La Gallina de los huevos de oro y la sostenibilidad

Juan Barjau, experto en comercialización y distribución turística

Hace unos días, el secretario general de uno de los sindicatos más representativos de nuestro país arengaba a las masas a salir a la calle.  Nada extraño a priori, si no fuera porque el llamamiento era nada menos que para que el personal se fuera de vacaciones. Pies para qué os quiero, se oía entre los asistentes. 

Como no parecía suficiente añadía para los más indecisos, a los que auguran una crisis económica en septiembre 2022: "¡Que se vayan a hacer puñetas!", con lo que ya tenemos los ingredientes necesarios para unas perfectas vacaciones.  

Hay que irse de vacaciones porque nos lo hemos ganado, es nuestro derecho y nadie nos lo va a impedir. Y para aquellos que anuncian tormentas en otoño que no cuenten con nosotros. Un servidor, tan pronto acabe con este artículo se va directo a preparar las maletas, no sea que con tanta reflexión interna al final vayamos a perder el vuelo. 

El Turismo, considerado por muchos como la gallina de los huevos de oro, necesita de una atmósfera optimista y sensaciones positivas para activar la demanda. Es evidente que es necesario tomar unos días de descanso, desconectar de la rutina, el trabajo y evadirnos de nuestras preocupaciones diarias. 

Sin embargo, para ello tampoco hay que ponerse una venda en los ojos, negar que la economía se ralentiza, que suben la electricidad, el gas, la gasolina, la cesta de la compra y tantas cosas. Porque, digo yo que alguien tendrá que pagar la fiesta que se avecina, aunque la cuenta nos llegue después de las vacaciones. 

Hablando de sostenibilidad

No me sea malpensado mi querido lector, soy el primero que se apunta a un bombardeo y optimista donde los haya, como ya he dejado de manifiesto en numerosas ocasiones. 

Siendo buenas todas las iniciativas que ayuden a proyectar una imagen de nuestro país como destino ideal para unas vacaciones de ensueño o animar al gentío a viajar y conocer mundo, debemos ser consecuentes con nuestro predicamento.  

Debemos cuidar el planeta en el que vivimos, el medio ambiente y buscar el equilibrio necesario entre la rentabilidad de las empresas y la sostenibilidad que no siempre está en el volumen de los propios destinos que visitamos. Especialmente, si queremos que la gallina nos siga dando sabrosos huevos. 

Cuidado que vienen curvas

Siguiendo el hilo anterior de la venda en los ojos, debemos ser conscientes que viene un otoño incierto. Es muy posible que esto conlleve un estancamiento de las economías domésticas que son las que dan alegría al consumo y el ocio del que vive el sector turístico. 

Disfrutemos de unas vacaciones merecidas, sí, pero pensemos que hay un mañana para el que debemos seguir trabajando porque vienen curvas. Nos emplazamos a la vuelta del verano y comprobaremos cuan pronunciadas son las curvas otoñales.