La Casa del Ajedrez, sitio emblemático
La Casa del Ajedrez José Raúl Capablanca, ubicada en el céntrico Parque Céspedes de la ciudad de Santiago de Cuba, es una de las instalaciones más visitadas por los amantes del “deporte ciencia”, que resalta por ser una hermosa edificación colonial de finales del siglo XVIII.
“Tablas, jugador”, así se dirigió el genial Capablanca a uno de los participantes de la simultánea de 30 mesas, realizada en esta urbe oriental, en el año 1938, para todo aquel que desease concurrir.
Ahora lo recuerda Antonio González Trujillo, reconocido como uno de los padres del ajedrez santiaguero. Aquel día el joven trebejista, Carlos Santos, exaltado por intercambiar piezas con Capablanca, le respondió: “No, maestro, démosle más tiempo a esta partida, que el privilegio de su presencia lo amerita”.
Actualmente esta es una de las instituciones que mantienen viva la tradición del juego ciencia en la Ciudad Héroe, nombrada como la Casa del Ajedrez, que lleva el nombre del mayor exponente del “deporte ciencia” en Cuba.
“Esta casona, situada en el Anillo Cero del área fundacional de la otrora villa próxima a cumplir su medio milenio, no siempre ha cobijado a la academia provincial, sino que antes del triunfo revolucionario era la sede de la Sociedad del Centro Gallego”, comentó González Trujillo, quien fuese su director y profesor de la modalidad por muchos años.
“Se ha trasladado a varios sitios desde que se creó como escuela, en algunos casos por períodos largos, como es el del local situado entre las calles Calvario y Carnicería, en lo que antes fuese un Banco. Luego estuvo en los altos de la cafetería El Gallito, en la céntrica Enramadas, para ser reubicada finalmente donde se encuentra hoy, en Santo Tomás y Heredia”, precisó.
Lo sorprendente y fascinante del local no se queda en la cubierta de mosaicos blancos y negros que semejan un tablero de ajedrez en el patio interior ni en las macetas con figuras de torres que ornamentan la sala de juego, sino en el tesoro que resguarda en el ala derecha del inmueble: el museo de historia del deporte santiaguero.
La sala abriga testimonios de figuras como Enrique Figuerola, primer medallista olímpico de la provincia, y otros grandes como Alberto Juantorena, Norge Luis Vera, Mercedes Calderón, entre muchas Glorias del Deporte. El podio también lo ocupan atletas discapacitados de notable trayectoria en los juegos paralímpicos, como Yunidis Castillo (atletismo) y Sergio Arturo (judo).
También se erige como el mejor sitio para tributarles honores a los seis grandes maestros ajedrecistas del territorio santiaguero como son Maritza Arriba Robaina, Zirka Frómeta Castillo, Eldis Cobo Artiaga, Carlos Larduet Despaigne, Oleini Linares Nápoles y Lelys Martínez Duany.
Con el objetivo de que muestre todo su esplendor en saludo al aniversario 500 de la fundación de la villa de Santiago de Cuba, el 25 de julio venidero, la institución se rehabilita con la máxima de mantenerla para el disfrute de las actuales y futuras generaciones, expresó su director, José Reyes.
Las brisas de una ciudad renovada y el ambiente acogedor que involucra una partida de ajedrez, surten efectos en el santiaguero que transita por los alrededores del Parque Céspedes y se anima a probar suerte en la casa de los tableros.




