Con el reto de ser “eficiente, ágil y tener unos costes competitivos para trasladarlos a tarifas asequibles” levantó vuelo ayer domingo desde el aeropuerto madrileño de Barajas la compañía Iberia Express, que aspira a cubrir en 2012 más de 20 destinos con una flota de 14 aeronaves.
A partir del 10 de junio próximo, a través de su hub panameño, Copa Airlines conectará a Curaçao con su amplia red de destinos en países de Norte, Centro y Sur América, incluidos São Paolo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Buenos Aires, Santiago de Chile, Quito, San José, Houston y Los Ángeles.
Aerolíneas Argentinas, que se mantiene como la única compañía que opera una ruta directa entre Barcelona y Buenos Aires, informó que desde el próximo 2 de julio tendrá una nueva frecuencia en ese enlace, con lo que llegará a cinco vuelos semanales uniendo estas dos ciudades.
Buscando reducir sus costos de operación, Aeroméxico se ha trazado como meta ir adquiriendo cada vez más aviones propios, hasta lograr sobre el 2015 que sólo la mitad de su flota sea arrendada. Esa estrategia de la compañía pasa también por la adquisición de aparatos de nueva generación que le garanticen ahorro en el consumo de combustible.
Durante una reunión en Berlín, el Consejo de Administración de Oneworld aprobó la entrada de Iberia Express a la alianza global de compañías una vez que inicie operaciones la nueva aerolínea, filial low cost de Iberia.
A partir de la adquisición de dos nuevas aeronaves Boeing, prevista para este año, la aerolínea estatal Boliviana de Aviación (BoA) se propone llegar a controlar hasta el 61% del mercado aeronáutico de ese país, e iniciar vuelos a las capitales de Cuba y Venezuela.
Tras anunciar que en breve estaría aumentando una frecuencia en su actual enlace entre Ciudad de Panamá y Lima, la aerolínea Copa Airlines informó que también operará desde septiembre de este año un vuelo directo a la ciudad peruana de Iquitos, uno de los puntos de mayor desarrollo turístico en el país sudamericano.
Virgin Atlantic, EasyJet, Ryanair y el grupo IAG, que incluye a British Airways, han reiterado sus críticas al planeado incremento en el Impuesto al Pasajero Aéreo (Air Passenger Duty, APD), y advirtieron que reducirá las cifras de pasajeros y afectará la recuperación de la economía en el país europeo.




