Cuba fascina a turistas de Estados Unidos

27 de Agosto de 2015 9:56pm
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Cuba fascina a turistas de Estados Unidos

Cuba siempre ejerció una poderosa seducción en sus vecinos del Norte, tanta que uno de los padres fundadores de Estados Unidos acuñó la frase de que el destino manifiesto de la Isla sería caer como fruta madura en su huerto del patio trasero.

It was fascination…cantaba con voz aterciopelada Nat King Cole, a finales de la década de 1950, en el deslumbrante escenario de Tropicana –bajo las estrelladas noches habaneras- ante cubanos afortunados y muchísimos turistas norteamericanos, que venían por un día para regresar a casa con aquel recuerdo inolvidable.

El plato fuerte de la noche eran la rumba, la frenética danza de las rumberas al golpe de los tambores, el ritmo del mambo y el cha cha chá, los deliciosos olores del lechón asado y los frijoles negros, el aroma embriagador de un puro habano o las delicias de un mojito, mezcla del mejor ron y refrescante hierbabuena.

La  noche habanera reunía lo bello y lo prohibido. También se ofrecían sórdidos espectáculos eróticos y la lujuria de los casinos, con todos sus lacras y vicios acompañantes. Hasta el 1 de enero de 1959, cuando –como diría Carlos Puebla en su memorable guaracha: “llegó el Comandante y mandó a parar”.

Cuba ingresó en un proceso de reconstrucción social, en el que se dio prioridad a la educación y la cultura, en un entorno saludable y seguro, dispuesto a enaltecer los más dignos valores humanos.

El cambio no significó que se dejara a un lado a la industria de la hospitalidad como una posible fuente de trabajo y de diversión para los ciudadanos cubanos y de ingreso en divisas, mediante una sana oferta turística de sol y playa, cultura y recreación.

Hoy pocos lo recuerdan, pero Fidel Castro en persona asumió en 1959 la presidencia del recién creado Instituto Nacional de la Industria Turística (INIT), testimonió su interés por desarrollar relaciones amistosas y de buena vecindad a turoperadores y agentes de viajes de Estados Unidos que celebraron por esos días una Convención en La Habana, y ya por entonces descubrió y comenzó a promover el potencial de la Ciénaga de Zapata y Playa Girón.

La interrupción de vínculos diplomáticos y comerciales decidida por Washington privó a los vecinos del Norte de seguir disfrutando las delicias de la oferta turística cubana, que se convirtió poco a poco en un enigma, una desconocida fruta prohibida. Se quedaron congelados en el tiempo, a pesar de la cercanía geográfica.

El deshielo iniciado el pasado 17 de diciembre, con el anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre las dos naciones, se tradujo en un torrente humano hacia la Isla tras la supresión por parte de Washington de algunas barreras.

Ya son más de 100 000 mil los estadounidenses que viajaron a Cuba este año, pero la cifra pudiera llegar a 150 000 de aquí a diciembre, en una prueba del fantástico interés que despierta la Isla en sus vecinos del Norte. Analistas estiman que pudieran ser tres millones en breve tiempo, si les permiten hacer turismo libre.

Cuba sigue ejerciendo una fascinante atracción para los estadounidenses. Ahora, después de más de medio siglo de aislamiento, quieren descubrir con sus propios ojos el jardín de las fruta prohibida, según algunos antes de que se marchite.

Aunque pueda parecer paradójico, los norteamericanos no quieren reencontrarse con la Cuba de 1958. Por el contrario, están ansiosos por ver, oír y conocer de primera mano la Cuba excomulgada, la que levantó pasiones y temores, la isla caribeña que se distingue de las otras, a pesar de navegar en el mismo océano.

Hace poco, bajo el sugerente título ¿Puede Cuba cambiar y seguir siendo única? apareció en  Travel Weekly  un artículo del consultor de la industria turística, Andy Cooper, quien expresa sus preocupaciones sobre los efectos que podría tener una avalancha de visitantes norteamericanos.

Dice Cooper: “Yo veo un peligro real en el hecho de que, con la intención de estrechar los lazos de amistad con los americanos, Cuba olvidará algunas de las características que la hacen ser un país único, y se convertiría solo en otra homogénea isla del Caribe, recibiendo 50 cruceros al día, con hoteles llenos de turistas estadounidenses buscando  experiencias “auténticas”, las cuales ya estarían perdidas en ese punto. Espero que mi pesimismo sea infundado.”

Los cubanos tienen muchos motivos para tranquilizar a Cooper, pero sus preocupaciones son atendibles.

Es curioso que entre las restricciones impuestas a las 12 categorías de viajeros a las que el gobierno de Estados Unidos permite visitar la Isla  se impone que incluyan programas de contacto “pueblo a pueblo”, con la evidente intención de que puedan ejercer su influencia como portadores de noticias o valores desconocidos.

La exigencia, lejos de ser una amenaza, abre un espacio para que los cubanos puedan mostrar lo mejor de su cultura, su historia y sus tradiciones, algo que puede llegar a sorprender a sus interlocutores.

Jeff Klee, director de CheapAir, una de las líneas aéreas que organiza viajes económicos a Cuba, dijo a la prensa que “las dos categorías más populares que son chequeadas por las autoridades norteamericanas son los viajes por motivos educacionales y de investigación”.

No es para menos, las sucesivas ediciones del evento Pedagogía, que se realiza cada dos años, evidencian cuánto de novedoso puede ofrecer Cuba. Al encuentro de enero de 2 015 vinieron 2 700 delegados.

Uno de las más conmovedores espectáculos que se puede admirar en la Cuba de hoy que comenzó en 1959 es precisamente el inicio del curso escolar. Este próximo 1 de septiembre saldrán de sus casas hacia las aulas, a la misma hora de la mañana, con sus nuevos uniformes, un millón 700 mil alumnos alegres y saltarines, sin temor a un tiroteo en su escuela, un secuestro o asesinato.

Por suerte, algunas líneas de cruceros y agencias de viajes norteamericanas tienen muy claro lo que desean ver y conocer hoy sus viajeros –que pagarán hasta 7 000 dólares por hacer un bojeo de la Isla- y proponen programas completos de visitas a las villas coloniales, museos de arte e historia y hasta al famoso criadero de cocodrilos de Playa Girón, un sitio memorable para Estados Unidos.

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