¿Quiere comer “pizza al magma”? Visite el volcán Pacaya en Guatemala

Redacción Caribbean News Digital

Cocinar una pizza con un volcán tiene una técnica que David García ha tenido que dominar para no quemar la comida ni lesionarse.

Los primeros pasos son sencillos: amasar y dar forma a la masa, colocarla en un molde y echarle salsa, queso mozzarella y aderezos. A continuación, con unos gruesos guantes de protección, García la coloca en la orilla de un río de lava que serpentea bajo las escarpadas rocas volcánicas del volcán Pacaya de Guatemala.

Sobre un río de lava, García tiene que medir varias cosas, una de las cuales es asegurarse de que la pizza no se vaya a la deriva. La segunda es asegurarse de que la lava no esté demasiado caliente.

"Me costó trabajo aprender la técnica aquí para que la pizza no se quemara. Y también es un riesgo estar en la orilla porque está a una temperatura alta de entre 1.500 a 2.000 grados, así que tengo que vigilar la dirección del viento para que no me afecte", dijo García.

Pero después de su primera vez comiendo una pizza hecha con magma, descubrió que el riesgo valía la pena por el sabor y tal vez por el atractivo para los turistas.

"Esto no se ve en ningún otro sitio, y el hecho de que haya un pizzero en el corazón del volcán es impresionante y único en el mundo", dijo Felipe Aldana, un turista de la zona.

Este método de cocción también fue utilizado a principios de este año por los científicos que estudian el volcán Geldingadalsgos en Fagradalsfjall, Islandia, que utilizaron el calor para cocinar unos perros calientes para el almuerzo.

El volcán Pacaya sirve tanto de horno para García como de atracción turística a pesar de su actividad casi continua. Hasta marzo, el volcán había estado arrojando ceniza hasta 1.640 pies desde su cráter. La ceniza había caído sobre las comunidades de El Rodeo y El Patrocinio, y un flujo de lava incluso había agrietado el flanco oeste del volcán, informó el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología.

A finales de abril, el Parque Nacional de Pacaya volvió a abrirse a los turistas, y García volvió a cocinar.