Bali, relax y surf en Indonesia

19 de Noviembre de 2018 2:43pm
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Bali, relax y surf en Indonesia

Todo el mundo conoce Bali, un destino turístico de referencia para viajes de luna de miel. Pero Bali es mucho más que una isla donde desatar efervescencias amorosas bajo espectaculares puestas de sol. Seguramente me dirás que ya te conformas con esto, pero quiero explicarte algunas cosas más de la propuesta de valor de una de las perlas de Indonesia.

En Bali tienes que moverte

Bali es una isla relativamente grande y sus carreteras dejan bastante que desear. Los balineses conducen por la izquierda, al estilo inglés, y se saltan la mayoría de reglas del código de circulación. Eso sí, son amables y muy buena gente.

Cuando acumules unos cuantos cientos de kilómetros empezarás a entender su peculiar lógica al volante o manillar pero, hasta entonces, sufrirás bastante o mucho en función a tu experiencia y destreza como conductor/a.

A no ser que no te quieras mover de tu hotel o tengas el suficiente músculo financiero como para costearte taxis de forma regular, tendrás que alquilar un coche o una moto. Yo te recomiendo la moto, por su gran versatilidad. Podrás conseguir una scooter por un precio que oscila entre 50.000 y 80.000 rupias por día. Algunas empresas de renting te ofrecen seguro, pero la mayoría no, así que sácale unas cuantas fotos a la moto antes de alquilarla que certifiquen su estado en caso de posible conflicto.

Cuidado con la policía ‘cazaguiris’

Si conoces a alguien que haya conducido por Bali ya te habrá advertido sobre la policía. Es muy habitual que te paren (previamente te habrán identificado como ‘guiri’) y te pidan documentación. Si tienes el carné de conducir internacional en regla (cosa que te recomiendo), es posible que te dejen marchar pero, a menudo, se empeñan igualmente en multarte por alguna supuesta infracción que hayas podido cometer. ¿Cómo reaccionar? Una opción es regatear la multa que te quieran imponer para terminar pagando no más de 20 euros. La otra es ponerte gallito/a y replicarle al policía.

Desde Ubud: templos, arrozales y el Monkey Forest

Si planeas visitar el interior de la isla te recomiendo que fijes tu centro de operaciones en Ubud, donde encontrarás hoteles, restaurantes, centros de masaje, etc. A no ser que te guste en ruido, alójate fuera del centro de la ciudad; yo elegí el hotel The Mansion, que te recomiendo.

Es prácticamente obligatorio que visites algunos templos, como mínimo Tanah Lot, Uluwatu, Besakih (Templo Madre), Goa Gajah, Tirta Empul, Pura Taman Saraswati y el Pura Goa Lawah, donde hay una cueva llena de miles de murciélagos. También tienes que pasarte por las espectaculares terrazas de arroz de Tagallalang, realmente únicas.

Si bien para muchos es un lugar ‘top’ en Bali, yo no visité el Monkey Forest básicamente por dos razones. La primera, porque no me atraen las atracciones turísticas que estén basadas en la exhibición de animales, aunque aparentemente estén en libertad (como es el caso). Y la segunda es que no tengo ganas de que me muerda o me agreda un mono, algo que no es raro que suceda en esta selva de simios.

En Ubud es visita obligada el mercado, donde hay cientos de paraditas de souvenirs y artesanía local. Más o menos en todas hay lo mismo. El regateo es habitual y se termina pagando un poco más de la mitad de lo que te piden inicialmente.

Kuta y el Sur de la isla: fiesta y surf

Kuta es la ‘capital’ de la zona más turística de Bali. Estoy hablando de una gran oferta de hoteles,  restaurantes, bares, discotecas, un centro comercial y de cientos de tiendas donde podrás encontrar camisetas, mochilas, souvenirs y gadgets de todo tipo.

Si te va la marcha puedes decidir alojarte en Kuta o, si no, en una zona más tranquila, tirando hacia el sur. Yo elegí el Wyndham Dreamland Resort, justo al lado de la Playa de Dreamland, muy popular entre los surfistas.

Cuidado con las olas y las corrientes

El océano que baña Bali es poderoso y genera a menudo olas bastante grandes, especialmente por la mañana. Si quiere bañarte, tienes que ir con mucho cuidado con las corrientes, que pueden arrastrarte fácilmente e incluso ahogarte. Es posible que veas grupos de chinos desacatando las indicaciones de precaución en el baño y dejándose derrumbar por olas de dos metros. No les imites y disfruta del espectáculo cómico.

Lo que está claro es que Bali es, ante todo, una isla de surfistas. En muchas de sus playas se puede practicar este deporte y spots como Uluwatu -considerada la mejor playa de surf de Bali-, son una referencia mundial.

Gastronomía: el pescado como protagonista

Como destino turístico mundialmente conocido, en Bali podrás elegir entre una amplia gama de restaurantes. Yo siempre soy partidario de explorar la gastronomía local que, en Bali, a nivel ‘low cost’, se basa fundamentalmente en el arroz. Pero si quieres algo más selecto, también puedes comer pescado y marisco excelentes.

Una buena forma de conocer la gastronomía marinera local es visitar el mercado del pescado, donde verás que la fauna marina de la zona se parece poco a la que podemos ver en el Mediterráneo. Es un poco triste ver tiburones muertos dentro de cajas de plástico, pero este sería otro debate.

Una experiencia que te recomiendo es visitar alguno de los magníficos restaurantes de la playa de Djimbaran, especializados en pescado y marisco. Una vez baja la marea, montan las mesas en la misma playa, momento en el que podrás disfrutar de una espectacular puesta de sol antes de la cena.

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