Cómo se perfila el turismo MICE en Iberoamérica para 2026
El sector de congresos, convenciones e incentivos, conocido como MICE, cierra 2025 consolidándose como la columna vertebral de la economía turística en muchas regiones. El mercado mundial de este segmento ha alcanzado un valor de 1.17 billones de dólares este año, con una previsión de crecimiento sostenido del 9.8% para 2026. Este auge se debe principalmente a que las empresas han vuelto a priorizar los eventos presenciales para fortalecer la colaboración corporativa.
La clave del éxito en 2025 ha sido la diversificación geográfica. Ya no solo las grandes capitales captan estos eventos; ciudades medianas con buena conectividad y recintos modernos están ganando terreno. Destinos en el sur de Chile o en el interior de España están reportando un incremento del 48% en la participación internacional, gracias a que ofrecen una combinación atractiva de infraestructura técnica y experiencias de ocio post-reunión, el fenómeno conocido como bleisure.
La tecnología ha dejado de ser una amenaza para convertirse en un aliado. Más del 49% de los centros de convenciones a nivel global han actualizado su infraestructura digital, permitiendo eventos híbridos de alta calidad. Sin embargo, la tendencia actual marca un retorno masivo a la presencialidad total, ya que el 52% de las empresas han aumentado su inversión en programas de viajes de incentivo para retener talento y motivar a sus equipos tras años de teletrabajo.
A pesar del optimismo, el sector no es ajeno a la realidad geopolítica. Los cambios en la política de visados y las tensiones internacionales han obligado a reprogramar o cancelar eventos en ciertas regiones. No obstante, esto ha generado un efecto de desvío de inversiones hacia destinos más estables en Latinoamérica y el sudeste asiático, donde la flexibilidad administrativa y la seguridad se han convertido en sus mejores ventajas competitivas.
El impacto económico del turista de negocios es vital para el sector hotelero. Este perfil de viajero gasta en promedio un 30% más que el turista vacacional, lo que ayuda a desestacionalizar la demanda y mantener altas las tasas de ocupación durante los meses de temporada baja. Además, la integración de prácticas de sostenibilidad en los eventos, como la reducción de residuos plásticos y el uso de proveedores locales, está alineando al sector MICE con las nuevas exigencias éticas del mercado global.
Mirando hacia 2026, el desafío será gestionar el crecimiento sin perder la calidad del servicio. La escasez de mano de obra cualificada en el sector servicios sigue siendo un reto, pero la apuesta por la formación y digitalización está permitiendo a los destinos emergentes posicionarse como líderes. El turismo de reuniones ya no es solo un complemento, sino el motor que garantiza la resiliencia y el crecimiento equitativo de la industria turística en todo el mundo.




