Nueva Zelanda casi triplica el impuesto a los turistas internacionales
Visitar Nueva Zelanda sigue siendo una experiencia espectacular, pero a partir de octubre costará más. El gobierno de Nueva Zelanda ha anunciado un aumento significativo en el impuesto que pagan los turistas internacionales, lo que casi triplica la tarifa actual. Esta medida ha generado críticas por parte de la industria turística, que teme que los nuevos costos disuadan a los visitantes.
El impuesto, que anteriormente era de 35 dólares neozelandeses, aumentará a 100 dólares. Rebecca Ingram, directora de la Asociación de la Industria Turística, expresó su preocupación, afirmando que la recuperación del turismo en Nueva Zelanda ya va rezagada en comparación con el resto del mundo y que este aumento podría afectar aún más su competitividad global.
Nueva Zelanda sigue recuperándose de las estrictas restricciones impuestas durante la pandemia de COVID-19, que paralizaron casi por completo el sector turístico. Aunque el gobierno no mencionó explícitamente el descontento generalizado por el turismo masivo que se observa en otras partes del mundo, justificó el incremento como una medida para garantizar que los visitantes contribuyan al mantenimiento de los servicios públicos y a experiencias de alta calidad.
Este cambio también refleja una creciente preocupación por el impacto del turismo en el medio ambiente. La tarifa anterior, introducida en julio de 2019, se consideró inicialmente suficiente para cubrir las necesidades, pero la pandemia, que comenzó pocos meses después, cambió drásticamente el panorama.
A pesar de los desafíos, Nueva Zelanda está tomando medidas para revitalizar su sector turístico. El mes pasado, el país implementó un nuevo itinerario de cruceros, en un esfuerzo por atraer más visitantes y fomentar una recuperación sostenida.
El aumento del impuesto turístico, aunque impopular entre algunos sectores, muestra la intención del gobierno de equilibrar la recuperación económica con la preservación del medio ambiente y la mejora de la infraestructura pública. Los próximos meses serán cruciales para evaluar el impacto de esta medida en la afluencia de turistas y en la recuperación económica de Nueva Zelanda.