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Patrimonio Mundial en Iberoamérica: 6 joyas naturales y culturales en peligro

12 de Agosto de 2023 11:12am
Guillermo Garcia de Benito
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Hasta el más despistado conoce la existencia de la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad, un conjunto de espacios recogidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) – hasta 1157 sitios –, y en los que se pone en valor su carácter excepcional, dada su relevancia cultural o natural, y que deben ser especialmente preservados. 

Es por esto último que la UNESCO también elabora el listado del Patrimonio de la Humanidad en peligro, en los que se incluyen aquellos lugares amenazados por diversos aspectos como el cambio climático, la acción humana o la falta de conservación

“Sólo podrán figurar en esa lista los bienes del patrimonio cultural y natural que estén amenazados por peligros graves y precisos como la amenaza de desaparición debida a un deterioro acelerado, proyectos de grandes obras públicas o privadas, rápido desarrollo urbano y turístico, destrucción debida a cambios de utilización o de propiedad de tierra, alteraciones profundas debidas a una causa desconocida, abandono por cualquier motivo, conflicto armado que haya estallado o amenace estallar, catástrofes y cataclismos, incendios, terremotos, deslizamientos de terreno, erupciones volcánicas, modificaciones del nivel de las aguas, inundaciones y maremotos”, reza el tratado de la Convención del Patrimonio Mundial. Art. 11.4. 

Hasta 55 lugares integran esta lista, de los cuales 6 de ellos se ubican en Iberoamérica

Ciudad de Potosí (Bolivia)

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A más de 4.000 metros sobre el nivel del mar se encuentra la Villa Imperial de Potosí, una localidad que en tiempos pretéritos se erigió como capital del mundo. La transformación económica que vivió en el siglo XVI, cuando este lugar era el mayor complejo industria del mundo gracias a las minas de plata, propició que la población de la localidad se asemejase al de las grandes urbes europeas. 

Allí se encuentra, hoy en día, un conjunto de edificaciones que sirven como herencia de aquella época tan propicia, como las antiguas instalaciones industriales del Cerro Rico, el barrio colonial con la Casa de la Moneda, la iglesia de San Lorenzo, varias mansiones nobles o los barrios de los mitayos que trabajaban en las minas. En 1987, este lugar fue incluido en la lista de sitios Patrimonio Mundial de la Humanidad. 

Casi 30 años después, en 2014, el comité de la UNESCO ponía en evidencia el riesgo al que se enfrenta este lugar, consecuencia de la actividad minera desenfrenada, así como de la peligrosidad del trabajo que allí se desarrolla – que ha costado incluso vidas –, debido a los derrumbes y explosiones. 

Tal ha sido la intensidad de la actividad minera en los últimos años que incluso la forma cónica de este cerro se está viendo modificada, razón por la UNESCO decidió incluirlo en el listado de Patrimonio de la Humanidad en peligro y solicitó un plan de conservación para la ciudad de Potosí. 

 

Reserva de la Biosfera de Río Plátano (Honduras)

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Tanto las costumbres y rituales de los más de 2.000 indígenas como los vestigios de bosque lluvioso tropical de Centroamérica son dos elementos que hacen de la Reserva de la Biosfera de Río Plátano un espacio de imprescindible conservación. Esto mismo lo puso en valor la UNESCO allá por 1982, cuando incluyó estos más de 8.000 km2 de extensión –ubicados en la Mosquitia de Honduras – en su lista de sitios Patrimonio Mundial de la Humanidad. 

No obstante, esta joya natural hondureña tampoco se ha librado de algunas de las amenazas a las que se enfrentan los espacios con una biodiversidad semejante – como la selva del Amazonas – y ha sido víctima de la tala descontrolada e ilegal, de la ocupación ilícita de tierras y de la inexistente gestión ambiental

Por ello, y a petición del Gobierno de Honduras, la UNESCO lo volvió a declarar en 2011 Patrimonio de la Humanidad en peligro, a pesar de que esta reserva natural ya formó parte de este listado desde 1996 a 2007 y fue retirada a causa de las mejoras en el estado de conservación observadas en aquella época. 

 

Islas y áreas protegidas del Golfo de California (México) 

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Uno de los últimos lugares que ha pasado a formar parte de esta lista son las Islas y áreas protegidas del Golfo de California: 244 islas, islotes y zonas litorales del golfo de California – también conocido como el Mar de Cortés – que forman parte del listado de sitios Patrimonio Mundial de la Humanidad por el incalculable valor de su biodiversidad. 

Se dice de este lugar, conocido como el “Acuario del Mundo”, que representa un laboratorio natural para el estudio de la especiación y el conocimiento de los procesos de evolución oceánicos y costeros. Una superficie total de 1.837.194 hectáreas que alberga 695 especies botánicas y 891 ictiológicas, de las cuales 90 son endémicas, y de hecho, este lugar aloja el 39% y el 33% del total mundial de las especies de mamíferos marinos y de cetáceos, respectivamente.

