Estados Unidos: JetBlue es demandada por obligar a un pasajero a viajar sentado en retrete del avión
Fuente: EFE
Estados Unidos. Un neoyorquino demandó a la aerolínea de bajo coste JetBlue por obligarle a viajar sentado durante más de tres horas en el retrete del avión, porque una auxiliar de vuelo necesitaba su asiento, informó el diario New York Post.
Gokham Mutlu, que pide una compensación de dos millones de dólares, detalló al diario que el incidente ocurrió el pasado 23 de febrero en un vuelo de JetBlue desde San Diego a Nueva York.
Mutlu, que viajaba con un "buddy pass", un pasaje en lista de espera que los empleados de JetBlue dan a sus amigos, asegura que al embarcar le dijeron que aunque el vuelo estaba lleno podía sentarse en el asiento de una de las azafatas y que ésta viajaría en la cabina del piloto.
Sin embargo, cuando llevaban una hora y media de vuelo, el piloto le pidió que cediera su asiento a una azafata porque ésta no viajaba confortable en la cabina de pilotos y le dijo que se sentara en el retrete.
El piloto, cuyo nombre no se ha difundido, explicó a Mutlu que él no podía sentarse en el asiento en la cabina de pilotos porque sólo los empleados de JetBlue podían hacerlo.
Cuando el hombre protestó, el piloto añadió que ése era su avión, que estaba bajo su mando y que debería estar agradecido de que le hubieran dejado subir a bordo, siempre según la versión del demandante.
La azafata se sentó en el asiento de Mutlu, cerró los ojos e "hizo como que dormía", explicó el neoyorquino, quien asegura que tuvo que permanecer sentado en el retrete sin cinturón de seguridad incluso en un momento en que pasaron por una zona de turbulencias.
En la demanda que ha presentado ante un tribunal de Manhattan, Mutlu explicó que como consecuencia de tener que viajar sentando en el retrete durante el vuelo sufrió "un trauma emocional y psicológico" y se sintió "humillado públicamente".
Además considera que la aerolínea no cumplió con las normativas de seguridad aérea al hacerle viajar sentado en el retrete sin cinturón de seguridad, por lo cual exige dos millones de dólares como compensación.