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José Rubiera, Jefe del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba

14 de Noviembre de 2008 9:08pm
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José Rubiera, Jefe del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba

Por: Sonia Sánchez

Contrario a lo que muchos creen, “los ciclones tropicales se forman no sólo en el Mar Caribe, sino en casi todos los mares tropicales del mundo. Las condiciones propicias para ello son el calor del mar (energía), con temperatura superficial del agua superior a 26.5 grados Celsius, la alta humedad que reina sobre la superficie marina y una distribución de vientos débiles en la vertical, una condición también favorable”. De este modo introduce el Dr. Rubiera, el diálogo sobre estos fenómenos de fuerte impacto en el Caribe.

En este 2008 el clima mundial ha sufrido cambios irreversibles. Inviernos más calientes, veranos ardorosos. ¿Significa esto que también podrían formarse más ciclones que décadas atrás?

-Hay más ciclones ahora que entre 1970-1994, pero hay una cantidad parecida a la que había en el período de los años 40 al 60 del pasado siglo. La causa es que hay períodos multidecadales de actividad ciclónica en el Océano Atlántico Norte, donde se encuentra el Mar Caribe, en el que cambios de temperatura y salinidad ocasionan períodos alternos de actividad e inactividad ciclónica, que duran de 20 a 35 años, según se ha observado en los últimos 200 años.

A ciencia cierta nadie sabe dónde o cuándo azotará un huracán con mucha antelación. Que una temporada sea activa en el Atlántico no quiere decir nada para un lugar dado. Así puede haber temporadas de huracanes activas, como la de 1995, la segunda en actividad del siglo XX, en que hubo 19 tormentas con nombre (el promedio es 10) y no haber ningún huracán que haya azotado a Cuba.

Activas fueron igualmente las temporadas 2006 y 2007 y no hubo huracán tampoco en Cuba. Por el contrario, hay temporadas inactivas, como la de 1930 con sólo 2 huracanes, pero uno de ellos azotó a Santo Domingo, República Dominicana con gran intensidad y la destruyó. Igualmente, la temporada de huracanes de 1992 fue inactiva, con sólo 4 huracanes, pero uno de ellos fue Andrews que ocasionó muertes y grandes daños en el estado de La Florida, Estados Unidos. Como no se sabe dónde o cuándo va a azotar un huracán, lo mejor es conocerlos, seguirlos y estar siempre preparados, que es lo que se hace en Cuba.

Turismo y Meteorología. ¿Qué opina usted de esta relación?

-Muy interesante, pues la meteorología brinda la posibilidad de conocer de antemano, mediante los pronósticos del tiempo, si habrá calor, lluvia o viento, cómo se comportará el mar, etc. Si el turista utiliza esa información con efectividad y conocimiento, podrá planear mejor su tiempo, por ejemplo, si va a llover, puede visitar museos u otras sitios bajo techo; si va a haber sol, entonces el tiempo será de la playa.

El ciclón tropical, principalmente el más intenso, llamado Huracán en el Atlántico y Tifón en el Pacífico, es un poderoso sistema meteorológico que trae consigo vientos fuertes, lluvias torrenciales y colosales marejadas, pero se puede prever con bastante antelación y por ello se pueden tomar medidas de protección, por lo que si se hace lo debido casi no se registrarán víctimas, como ocurre en Cuba, salvo cuando hay personas que cometen fatales imprudencias.

En los huracanes se evacua a los ciudadanos de las áreas peligrosas, y lo mismo sucede con los turistas. La población recibe un sistema de aviso constante por los medios de comunicación y se realizan pronósticos que permiten con efectividad tomar las medidas de precaución necesarias.

¿En qué consiste el éxito de Cuba en el campo del turismo frente al peligro de los huracanes?

-En que se hace con los turistas lo mismo que con el resto de los ciudadanos del país, mantenerlos informados, brindarles conocimiento, recomendando acciones y evacuándolos a lugares seguros, en caso de que fuera necesario. En el caso de evacuación, a los turistas se les traslada a hoteles de igual o superior categoría en zonas del país no amenazadas por el huracán, para que puedan seguir disfrutando de sus vacaciones.

El éxito de Cuba en este campo, consiste en que la acción conjunta de los pronosticadores, de la Defensa Civil, de los medios de difusión, del pueblo, y la voluntad política del Estado, hace que se tomen todas las medidas de prevención para que en Cuba casi no se registren víctimas en huracanes.

Sin embargo, hay que seguir educando a todos, ya que todavía hay algunas personas que imprudentemente tratan de cruzar un río crecido o de salir a la calle en medio del viento, lo que puede ocasionar víctimas. El objetivo es que no haya absolutamente ninguna persona muerta en un huracán, por fuerte que este pueda ser.

Los países del Caribe están haciendo esfuerzos por unirse e intercambiar experiencias frente los desastres naturales. ¿Cómo define usted este panorama? Qué recomendaciones daría para una mejor eficiencia en este sentido?

-Todos los países del Caribe, junto a los de Centroamérica, México, Canadá, Venezuela, Colombia y los Estados Unidos, están representados en el Comité de Huracanes de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en la región, y en ese marco cada año se revisa el sistema de avisos y se ejecutan amplias coordinaciones para el intercambio de información meteorológica.

Si hay algo que recomendar, sería que a los pronósticos meteorológicos se uniera un fuerte servicio de protección o defensa civil, y que los medios de difusión fueran empleados de una manera racional, brindando un servicio público, con conocimientos e información veraz y confiable, no en la manera sensacionalista en que muchas veces se transmite la información, lo que lleva al desconcierto de las personas y añade a la falta de conocimiento la desorientación, muy peligrosa en esos momentos, porque lleva a la inacción o también a acciones inadecuadas que resultan en lamentables víctimas.

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