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Edison Briesen, Ministro de Turismo y Transporte de Aruba

13 de Febrero de 2008 12:11am
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Edison Briesen, Ministro de Turismo y Transporte de Aruba

Briesen es un hombre sencillo, muy sincero, profundamente enamorado de su país y con una gran confianza en las nuevas generaciones. Así lo confirma en esta entrevista exclusiva con el CND

Esta es una entrevista diferente, en la que queremos resaltar el rostro humano de Edison Briesen, más allá de sus responsabilidades al frente del Ministerio de Turismo de Aruba. ¿Cómo llega usted a la política de su país y en qué año?

-Yo fui nombrado Ministro de Economía, donde tenía la responsabilidad del turismo, eso fue en el 1994. Estuve 7 años en la oposición y este es mi cuarto término como Ministro de Turismo y Transporte.

Usted me dijo que era ingeniero. ¿Dónde estudió?

-Estudié en Holanda. Terminé en 1977 y estuve trabajando en ese mismo país.

¿Empezó a trabajar en esa fecha?

-Así fue. Regresé a Aruba en agosto de 1978 como empleado público, con la responsabilidad de organizar el transporte público. Ahí empezaba con los contactos con los gobiernos, trabajaba con el Departamento Jurídico del gobierno y después pasé a lo que se llamaba Compañía Urbana de Autobuses, Arubus. Yo fui el primer director en 1982. Un año después me aceptaron para entrar en la política, en 1983.

Ahora se conoce más el Edison Briesen ministro por sus compatriotas, e inclusive por las personas que lo vienen a ver aquí, pero cómo es el ser humano, el hombre que nació en Aruba, que creció allá, pasó su primera infancia en esa isla, después fue a estudiar a Holanda, en la cual seguramente tuvo un choque cultural como lo tenemos todos cuando somos transplantados y nos ponemos a estudiar en Europa, fuera de las fronteras propias. ¿Cómo se sintió usted en aquella época?

-Yo vengo de una familia muy grande. Tengo 7 hermanos y 7 hermanas. Era una familia muy deportiva. Mis hermanos jugaban softball, baloncesto, béisbol y fútbol.

¿Todos eran entusiastas del deporte?

-Definitivamente. El grupo siempre venía a nuestra casa por el tipo de familia que tenemos. Mi mamá me decía que si cocinaba para 14 podía cocinar para 20. Los muchachos que estaban en la escuela primaria conmigo y vivían más lejos siempre venían a casa a comer, antes de irse a sus hogares. Tenemos un vínculo muy grande en el barrio, es un lugar donde vive mucha de nuestra familia.

¿En qué vecindario?

-San Nicolás.

¿Un vecindario típico de Aruba?

-No, es distinto, porque es el barrio donde se encuentra la refinería. Era una refinería de los americanos. En los años que empezaban sus operaciones, entraban muchas personas de las islas inglesas. Por eso, en ese barrio de donde vengo, en Aruba, tenemos el papiamento que es nuestro idioma, pero nosotros hablamos mucho inglés por la gente que venía a esa zona. Mi mamá es arubana y mi papá también y hablamos inglés en la casa muchas veces, por los vecinos que tenemos, que eran de las islas de habla inglesa.

¿Cómo aprendió el español?

-Por la cercanía de Venezuela y Colombia, en el sexto grado empezamos ya con inglés y español, y en la secundaria hasta 1979 en el sistema educativo holandés que tenemos. Aprendíamos cuatro idiomas: el francés, español, el inglés y el holandés. Después pasé para la escuela técnico-secundaria. Ahí el alemán es obligatorio también, porque en Holanda utilizamos mucha literatura en alemán.

¿Entonces puede hablar en alemán?

-Un poco, sí. Yo estuve cinco años aprendiendo alemán, pero ya no lo practico mucho.

Así que todos eran entusiastas del deporte, sin embargo, los hermanos siguieron caminos diferentes en la vida, en los estudios, en sus trabajos.

-Sí. Tengo dos hermanos y una hermana que todavía viven y trabajan en Holanda. Yo regresé cuando había terminado. Trabajé un poquito en Holanda, pero me gusta vivir en Aruba. El arubano es típico. Tenemos un corazón latino por la cercanía a Latinoamérica, una educación europea, y mucha disciplina. Por la refinería y parte de la industria del turismo que son corporaciones de Estados Unidos hay una influencia grande de América del Norte. Entonces, tenemos los ingredientes prácticamente de tres continentes. Por eso en Aruba casi todo el mundo habla como tres idiomas: español, inglés, holandés, papiamento, que es nuestra lengua. La comunicación con la gente que nos visita, con los turistas, es muy fácil. El arubano vive con las puertas abiertas. Si quiere ir a casa de un amigo no tiene que hacer una cita de un mes o una semana de anticipación, como en Holanda.

Eso es típicamente latino, no europeo.

-Nosotros vamos a casa de mi hermano y, si no está, seguimos a visitar al vecino. Así vivimos y tratamos también a los que nos visitan. Aruba es muy conocida por la amabilidad que tenemos para compartir con nuestros huéspedes.

¿Cómo fue que se decidió usted a estudiar ingeniería?

-Siempre me habían dicho que estudiara para ser profesor. Elegí ingeniería porque tenía dos caminos: si el sector privado no me gustaba mucho, siempre podría ir a las clases. También mi hermano mayor estaba estudiado ingeniería en Holanda. Iba a ser ingeniero químico. No sé si por la influencia de esto fui a Holanda. En ese momento había escasez de profesores en Aruba para carreras técnicas.

