Haití busca convertir Île à Vache en un destino de primera

Île à Vache, “una de las últimas verdaderas islas del tesoro en el Caribe”, cuyo desarrollo turístico fue lanzado oficialmente por el gobierno de Haití en el verano de 2013, está llamada a convertirse en un destino internacional de primera clase, clave en las aspiraciones del país de sumar el turismo a la búsqueda de recursos contra la pobreza.

Hasta ahora, el gobierno haitiano ha destinado 18,5 millones de dólares a financiar trabajos para implementar proyectos sociales y crear la infraestructura básica que facilite las inversiones nacionales y extranjeras en el sector turístico de la isla.

“Este es un proyecto que transformará la isla y mejorará las condiciones de vida de sus habitantes, que tendrán de esa forma mayor acceso a empleos, servicios y oportunidades de negocios”, dijo el primer ministro, Laurent Lamothe, durante una entrevista de prensa.

Al respecto, indicó que los agricultores locales podrán ampliar sus producciones porque tendrán garantizado un mercado, al igual que los pescadores, y recordó que las villas y resorts de playa que se proyectan serán parte integral del plan de desarrollo de Île à Vache, situada a pocos kilómetros de la ciudad de Les Cayes.

En agosto de 2013, además, el gobierno informó sobre el inicio de los trabajos en el aeropuerto de Île à Vache, en cuyos 52 kilómetros cuadrados de extensión viven 15 mil personas y se encuentran más de 20 playas vírgenes.

El plan de desarrollo turístico de baja intensidad para esa isla haitiana, de acuerdo con informes anteriores de las autoridades, prevé la construcción de unas 1.500 unidades de alojamiento, entre otros servicios.

Como parte del plan, avanzan proyectos para que los residentes locales tengan mejores acceso a servicios básicos como la salud, agua potable, educación, asistencia social y entrenamiento vocacional.

Ya se construyeron una radio comunitaria y un centro comunitario con un laboratorio de computación y una sala de conferencias, y avanzan las obras del aeropuerto y carreteras.

Ante rumores de que el gobierno expulsará a los pobladores para ampliar el proyecto turístico, Lamothe fue enfático: “Nadie será expulsado de Île à Vache. Queremos que los pobladores participen y sean los primeros beneficiarios del plan de desarrollo”.

La ministra de Turismo, Stephanie Villedrouin, precisó que sólo serán reubicadas diez familias, pero dentro del propio territorio de la isla y por necesidades de las obras del aeropuerto, y añadió que, de las 2.500 casas existentes en el destino, sólo 180 deberán ser destruidas para permitir los trabajos de construcción, pero sus dueños serán compensados y recibirán nuevas residencias en otras áreas del lugar.