Un paisaje que se extiende desde el Delta del Río Colorado hasta 270 kilómetros al sureste de la punta de la Península de Baja California, y que está plagado de espectaculares paisajes. Sin embargo, hace tan solo 4 años, la UNESCO dio la voz de  alarma en relación a la conservación de esta joya natural, principalmente en relación a la preocupación por la inminente extinción de la vaquita, una especie de marsopa endémica del Golfo de California, amenazada por la pesca ilegal y el aumento de las embarcaciones en su entorno. 

Si bien México ha venido desarrollando medidas para su protección, tales como  la creación de un área de refugio donde viven las pocas vaquitas restantes y la promoción de artes de pesca alternativas a las redes de enmalle, investigaciones revelan que se ha perdido más del 95% de la población de este animal. En 2021, tan solo se pudieran avistar 8 vaquitas marinas, pero parece que la tendencia comienza a revertirse, y las últimas indagaciones, publicadas tan solo unos meses atrás, indicaban la supervivencia de 13 ejemplares. 

 

Fortificaciones de Portobelo y San Lorenzo (Panamá)

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Panamá posee un importante legado colonial, y las fortificaciones panameñas de Portobelo y San Lorenzo son dos de los máximos representantes de esta arquitectura militar de los siglos XVII y XVIII. Con el propósito de proteger el comercio transatlántico, la Corona Española construyó en aquella época esta serie de fuertes – el Castillo de San Jerónimo o el Castillo de San Lorenzo el Real de Chagres – que constituían en su conjunto un sistema defensivo imprescindible para la economía española. Desde 1980, estas construcciones están declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad. 

Sin embargo, en 2012, la UNESCO evidenció el rápido deterioro de estas edificaciones, debido a factores medioambientales, falta de mantenimiento y desarrollo urbano incontrolado, por lo que las incluyó en su listado de Patrimonio de la Humanidad en peligro. 

De hecho, el Comité del Patrimonio Mundial ha solicitado desde hace años al país que se refuercen las murallas, baterías y plataformas de los fuertes, se realice una evaluación de riesgos en la estructura del sitio y se diseñe un  plan de conservación integral. 

En todo esto ha comenzado a trabajar el Ministerio de Cultura de Panamá, en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con diversos proyectos enfocados a la restauración de los fuertes San Jerónimo y San Lorenzo, además de la construcción de un centro de visitantes, entre otros proyectos. 

 

Zona Arqueológica Chan Chan (Perú)

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Uno de los principales vestigios de la cultura Chimú es esta zona arqueológica, que pasó a formar parte de los sitios Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1986. Allá por el siglo XV, antes de sucumbir al apogeo del Imperio Inca, el reino Chimú estableció su capital en este poblado, uno de los más importantes de la América precolombina. 

Además de este legado, la herencia arquitectónica de aquella época es de gran valor, debido a la estrategia política y social por la cual la ciudad estaba dividida en nueve ciudadelas de carácter independiente, y la enorme planificación de los sistemas industriales, agrícolas y de gestión del agua – una obra maestra de organización urbana –. 

Los rasgos monumentales y la ornamentación mural en alto relieve, elaborada en barrio, han sido conservadas hasta nuestros días. Sin embargo,  su deterioro a causa de la expansión urbana cerca de las ruinas, las inclemencias climáticas – principalmente, las lluvias – y la falta de conservación llevó a la UNESCO a incluirla también en la lista de sitios Patrimonio de la Humanidad en peligro. 

Desde que el espacio arqueológico fuese incluido dentro de este listado, el Estado peruano ha centrado sus esfuerzos en la implementación de un sistema de gestión operacional a largo plazo para enfrentar amenazas de deterioro arquitectural de la zona arqueológica, siguiendo las recomendaciones de los órganos consultivos de UNESCO.

 

Coro y su Puerto (Venezuela)

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En la costa del Caribe venezolano, al oeste del país, el encuentro entre la cultura local y la influencia de los estilos arquitectónicos mudéjares, españoles y holandeses cristaliza en la localidad de Coro y su Puerto Real de La Vela, que están considerados Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 1993. 

Se trata de una de las primeras ciudades coloniales de América – fue fundada en 1577 – y se cuentan entre 600 edificios históricos, para cuya edificación se empleaban técnicas de construcción que aún hoy en día se utilizan. 

No fue hasta 2005 cuando comenzó la preocupación por este lugar Patrimonio Mundial de la Humanidad, debido a las fuertes lluvias y tormentas inusuales de los últimos años y a las pobres condiciones de las edificaciones. Pese a las múltiples visitas del comité de valoración de la UNESCO al país – la última en julio de 2018 – no se han cumplido las exigencias de este organismo, puesto que tan solo se habían alcanzado nueve de las once medidas correctivas sugeridas. 

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