Argentina: Empleados de Aerolíneas Argentinas aceptan pacto social por dos años si se analizan sus reclamos
Argentina. La reunión del pasado jueves entre el gobierno de este país y los empresarios españoles Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, dueños de Marsans, grupo que controla Aerolíneas Argentinas, ya logró sus primeros resultados. De ello se han hecho eco medios locales e internacionales, siguiendo muy de cerca un proceso complejo, que ha provocado durante los últimos meses episodios repetidos de atrasos y cancelaciones de vuelos por parte de la compañía, a partir de diferencias y conflictos no solucionados con sus empleados.
Gracias a la intervención del gobierno argentino, el viernes se generó una mesa de diálogo entre directivos de la compañía aérea y sus siete sindicatos de trabajadores, a fin de lograr acuerdos que permitan evitar las huelgas y paros durante los próximos dos años.
"Se generó una mesa de diálogo, una mesa de crisis, que evite paralizar un aeropuerto como ocurrió días pasados", afirmó el ministro de Transportes de Argentina, Ricardo Jaime. "Buscamos proyectar acuerdos a dos años que nos permitan un horizonte cierto, sin dejar de reconocer las demandas, las necesidades de la empresa y lo que plantea el gobierno".
En este marco, todas las partes manifestaron estar abiertas a plantear sus demandas y en caso de que sea por problemas laborales, que el Ministerio de Trabajo intervenga previamente, sin necesidad de llegar a otra medida de fuerza. Así lo detalló el ministro.
Jaime añadió que es preciso buscar un ambiente de cooperación e intercambio que permita vislumbrar los conflictos y resolverlos, o conversarlos a fondo en caso de que su solución sea complicada.
Los dueños de Marsans venían reclamando desde hace meses un "pacto social" con los 8.500 trabajadores de Aerolíneas, como garantía para desembolsar 3.500 millones de dólares, compromiso de inversión asumido por la línea aérea de bandera argentina, en la que el gobierno tiene un participación del 5%.
Sin embargo, los trabajadores estaban muy molestos, porque sus reclamos salariales y por un justo descanso mejor retribuido, seguían sin respuesta. Todo parece indicar que ahora al menos serán analizadas, tanto estas, como otras muchas quejas que atentan contra un buen desempeño de la aerolínea, y que dependen de la inversión inmediata de capital y recursos en ella.