Cargando...

Industria aérea mundial se resiente cada vez más con el encarecimiento del petróleo

23 de Julio de 2008 4:25pm
godking

El encarecimiento del petróleo, a niveles sin precedente en el mercado internacional, comienza a resentir la industria aérea mundial, cuya estrategia comercial y operativa, además de encaminarse a reducir vuelos y rutas, manifiesta una nueva ola de despidos y fusiones en el sector.

El fin del crudo barato levanta inquietudes y sobresaltos en las compañías aéreas, en tanto plantea un reordenamiento a sus concepciones operacionales, justo cuando creían superada la crisis vivida tras los fatídicos atentados del 11 de septiembre de 2001, en Nueva York y Washington.

Ahora el aterrizaje forzoso lo impone el precio del petróleo, el cual ronda los 140 dólares por barril.

En términos de cifras, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (AITA) señaló recientemente que por cada dólar que sube el precio del petróleo los costos para las aerolíneas en el mundo se incrementan en mil 600 millones de dólares, en tanto el sector prevé gastos adicionales en combustible en el orden de los 176 mil millones de dólares durante el año en curso.

Ello provocaría pérdidas por unos seis mil millones de dólares en el 2008 si la cotización del crudo continúa sobre los 135 dólares por barril. En promedio -según la AITA- el combustible representa un 34 por ciento de los costos para el ramo.

Los números no son nada alentadores. Nadie mejor para definir esta situación que el propio director general de la Asociación, Giovanni Bisignani, al calificarla de desesperada y destructiva.

Durante la asamblea anual del gremio, celebrada en Estambul, Bisignani advirtió que un descalabro en el sector tendría un fuerte impacto en la economía global, pues se trata de una esfera que genera unos 32 millones de puestos de trabajo y un negocio de 3,5 billones de dólares al año.

Reajuste de vuelos, supresión de rutas, reducción de plantilla, subida de precios y el cobro de algunos servicios antes gratuitos son algunas de las medidas puestas en práctica en el sector a fin de atenuar las elevadas cotizaciones del crudo.

Todo ello tiene lugar en un escenario donde la denominada primera economía del mundo, Estados Unidos, sufre una fuerte desaceleración en su crecimiento, iniciada con una crisis crediticia que se expande por el orbe y apenas ha dicho la última palabra en cuanto a su magnitud y víctimas por cobrar, al decir de especialistas.

En lo que va de año, 24 compañías aéreas dejaron de operar o se han declarado en bancarrota. Solo en Estados Unidos más de 14 mil empleos fueron eliminados en el sector y unas 100 comunidades perdieron sus servicios aéreos.

Las medidas drásticas no se han hecho esperar. American Airlines anunció que en los últimos cuatro meses del 2008 reducirá entre un 11 y un 12 por ciento sus operaciones en territorio estadounidense, con la consecuente supresión de puestos de trabajo.

En tanto, British Airways reportó que en el primer trimestre del año gastó un 6,4 por ciento más en combustible con respecto a igual lapso del período anterior, reflejado en tiques de vuelos entre 16,5 y 90 euros más caros.

En esa misma línea, la española Iberia informó que durante el primer trimestre el gasto por concepto de combustible repuntó en 66, 8 millones de euros.

Continental Airlines ya despidió hasta la fecha a tres mil trabajadores (6,5 por ciento del personal) y redujo su capacidad operativa en un 11 por ciento. Estas medidas son parte de muchas otras que Continental está tomando en respuesta a los precios sin precedentes del combustible mientras la industria enfrenta su peor crisis desde 11 de septiembre de 2001, manifestó la empresa en un comunicado.

Asimismo, el grupo franco-holandés Air France-KLM estima reducir su oferta de vuelos para la próxima temporada invernal (boreal) hasta limitar el aumento de capacidades al 1,1 por ciento frente al más del cuatro por ciento previsto inicialmente, de acuerdo con medios de prensa franceses.

El consorcio aéreo dio a conocer que someterá a un profundo an ílisis sus recorridos, tras el cual no se descarta el cierre de algunas líneas y la eliminación de determinados vuelos.

Air France-KLM también informó que prevé deshacerse de su flota de aviones menos eficientes en términos de consumo. Medida adoptada ya por varias aerolíneas de diversos volúmenes de operaciones.

Por otra parte, American Airlines, British Airways e Iberia dirigen sus esfuerzos en concretar una unión comercial en las rutas que enlazan Europa con el Atlántico Norte para sortear la situación.

Englobadas en la alianza OneWorld, las tres aerolíneas pretenden antes que finalice el mes en curso materializar acuerdos en materia de precios, rutas, horarios, ventas, publicidad y distribución de los ingresos y beneficios, entre otros aspectos.

La existencia de estas negociaciones fue revelada por el diario británico Financial Times y puso en alerta a las demás competidoras, que han acelerado sus reajustes y medidas para no quedar a la zaga.

Un pacto tripartito de este tipo supone un cambio en la estrategia desarrollada hasta el momento, pues las tres compañías mantenían entre sí contactos bilaterales para obtener el mismo objetivo.

De otro lado, la estadounidense Delta Air Lines negocia la adquisición de Northwest Airlines. De concretarse esta fusión se formaría la mayor empresa aérea del mundo y esta operaría bajo el nombre de Delta, según anunciaron las partes.

Este acuerdo, sostienen expertos del sector, podría impulsar nuevas fusiones de persistir el alza en los precios del crudo y ante la realidad de que hay demasiadas sillas y muy pocos pasajeros como consecuencia de los tantos problemas que aquejan a la economía global.

Hasta hace apenas unos meses las aerolíneas de bajo costo eran las únicas que cobraban por servicios adicionales como pedir comida en el avión o usar el servicio telefónico, sin embargo, desde comienzo de año las grandes transportadoras aéreas comenzaron a facturar servicios antes gratuitos como la elección del asiento o el despacho de la primera maleta.

En ese sentido, American Airlines, US Airways, United Airlines, Continental Airlines, Delta Air Lines, Northwest Airlines y Virgen, por citar algunas, han adoptado esta estrategia.

Varias de estas compañías, entre otras, tienen previsto en sus planes a corto y mediano plazo cubrir rutas con vuelos más lentos a fin de consumir menos combustible, de acuerdo con informes públicos.

A modo de ejemplo, Southwest Airlines cubre en la actualidad su ruta entre Houston-Los Angeles, o sea dos mil 232 kilómetros, 72 segundos más lento, lo que le permite ahorrar 33 litros de combustible por vuelo, equivalente a 160 mil dólares al año, segú n estadísticas de la propia compañía.

Dentro de estos mencionados planes las aerolíneas con mayor solvencia económica buscan equiparse con aviones más modernos y eficientes en pos de ahorrar combustible. La firma especializada CM- CIC Securities sostiene que entre los modelos más viejos en circulación y los actuales es posible obtener ahorros en más del 30 por ciento.

El futuro para la industria es incierto, aunque sin dudas la turbulencia petrolera no será uniforme. Seguramente algunas aerolíneas podrán sortear los nubarrones, mientras otras tendrán que aterrizar para siempre dejando tras su última estela a miles de desempleados.

Back to top