Segundo aire en Cuba para estación ecológica de Corredor Caribeño

Con la reinauguración de las instalaciones de la Reserva Ecológica Siboney-Justicí, esa estación situada en el Corredor Biológico en el Caribe dispone hoy de mejores condiciones para el monitoreo de la diversidad biológica.

Fundada en 1971 por el eminente geógrafo Antonio Núñez Jiménez, a 14 kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba, la unidad se ubica en un entorno privilegiado, con notables valores de la flora y la fauna en las cercanías del mar Caribe y de la Reserva de la Biosfera Baconao.

Nicasio Viñas, Académico de Mérito de la Academia de Ciencias de Cuba, resaltó la significación de esta reserva, donde se atesoró el primer laboratorio subterráneo de América Latina para esos estudios, incluidos los concernientes a la mayor colonia de murciélagos del archipiélago.

Apuntó Viñas que son 17 las especies de esos animales que habitan las cuevas de este entorno y de ellos, la población de la más abundante, llamado el murciélago caliente, endémico de Cuba, que rebasa los dos millones de ejemplares.

El científico aludió también a la relevancia del monitoreo de aves realizado desde la estación y fundamentalmente desde hace unos cinco años con el anillado hecho con marca cubana y en especial del Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad, con sede aquí.

Agradeció en esa posibilidad la colaboración de instituciones de Estados Unidos y Alemania y encomió las buenas condiciones de vida y trabajo con que cuentan ahora los especialistas que realizan sus investigaciones en la estación.

Considerado como un espacio geográfico delimitado que facilita la relación ser humano-naturaleza y proporciona conectividad entre paisajes, ecosistemas, hábitats y culturas, el CBC deviene empeño de integración y de cooperación Sur-sur, con la participación de Cuba, República Dominicana y Haití.

Con el auspicio de los ministerios de medio ambiente en las tres naciones, del Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas y de la Unión Europea, el Corredor despierta el interés de otras islas caribeñas por sumarse, que comparten no solo espacio geográfico sino también similares riesgos naturales.