Los turistas estadounidenses viajarán menos al Caribe este año

22 de Enero de 2008 5:57am
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Por: Minerva Hernández Basso

La Organización Mundial del Turismo (OMT) está a punto de publicar las estadísticas con los resultados del 2007, como tradicionalmente hace en la primera Asamblea General del año. Según datos preliminares los pronósticos son halagüeños a escala global, a partir de crecimientos observados en distintos indicadores. Pero, en ese contexto ¿qué espera el Caribe?

Este destino regional se ha visto estremecido en sus mismos cimientos, desde el primer cuatrimestre del año pasado, cuando se confirmó la caída en el 2%, del número de arribos y se convirtió en "la única región del mundo con resultados negativos, lo que se deriva de la disminución de llegadas de estadounidenses en muchos de sus países", según explicación de Francesco Frangialli, secretario general de la OMT, referida por un comunicado de prensa a mediados del año anterior.

Un poco más avanzado el 2007, el propio Frangialli aseguró que el estancamiento del turismo en el continente americano está marcado por el lento avance de la economía de Estados Unidos, lo cual afectará especialmente a las naciones latinoamericanas.

Aunque las informaciones publicadas acerca de pronunciamientos de ese organismo mundial con sede en España, no amplían los detalles; por acá, por la parte caribeña del planeta abundan criterios acerca de que el descenso del turismo en el área tiene su origen y esencia en la llamada Ley de Iniciativa de Viaje para el Hemisferio Occidental, en cuyo contenido se precisa que cualquier persona al ingresar en los Estados Unidos debe presentar un pasaporte, incluidos los ciudadanos nacidos en ese país. La puesta en vigor de la Ley tiene varias etapas y ha suscitado múltiples opiniones y conjeturas, incluso, al margen del interés del sector.

La Organización de Turismo del Caribe (CTO) antes de la entrada en vigor de la Ley, la calificó de discriminatoria, en voz de Vincent Vanderpool-Wallace, su secretario general, quien señaló que varios destinos caribeños serán perjudicados por la normativa, sobre todo aquellos que más dependen del mercado emisor norteamericano.

Al saludar a los asistentes de la reunión de la CTO, efectuada recientemente en Bahamas, el primer ministro de ese país, exhortó al Caribe a hablar con una sola voz frente a una medida que puede incidir negativamente en las aspiraciones de una mejor calidad de vida para los pueblos de la región.

También previamente, la Asociación de Hoteleros del Caribe (CHA) manifestó el grado de incertidumbre que provocaba tal normativa por el impacto que tendría en una región, cuyo mercado principal es el de E.E. U.U. Ya al concluir el 2006 había ciertas señales de alerta para el turismo en el área, que reportó un ligero crecimiento -solo de dos puntos porcentuales- en las llegadas internacionales, con alrededor de 21 millones de turistas de todo el mundo, de los cuales el 70 % eran estadounidenses. Esos y otros datos hablan por sí solos.

Una investigación encauzada por los hoteleros caribeños reveló que los nuevos requisitos de viajes ponen en riesgo unos 2 100 millones de dólares en ingresos para la región y más de 180 000 empleos de la industria de viajes y turismo.

A mediados de enero del año pasado ya se anunciaba la cancelación de viajes a México, Canadá y el Caribe, por más de medio millón de turistas norteamericanos.

La situación se tornó más caótica por la creciente demanda de solicitud de pasaportes de los estadounidenses, y las demoras ocurridas en la emisión de esos documentos, lo cual generó fuertes críticas del público. Según datos tomados de fuentes en Internet, el Departamento de Estado de ese país emitió 18,4 millones de pasaportes en el año fiscal 2007, además de otros 12,1 millones en el 2006.

Para analizar este asunto se han efectuado varias audiencias del Congreso de Estados Unidos. Ahora varios congresistas advierten que el nuevo requisito podría perjudicar el turismo y el comercio transfronterizo.

En las sesiones de la Cumbre para la Integración y el Desarrollo del Caribe en el siglo XXI, efectuada en septiembre del pasado año, Enrique de Marchena, presidente de la Asociación de Hoteleros de esta región, aseveró que el Caribe vive un momento difícil en relación con los arribos de visitantes. En lo que va de año, dijo, la región ha recibido el 3 % menos de turistas, en comparación con igual período del 2006 y entre las principales causas de este descenso está la medida que exige el uso de pasaporte en los viajes, a los ciudadanos estadounidenses.

