pasamos a usar paneles solares para evitar la contaminación por el empleo de combustibles. En Akwadup Lodge, por ejemplo, que estamos rodeados de palmas, estamos siempre sembrando, cuidando las plantaciones, el mínimo animalito que haya ahí dentro de la isla. Porque somos nosotros los que hemos construido nuestras instalaciones en la casa de esos árboles y esos animales, en su ambiente natural, tenemos que convivir con ellos y cuidarlos.

Uno de los puntos fuertes de la empresa es la afluencia de turistas que vienen a ver la naturaleza, a fotografiar y observar aves y otros animales y plantas. Hemos hecho algunos senderos en la selva para llegar a la parte de las cascadas. Dependemos de la naturaleza, por lo que siempre tenemos que estar alertas en su cuidado.

¿En qué rango de edades están sus clientes?

-Vienen de todas las edades, pero fundamentalmente están entre 30 y 80 años. Hemos tenido a personas bastante longevas visitándonos, incluso de 90 años, y también hemos tenido la oportunidad de ver familias completas. Muchos de los clientes, siendo empresarios, políticos o personas de la farándula en otros países, nos han comentado cosas como que están aburridos de los hoteles cinco estrellas, quieren ver algo más natural, espontáneo. Es lo que vienen buscando. Y eso es lo que les ofrece Cabañas Uaguinega y Akwadup Lodge: un ambiente natural con ciertas comodidades, y una comida excelente.

¿De qué procedencia son los huéspedes?

-La mayoría de nuestros clientes provienen de Estados Unidos y Canadá, y en cuanto a Europa la mayor cantidad viene de España, Francia y Suiza.

¿Y el personal que trabaja en el hotel?

-El 95% de nuestros trabajadores son Kunas, nacidos en Kuna Yala. El otro 5% somos lo que pudiéramos decir latinos, o, como dicen ellos, “guaras”. La gran mayoría son indígenas, porque es la prioridad: que los hoteles en Kuna Yala contribuyan a resolver la problemática del desempleo. Ellos son los cocineros, los chef, los saloneros, los guías, los motoristas, los encargados de house-keeping… Generalmente hay latinos en puestos de supervisión, en la parte contable, en ventas, donde se necesita algo más de calificación.

¿Cómo se ha comportado históricamente la ocupación y las ventas?

-En 2005, cuando comencé, el hotel tenía algunos problemas de rentabilidad. A partir del 2006 cambió totalmente y empezaron a generarse ganancias, la ocupación mejoró y también la parte financiera se consolidó. A pesar de ser una empresa indígena, y de que por ello algunos no crean que pueda prosperar, se convirtió en una empresa sólida. Y también a pesar de estar en una playa, pues el mantenimiento exige gastos elevados. Anualmente tenemos que invertir, entre los dos hoteles, cerca de 50.000 dólares en reparaciones y mantenimiento. Hoy en día tenemos un estándar financiero aceptable, y hemos podido demostrarlo con los salarios del personal, tanto en las oficinas como directamente en los servicios, incluida una bonificación al final del año.

¿Qué experiencia ha sacado de la gerencia combinada de los dos hoteles?

-En cuatro años hemos concluido la remodelación total de todas las cabañas (de 11 renovamos nueve en estos cuatro años, pues dos ya habían sido modernizadas en 2006).


Hoy día todas las cabañas tienen panel solar, al igual que el restaurante; se cambiaron los equipos, las luminarias; se construyó un muelle nuevo. Se han ajustado los salarios. Hemos dictado más de 1.000 horas de seminarios. Hemos insistido en el ahorro y en el liderazgo, en la atención al cliente y la interrelación con él, en las relaciones personales. Construimos el proyecto Akwadup Lodge, con una inversión superior al cuarto de millón de dólares, y estamos al día en las cuentas. Tenemos relaciones con más de 150 agencias de viajes, y hemos organizado actividades para los touroperadores que más nos han vendido.

Obtuvimos el Bizz Award en 2008, un premio a la excelencia. Creo que la imagen del proyecto ha cambiado en estos años, no sólo en Panamá sino a nivel internacional.

No ha sido sólo una labor meramente administrativa…

-No, ha tenido que ver con muchas cosas. He sido un poco consultor, contador público autorizado, auditor, abogado, psicólogo, conferencista… Antes de llegar acá, era un consultor de diferentes tipos de empresas y sólo estaba relacionado con el mundo turístico por mis servicios a una agencia de viajes, lo demás eran clínicas, editoriales, porcinas, de embutidos, farmacias; en fin, una gran variedad. Cuando llego a Cabañas Uaguinega, en 2005, es que realmente comienzo una experiencia fuerte en el sector turístico. Yo tenía 14 años de experiencia en diferentes empresas, en el área de mercadeo y ventas, y pude aplicarla aquí. También trabajé en la parte de motivación del personal, y en la parte legal y contable, administrativa.

Ha sido un gran aprendizaje. Y diariamente sigo preparándome, tomando además la experiencia de la gente que ya trabajaba aquí. Estoy muy agradecido también al pueblo Kuna: con ellos he aprendido a ser más humilde y a valorar más al ser humano.

¿Qué proyectos tiene para el futuro? ¿Están relacionados con el desarrollo turístico de la región, del país?

-Ya le tomé amor a la labor turística. Creo que Panamá se quedó atrás con respecto a otros países del área como Costa Rica, a pesar de tener tantos atractivos… Yo he seguido desarrollando mis actividades, dictando conferencias en otros países, pero no me voy a desvincular del campo del turismo.

¿Qué perspectivas ve al desarrollo turístico de Kuna Yala?

-He observado en estos cuatro años que Kuna Yala es como un diamante en bruto, que hay que pulir. Yo estoy entre los defensores del concepto de que los indígenas tengan sus reservas, una zona donde vivan según sus tradiciones, con sus familias, en su universo. Pero a la vez considero que la actividad turística puede ser la fuente del aporte principal para que esta comunidad indígena, que tiene muchas limitaciones, pueda crecer. El proyecto turístico en Kuna Yala va a seguir creciendo, siempre que el Kuna amplíe su visión, la idea de permitir que el turista venga e invierta y contribuya a que crezca el producto económico.

Siento que Kuna Yala, dentro de Panamá como país, es uno de los lugares que se han mantenido más vírgenes. Se mantienen muchas tradiciones culturales, hay una enorme riqueza natural, pero hace falta una actitud más abierta. Pienso que va a ser el punto fuerte de Panamá en el turismo. En otros lugares ya hay saturación de hoteles. Kuna Yala está llamado a ser el lugar que pueda brindar al turista esa posibilidad: estar en un sitio sin saturación. Siempre, muy importante, preservando los intereses y priorizando el desarrollo humano de las comunidades indígenas.

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