São Luis de Maranhão, una ciudad a visitar durante el Mundial

21 de Abril de 2014 5:18am
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São Luis de Maranhão, una ciudad a visitar durante el Mundial

La ciudad de Recife será testigo del encuentro que clasificará el posible rival de España en cuartos de final, siempre que consiga ser líder de grupo. A 1.600 km, entre las bahías de São Marcos y São Jose de Ribamar, está la ciudad de São Luis de Maranhão. En sus más de 400 años de historia, la urbe ha estado bajo control no sólo portugués sino también holandés y francés, y fue en esta última etapa en que la bautizaron en honor al rey Luis XIII.

Durante la segunda mitad del siglo XVIII, la ciudad vivió su auge económico debido a la gran exportación de algodón. De esta época datan la mayor parte de las más de 3.500 construcciones históricas que integran su rico conjunto arquitectónico, que le ha valido su entrada en la lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad.

La miscelánea cultural que ha vivido São Luis ha dejado su huella en una arquitectura colonial única, donde resaltan iglesias, casonas con balcones de baldosas, calles adoquinadas y callejones tallados en piedra. Buen ejemplo de ello son el Teatro Arhtur Azevedo, el Palacio de los Leones, la Iglesia do Desterro y la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios.

Sin duda, el elemento diferenciador de São Luis de Maranhão es el azulejo. Gracias a este sello distintivo, la localidad recibe el apodo de Ciudad de los Azulejos debido a que la mayoría de las fachadas fueron revestidas con este elemento traído directamente de Portugal. Modelo de ello es la Posada Colonial, recubierta de esta cerámica de gran valor artístico, que le dota así de un símbolo inconfundible de la arquitectura lusa.

Este tipo de material se adapta a las condiciones climatológicas de la ciudad: inviernos lluviosos y veranos muy cálidos que mantienen las temperaturas estables en el interior de sus edificios.

Otro de los lugares emblemáticos del centro histórico es playa Grande, núcleo comercial que durante el siglo XVIII y XIX fue sede de las primeras actividades económicas del Estado y uno de los puntos de recepción de trabajadores y esclavos que posteriormente eran enviados a zonas rurales para trabajar en la extracción de algodón.

A 7 kilómetros del centro de la ciudad, donde comienza la Avenida Litoranea, espera una playa de dunas y olas gigantes, San Marcos, que con sus animados bares es la preferida por los surfistas.

Bossa Nova y diversidad cultural brasileña

¿Quién no ha oído nunca la archiconocida canción de Tom Jobim y Vinicius de Morães, Garota de Ipanema? Una canción que cruzó fronteras, obtuvo dos Grammy y es la segunda más interpretada de la historia, por detrás de Yesterday, de Los Beatles.  

La letra describe a una chica que pasea por la playa de Ipanema,  pero quizás lo más pegadizo sean sus ritmos con mezcla de jazz y samba. Así es la bossa nova, un movimiento urbano que nació a finales de los años 50 y que surgió a raíz de encuentros entre jóvenes cariocas que organizaban fiestas en apartamentos en las mejores zonas de la ciudad como Ipanema, Copacabana y Leblon.

En sus inicios, la Bossa Nova empezó como  una manera diferente de cantar y tocar la samba, pero con el paso de los años fue incorporando bases de jazz, elementos de impresionismo musical de Debussy y rasgos de samba callejera. João Gilberto es otro músico representativo de este género musical que muestra el modo de vida de Rio de Janeiro y es uno de los tantos atractivos que para el turismo depara una visita a Brasil.

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