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Países del Caribe central buscan estrategias que permitan mitigar su vulnerabilidad ante desastres naturales

19 de Abril de 2007 11:42am
godking

Los efectos de los cambios climáticos globales que amenazan la región del Caribe central, "altamente propensa a la ocurrencia de desastres naturales", necesitan estrategias de adaptación encaminadas a mitigar su vulnerabilidad. Expertos que participaron en el desarrollo del proyecto "Fomento de las capacidades de Adaptación al Cambio Climático en Centroamérica, México y Cuba", dieron esa conclusión en el marco de la segunda etapa del plan, coordinado por el Centro del Agua del Trópico Húmedo para América Latina y el Caribe (Cathalac).

El trabajo de tres años, que concluyó esta semana, auspiciado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y dirigido por el mexicano Joel Pérez, sostiene que no contar con la variable "gestión ambiental" y cambio climático en cualquier ecuación de desarrollo, "amenaza a nuestras sociedades".

Los sectores de la economía menos favorecidos, como especies en vías de extinción, corren peligro de desaparecer si no se aplican, desde los gobiernos implicados, estrategias previsoras de cambio, dijo Pérez.

En la región se prevé que los cambios en patrones de la precipitación pluvial y la subida del nivel del mar afecten tanto la salud de la población, la distribución de los asentamientos humanos y la industria y la energía.

La tala de árboles y la degradación de la tierra, se identifican en el trabajo como agentes que aumentan la vulnerabilidad de la región ante los desastres naturales.

El proyecto promueve la formación para fortalecer la capacidad de evaluar la vulnerabilidad y la adaptación a los cambios climáticos de las instituciones de los países de la región, y desarrollar estrategias políticas individualizadas encaminadas a la adaptación.

"Si parece costosa la inversión en mecanismos para adaptarnos a las necesidades que nos exige cada vez más el medio y el cambio del clima, los cálculos indican que la no adaptación pasa facturas más altas", aseguró Joel Pérez.

El director del CATHALAC, Emilio Sempris, anunció, por su parte, la próxima instalación, como parte de su organismo, del Centro de Cambio Climático y Problemas Ambientales Emergentes y un Observatorio regional, con un presupuesto de diez millones de dólares que aporta el Foro Iberoamericano, para desarrollar programas de formación y divulgación.

El objetivo es ofrecer formación innovadora e integral para capacitar funcionarios que analicen los problemas de forma integral y participar en la resolución de las diferentes situaciones que provocan los cambios de clima en áreas tan dispares como salud, transporte, turismo, agricultura y alimentación, indicó.

Señaló, además, que es la preservación de los recursos hídricos, la primera asignatura que debe aprobar en materia medioambiental la zona de estudio, donde el agua, aunque abundante, está altamente contaminada.

"Latinoamérica, que aparece como el gran banco de agua del planeta, no cuida ese recurso y el agua que cae, es agua que se contamina", recalcó Sempris, meteorólogo y geólogo panameño.

Según sus datos, en la región solo se emplea 50 centavos de dólar "per cápita" en monitoreo de calidad de agua y recursos hídricos, por debajo, incluso, del 2 por ciento del PIB destinado en la región a medio ambiente.

Durante la presentación de los resultados finales del proyecto regional se resaltó el hecho de que todos los países participantes en el trabajo tuvieran ya interlocutores especializados para tratar temas de medioambiente y clima, señal del interés que hay sobre el tema en la región, que quiere adoptar medidas preventivas en situaciones de eventos extremos.

El estudio se inició en 2003 como "proyecto piloto" para analizar la problemática sobre la vulnerabilidad actual y futura de la región, con relación a los eventos del tiempo y clima, y elaborar un Marco de Políticas de Adaptación al Cambio Climático para la obtención de estrategias nacionales o locales de adaptación.

En el proyecto colaboraron el Instituto Meteorológico Nacional de Costa Rica, el Instituto Nacional de Meteorología del Ministerio de Ciencia de Cuba, la Unidad de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente de El Salvador y la de Guatemala, la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente de Honduras.

Además, el Instituto Nacional de Ecología de la Secretaría de Medio Ambiente de México, la Oficina de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales de Nicaragua y el Programa de Cambio Climático de la Autoridad Nacional de Medio Ambiente de Panamá.

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