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Saqueos, caos y desolación en Cancún tras el paso del huracán Wilma

24 de Octubre de 2005 12:00am
godking

México. La desolación, la escasez y el caos reinaban hoy en el corredor turístico Cancún-Riviera Maya, sureste de México, el mayor de América Latina, que concentra casi el 40 por ciento de la actividad del sector en el país, tras el impacto del huracán Wilma.

El presidente Vicente Fox, que pasó la noche en la zona, inició a las 9 locales (14 GMT) una reunión de evaluación con miembros de su gabinete, alcaldes y autoridades del estado de Quintana Roo, para analizar los daños y lanzar un programa urgente de reconstrucción.

Fox pidió al Congreso una partida de 6.500 millones de dólares, de los cuales 3.000 se destinarían a la reconstrucción de la zona y el resto a un fondo para enfrentar los efectos de desastres naturales.

El jefe de Estado señaló hoy en entrevista televisiva que tardará un par de meses restaurar la capacidad económica de Cancún, para llegar con todo a la temporada turística de diciembre.

Para este lunes se prevé el restablecimiento provisorio de la energía eléctrica en la zona, para lo cual se han colocado plantas generadoras de electricidad.

Fox pidió a empresarios, comerciantes y "todo aquel que tenga una planta generadora" que la envíe a Cancún, a fin de reactivar la economía y el desarrollo de la región.

Durante la madrugada de hoy e inclusive por la mañana continuó la ola de saqueos a comercios y viviendas, a pesar del toque de queda instaurado anoche en Cancún y Cozumel y el intenso patrullaje del Ejército, la Policía Federal Preventiva y los cuerpos locales de seguridad.

La propia policía local fue acusada de sustraer lavadoras, refrigeradores o estufas de los comercios y mobiliario de los albergues.

Cancún y la adyacente Riviera Maya, así como las islas turísticas de Cozumel y Mujeres, se encontraban hoy sin agua, energía eléctrica ni drenaje.

Cerca de un millón de metros cúbicos de la legendaria arena blanca de la zona fue arrebatada de Cancún por el monstruoso fenómeno meteorológico durante las casi 72 horas que golpeó al extremo sureste de México.

El ministro de Turismo, Rodolfo Elizondo, dijo que una de las acciones inmediatas serán el desalojo terrestre y aéreo de los 40 mil turistas que se quedaron varados, 10 por ciento de nacionalidad española, una vez que sea reabierto el aeropuerto.

Otra de las prioridades será abastecer de alimentos a la población, que hoy reclamaba la llegada de ayuda y que según las autoridades será "lenta y difícil".

La situación más dramática se vive en Cozumel, la isla más golpeada por el huracán, que permanece aislada y donde hay una fuerte escasez de alimentos.

Cientos de troncos de árboles y palmeras, así como postes de electricidad y telefonía bloqueaban las principales avenidas de Cancún y de la Riviera Maya, que comunica con Playa del Carmen y otras ciudades importantes del área.

Los daños materiales son incalculables pero el sector hotelero de Cancún pidió al presidente Fox gestionar un préstamo de unos 500 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El 95 por ciento de la infraestructura hotelera de Quintana Roo resultó dañada.

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