¿Usted habrá ido a Holanda a estudiar alrededor de los 20 años? ¿Cómo se sintió entonces siendo un jovencito transplantado desde Aruba hacia Europa?

-Resultó difícil. Fuimos en un yate en 1971 a Curazao a recoger los becados y seguimos a Holanda. Yo tenía dos hermanos que vivían allí y algunos otros amigos en la ciudad donde yo estudiaba, y era más fácil para mí, pero pienso que para los otros que no tenían muchos contactos en Holanda resultaba duro, porque en Aruba hay una preocupación por los niños, los enfermos y compartimos mucho juntos.

Eso que usted decía sobre la familiaridad latina con que se trata a las personas en Aruba, debe haber constituido un choque para usted en Holanda.

-Sí. Holanda es programada al minuto, no a la hora. Nosotros no programamos porque para nosotros mañana es otro día. Vivimos el hoy. Es parte de la idiosincrasia latina: mañana veremos, pero hoy la queremos pasar bien.

¿Las clases se daban en holandés o inglés?

-En holandés.

Entonces usted estudió toda su carrera universitaria en holandés, ¿no es así?

-En holandés, porque es el idioma oficial en Aruba y en las Antillas holandesas. Los debates en el Parlamento, las discusiones, son en papiamento, en nuestro idioma, pero todos los documentos son en holandés.

¿Qué tal se le dio la universidad en Holanda a Edison Briesen? ¿Le fue difícil o fácil? ¿Se sintió como todo el mundo?¿Pudo vencer toda la carrera sin dificultades?

-Yo me había aclimatado bastante rápido porque nos movemos y ajustamos con agilidad. Vivía con mi hermano que ya tenía tres años en Holanda, era más fácil ajustarse. Me fui a ese país con una meta: terminar, graduarme y regresar a Aruba, porque no me gusta el sistema de vivir programado y súper organizado de losholandeses. Aruba es mucho más tranquilo, más fácil, con un paso un poquito más lento, pero llegamos.

¿Es casado Briesen?

-Sí, estoy casado. Tengo tres hijos: una hija que ahora terminaba sus estudios de Comercio Internacional y Contaduría y está trabajando en Holanda, también en ese país está su hermana, y el más pequeño se quedó en Aruba.

¿Cómo se siente con respecto a sus hijos? ¿Se siente orgulloso de ellos?

-Claro que sí. Vengo de una familia grande donde se cuida a los pequeños y compartimos mucho. Lo que trato de inculcar en mis hijos, en mi familia es lo que tenía con mis padres. Tenemos que compartir lo que tenemos. Mis hijos también son mucho más fáciles. No me gusta que vayan al Burguer King o a McDonald’s. En mi época no había esto. Las cosas van cambiando, pero el valor humano, el hecho de poder compartir e intercambiar es muy importante..

Ya sabemos cómo piensa usted respecto a tener una familia tan numerosa, sobre sus hijos. ¿Qué piensa Edison Briesen del día en que lo hagan abuelo?

-Mi hija tiene 28 años. A mi me encantan los niños, las sobrinas, los sobrinos, y eso es parte de la forma en que vivimos nosotros; la unidad de la familia es muy grande. Yo estuve conversando con mi hija antes de venir a FITUR porque ella quiere hacer su Doctorado dentro de año y medio. No piensa en una familia, pero ya tiene 28 años. Cuando termine hará otra cosa, pero quiere concluir sus estudios primero.

Como se dice en España, “tiene la cabeza bien amueblada”.

-Ella es muy independiente y me dice que cuando termine regresará a Aruba, porque tampoco le gusta Holanda.

¿Prefiere usted esto de que los hijos tengan desde jóvenes vocación de independencia y de autorrealización?

-Sí. Eso les da un sentido de satisfacción, de seguridad a los padres que lo que hemos inculcado en la familia, los valores vienen estableciéndose con una base muy firme, con base familiar; es una garantía para cualquier éxito en el futuro. Yo viajo con frecuencia y veo que no todos tienen lo que tenemos.

Somos un país con per cápita de 24 mil, uno de los más altos de la región, con Holanda como garantía. Tenemos que estar muy felices con esta relación casi independiente. Las relaciones exteriores, la defensa y la Corte Suprema son responsabilidad de Holanda, pero en lo demás somos autónomos. Pienso que Aruba es una isla pequeña, pero con mucho éxito y eso tiene que ser inculcado también en los jóvenes que nos siguen, porque las generaciones nuevas deben saber también que el camino no era fácil para nosotros.

Aruba es un país joven. Fue un camino bastante largo, y pienso que los jóvenes deberían conocer que hemos pasado para poder ver el progreso económico. Todos los países tienen nuestros retos, pero vemos los retos y los transformamos en oportunidades. Yo siempre salgo de una posición muy positiva: no me digas que no, que esto no puede ser; dime cuál es la solución.

Entonces, podemos decir, en conclusión, que Edison Briesen mira el futuro con confianza porque tiene fe en las nuevas generaciones.

-Sí. Pienso que hay algunos retos con los jóvenes en Aruba, pero si veo la base educativa que tenemos, considero que hay grandes oportunidades para los jóvenes en Aruba. No tenemos materia prima, prácticamente debemos importar todo, y el turismo es la parte económica más fuerte del país. Tres de cada cuatro empleados están directa o indirectamente en esa industria. El turismo es servicio, experiencia. Entonces la parte educativa es la parte principal para nosotros. Tenemos que exportar educación, profesionalismo. Esa es la base fuerte que tenemos que mantener y engrandecer también.

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