Segrera, un prolífico hijo de la tierra santiaguera

24 de Septiembre de 2014 2:16am
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Segrera, un prolífico hijo de la tierra santiaguera

Carlos José Román del Carmen Segrera Fernández comenzó sus estudios universitarios en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería, en Barcelona, España, y a partir de ahí pasó a la Escuela de Maestros de Obras y Agrimensores de La Habana. Luego, al abrir la carrera de Arquitectura se incorporó inmediatamente, egresando después del primer curso de esa especialidad.

Al regresar a Santiago se ocupó de la proyección de viviendas, hoteles, teatros, comercios y museos. Se dice que en la oriental ciudad dominaban las construcciones de dos niveles. Con él comenzó a crecer la urbe hacia arriba.
 
Gracias a las arquitectas Marta Elena Lora Álvarez y Carmen Lemos Frómeta, los santiagueros de hoy descubrimos el legado de este artista en el libro Carlos Segrera. Arquitecto iniciador del progreso arquitectónico y urbanístico de Santiago de Cuba en el siglo XX.
 
En el libro se abarca una época muy interesante para la ciudad: los primeros 25 años del siglo XX, cuando importantes cambios políticos y sociales se reflejaron en la arquitectura y el diseño.
 
Se recoge, por ejemplo,  que a su genio se deben 47 obras en la capital del Caribe, y se le atribuyen otras 17. Todas poseen, como lenguaje común, la calidad en la ejecución, proyectos de grandes dimensiones que sobrepasaron el mero objeto arquitectónico para convertirse en arte.
 
El Parque Céspedes lleva la marca de Segrera, autor de la imagen que hoy conocemos de la Catedral igualmente el Hotel Casa Granda, del Club San Carlos, y del desaparecido Hotel Venus. 
 
Otros importantes proyectos en la calle Aguilera también los distingue su firma, entre ellos el antiguo edificio Salcedo, que se encuentra en la intersección con la calle San Félix; el Museo Emilio Bacardí y el Palacio Provincial de Gobierno, dos de los inmuebles más significativos y emblemáticos, y que conservan gran parte de los atributos estéticos que caracterizaron el estilo ecléctico de Segrera.
 
En la populosa Enramadas se le atribuyen otras edificaciones icónicas del urbanismo de esta región: el antiguo Hotel América, la tienda La California y la primera Cámara de Comercio de Santiago de Cuba, que es el actual Centro de Negocios.
 
Destaque especial para el Hotel Imperial, joya que fue el asombro en los años iniciales del pasado siglo por ser uno de los primeros edificios altos, además de la elegancia y atractivos de su decorado, único en cada uno de sus tres pisos superiores. Desde el punto de vista urbanístico también tuvo incidencia en la renovación de espacios fundamentales como son el parque de Vista Alegre o la Plaza de Marte.
 
Uno de los méritos más sobresalientes del artista, al que se le adjudican obras en el barrio Vista Alegre, así como en Las Tunas y Manzanillo, es que pudo lograr todo esto siendo un profesional graduado en un centro de altos estudios y con un plan de formación cubanos. 
 
Terminamos con la palabra de Omar López, Conservador de la Ciudad, en el prólogo del referido libro: “Si Santiago de Cuba es la ciudad de Heredia, de Maceo y de Matamoros, es también la ciudad de Segrera. Su obra imperecedera y singular está en sus plazas y esquinas invitándonos a soñar y a querer esta urbe, que se nutre desde siempre de esa herencia material y espiritual que nos identifica y agiganta en el sendero del tránsito hacia el futuro”.
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