Los verdaderos hoteles ecológicos

12 de Diciembre de 2009 12:44am
godking
Los verdaderos hoteles ecológicos

Se pueden encontrar en Internet supuestos "eco hoteles", que suelen asociar el término “eco” a su oferta. Muchos de esos establecimientos se mercadean como ecoturísticos, cuando básicamente son “algo amigables con el medio ambiente”, o peor todavía, hacen "greenwashing", es decir usan imágenes y etiqueta de turismo ecológico como un medio para atraer turistas a sus propiedades, que en realidad no siguen del todo, o solo en parte, los principios y prácticas del verdadero ecoturismo.

El ejemplo clásico puede ser un gran complejo hotelero de playa, que aprovecha su ubicación cerca de un lugar de belleza singular, donde la palabra “Eco” es una marca de imagen, no una política de la empresa, porque generalmente incluyen infraestructuras fuertemente devoradoras de agua, como campos de golf, anuncian su aire acondicionado y no tienen instalaciones bioclimatizadas.

Un hotel ecológico no debería afectar su entorno de manera importante, “los hoteles en primera línea de playa o en áreas protegidas nunca podrán considerarse 100% ecológicos"

En general, el turismo de masas produce muchos impactos negativos y trae beneficios económicos básicamente a los propietarios de los hoteles y los touroperadores, sin que estos beneficios se reflejen en la conservación del ambiente o la población local, excepto por los empleos a sueldos bajos.

Lo común en Punta Cana, Cancún, la Riviera Maya, la Riviera Nayarit, Montego Bay y Negril entre otros, son hoteles llenos de turistas que no van a gastar en un restaurante local, porque ya vienen con un TODO INCLUIDO que les incluye hasta los tours; miles de visitantes en la zona y los restaurantes locales semi vacíos, y los artesanos locales abaratando su mano de obra para sobrevivir.

Es por esto que el ecoturismo ha sido criticado, hay una carencia de criterios confiables, y es por esto que he tratado de compilarlos. El genuino ecoturismo, hablando de transportes, restaurantes, parques de diversiones, otros, y principalmente hotelería, debe cumplir los siguientes principios:

-La actividad debe apoyar los derechos humanos universales y las leyes laborales

-Debe a su vez construir respeto y conciencia ambiental y cultural

-Crear sensibilidad hacia el clima político, ambiental y social de las áreas anfitrionas

-Minimizar los impactos negativos para el ambiente y para la comunidad donde se genera la actividad

-Proporcionar beneficios financieros directos para la comunidad y fortalecer la participación local en la toma de decisiones

-Proporcionar experiencias positivas para los visitantes y los anfitriones

-Se debe cumplir con normas de construcción bioclimática, la mayor parte de la energía que se utilice deberá ser de origen solar o eólica para la electricidad, y solar con paneles térmicos para el agua caliente, además de tener un diseño y orientación adecuados con respecto al sol, los vientos y demás, para minimizar el uso de clima artificial.

-Acceso sencillo en transporte público, y no estar situado en zonas ya saturadas de turismo.

-Las fuentes de alimentación para huéspedes y empleados debería ser agro-ecológica.

Un hotel ecológico debe respetar la tradición y la cultura local, el paisaje y la biodiversidad de su entorno, debe ser asimismo responsable socialmente, colaborando con asociaciones conservacionistas y la población local y participando en el sostenimiento de actividades socioeconómicas locales.

Sobre los costos

Un alojamiento ecológico tiene costos más elevados que un alojamiento convencional, porque el costo de producir “energía ecológica”, o tratar el agua apropiadamente, lo absorbe únicamente quien lo asume, mientras que el costo de la energía o el agua convencional “lo paga toda la sociedad y lo subsidian los gobiernos”.

Es por esto que, evidentemente, los alojamientos ecológicos son “un poquito más caros que los convencionales”, pero no deberían tener muchos problemas para competir y atraer clientes, pues tratarán con personas que han tomado conciencia de la importancia de proteger el medioambiente.

Los expertos dicen que los sistemas bioclimatizados encarecen la construcción en un 10 a 15%, pero este costo adicional se amortiza en pocos años, y a partir de ahí supone un ahorro mayor que una construcción convencional. Todos olvidan que el petróleo se va a acabar, es decir que en diferentes momentos de este siglo todos deberán voltear hacia la energía sustentable para sobrevivir.

Muchísimos hoteles construidos en los últimos 100 años no cumplen con todas (o con ninguna) de estas condiciones, pero se esperaría que contribuyan de otra manera, por ejemplo, sustituyendo sus sistemas contaminantes por otros menos agresivos; cambiando las amenidades actuales por otras similares, más amistosas con el medio ambiente; modificando los sistemas de acondicionamiento de aire, y hasta el menú de sus restaurantes.

Si es un hotel con campo de golf, debería utilizar sus aguas grises para el riego, tener un área agro-ecológica donde producir sus insumos de verduras y frutas, y reforestar con parte de sus ingresos donde sea necesario; así como colaborar con las comunidades locales en el suministro de agua y de empleos. De esta forma el hotel puede no ser ecológico al cien por ciento, pero indudablemente sería un establecimiento “amigable con el ambiente”.

El consumidor puede por otra parte escoger los servicios más amistosos con el ambiente, y reclamar que los que no son ecológicos comiencen a serlo. Su opinión y decisión también tienen un peso indiscutible. La apuesta ecológica del sector hotelero es parte de su propia apuesta por un mundo y un entorno menos contaminados.

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