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Uruguay: Turismo de alto nivel devuelve el glamour a Punta del Este

07 de Febrero de 2007 11:17am
godking

Uruguay. En sus grandes yates o modernos aviones privados, miles de turistas de alto poder adquisitivo llegaron a las playas de Punta del Este, para devolverles el resplandor que tuvieron años atrás. Gente hablando diversos idiomas, restaurantes y hoteles casi llenos, al igual que las distinguidas casas de ropa hicieron además olvidar un mal trago, que amenazó a la temporada de verano austral de la elegante ciudad de playas oceánicas. Es que un conflicto bilateral por temas ambientales con Argentina -origen de la mayor parte de los turistas de clase media que vacacionan en Punta del Este- hizo caer casi un 20 por ciento el ingreso de visitantes desde esa nación.

Esa merma se compensó con turistas de alto poder adquisitivo de la propia Argentina y de Brasil, México, Estados Unidos y Europa, que no sólo buscan broncearse, sino que también invierten en grandes emprendimientos en el balneario.

Construcciones de lujosos y modernos edificios con apartamentos de hasta 5 millones de dólares son un síntoma de que "Punta" recuperó el esplendor perdido por las crisis económicas de Argentina y Uruguay entre el 2001 y 2002.

Exclusividad

El balneario, que comenzó a ser utilizado desde 1910 por familias acaudaladas de Argentina como lugar de veraneo, debe su prestigio de lugar selecto a las personalidades que la eligen para descansar.

Las modelos Naomi Campbell y Eva Herzigova visitaron la ciudad varias veces, y esta temporada desfilaron por sus calles los empresarios de la moda Luciano Benetton y Ralph Lauren, entre otros.

"Este año fue la gran explosión", comentó Margarita Palatnik, dueña de Mar Abierto, un exclusivo negocio de decoración. "Hay menos gente de clase media y más multimillonarios. Aquí en Punta del Este puedes ser tan anónimo y pasar desapercibido como quieras", agregó Palatnik, quien decoró la casa de la cantante colombiana Shakira.

El florecimiento del turismo de alto nivel se hizo evidente con la llegada de aviones privados, que aumentó un 26 por ciento frente al verano anterior y alcanzó cifras que no se veían desde hace una década.

Las aeronaves, algunas con valores superiores a los 40 millones de dólares, llegaron de lugares como Estados Unidos, Inglaterra, Holanda, Francia, Rusia, México, Colombia y Panamá entre otros.

Además, durante la mayor parte de enero las 500 amarras del puerto estaban completamente ocupadas por costosos yates y veleros. Algunos propietarios de barcos llegaron a pagar hasta 20.000 dólares por el alquiler de un espacio.

Glamour natural

Pero a pesar de las mansiones con enormes piscinas, mujeres luciendo carteras Louis Vuitton y autos último modelo, los visitantes prefieren destacar la naturaleza como atractivo principal del balneario.

Para el relacionista público y asesor en inversiones Alfredo Etchegaray, el balneario -que muchos comparan con lugares de veraneo como Mónaco, o Los Hamptons en Nueva York- tiene el mérito de combinar prestigio con sencillez.

"El glamour está de vuelta, pero es casual y despojado. Algo que tiene que ver con la naturaleza que tiene el sitio", comentó Etchegaray.

Casas hechas en madera y piedra sobre calles de tierra -en lugares cercanos a Punta del Este- o cenas en lugares al aire libre en el medio de la zona rural con mesas y sillas hechas de tablas recicladas son una muestra de que lo rústico se impone.

También son habituales las fiestas informales en casas privadas, así como los restaurantes sobre la playa con la arena como piso.

"Es un lugar maravilloso. Tienes muchos kilómetros de playas tranquilas, hay una buena mezcla de gente, diseñadores y buenos restaurantes. ¿Qué más se puede pedir?", comentó el empresario inmobiliario y hotelero argentino Alan Faena.

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