Sin hurgar mucho más en datos y explicaciones, se puede afirmar casi categóricamente que la Iniciativa de Viaje para el Hemisferio Occidental promulgada por la Casa Blanca en el 2004, tiene un impacto determinante en el descenso actual del sector en el Caribe. ¿Pero será justo atribuir solo a la aplicación de esa Ley, el actual decrecimiento del turismo en la región, donde a las autoridades, organizaciones y entidades vinculadas con esa esfera estaban prevenidas del cambio y de los tremendos efectos que se les venían encima?

El Caribe necesita buscar alternativas, propuestas diferentes

Es cierto que muchas islas y países de ese entorno tienen en Estados Unidos su mercado principal e, incluso como primer inversionista en el sector, además, dependen del giro del ocio para impulsar sus economías locales. Pero ahora se torna imprescindible la aplicación de alternativas y variantes ágiles y efectivas para avanzar más, sin contar ese mercado.
Cuba, por ejemplo, ha desarrollado la industria turística sin ese mercado y cada año recibe más de dos millones de visitantes. Un bloqueo económico impuesto por Washington a La Habana hace casi medio siglo ha hecho que esa Isla encauce sus proyectos hacia otros mercados.

Muchos expertos opinan que para posicionarse hoy en el mercado, sobre todo el de sol y playa -principal oferta caribeña- hacen falta muchas cosas más que paisajes bonitos e inolvidables anocheceres frente al mar.La revista Excelencias del Caribe en un artículo reciente afirma que el turismo del Caribe muestra desaceleración preocupante y una de sus causas es la excesiva estandarización del producto, que obliga a la reducción de tarifas ante la creciente competencia. También se dice que el modelo de sol y playa se está agotando.

En otras fuentes con presencia en la red de redes, se anuncia que las dificultades del turismo norteamericano se incrementarán en la medida en que se agudiza la recesión económica. Otros mencionan la turbulencia de los mercados financieros provocada por la caída del sector inmobiliario y las consecuencias del alza en los precios del petróleo, que influye sobre todo en el sector del transporte, además de la devaluación del dólar frente a otras monedas.

Otro tema vital en este momento proviene de los cambios climáticos y los desastres naturales, que en esta región se traducen en huracanes y tormentas tropicales, muy perjudiciales para el buen desempeño de la industria sin chimeneas.

Es posible que el Caribe requiera de un rediseño de su imagen turística y de su producto, el cual podría concentrarse más en temas netamente locales que realcen la identidad de sus pueblos. Tal vez ha faltado rapidez para engancharse a gran velocidad en nuevos mercados emisores de apreciable empuje, como Rusia y las naciones asiáticas. También se puede pensar que el sector turismo en esta parte del mundo fue débil ante el empuje de los destinos emergentes: Asia, Pacífico, África y Medio Oriente.

Otro asunto recurrente en este caso podría ser el de la integración, de la cual se debate mucho en esta área geográfica. Buscar soluciones a partir de la unidad turística, es tan viable como se proyecta en la esfera comercial. El poeta cubano Nicolás Guillén describió esa idea de una forma hermosa, pero realista; dijo que algún día los estados caribeños colonizados por distintas formas de dominación, y herederos de disímiles lenguas y costumbres, sabremos superar barreras y crear los cimientos comunes para otorgarles la más absoluta prioridad.

Hay quienes afirman que el Caribe necesita que las economías de sus naciones continúen expandiéndose, y eso equivale a decir turismo. De esta afirmación se deduce que por ahora también deberá prescindir de las bondades que le ofrecía el abundante mercado norteamericano.

Según pronostican autoridades del rubro en la nación norteamericana, buena parte de los estadounidenses viajarán menos o escogerán travesías más cortas en el 2008. Los expertos consideran que gran parte de la comunidad turística buscará la manera de ahorrar y recortará sus viajes.

Entre los principales destinos que elegirán los estadounidenses este año cuando decidan viajar se prevén países de Centroamérica y Europa Oriental, así como Italia, Portugal y China. Entonces, ¿por qué ahora no eligen al Caribe?, si de todas formas necesitan pasaportes para moverse también a esos otros destinos.

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