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Entrevista a Clovis Cinisterra, director de migración de la República de Panamá

17 de Octubre de 2008 5:46pm
godking

Panamá impulsa actualmente un cambio en su Ley Migratoria, en aras de darle al tema mayor nivel profesional y un marco legal que esté de acuerdo a estos tiempos y de cara al futuro. Al respecto, Caribbean News Digital conversó con el director de migración de este país.

¿Cuáles son las causas que promueven al cambio en la Ley Migratoria y cuál es el objetivo de las transformaciones?

-Contamos con una iniciativa panameña de comercio y transporte seguro en el cual, como nación, le damos un valor agregado al tránsito marítimo y actividad comercial que se de en el país. Dentro de eso hemos desarrollado un plan estratégico como nación, como gobierno, el cual ha arrojado un diagnóstico de futuro para Panamá.

Esto implica que el valor agregado que le demos a todas esas actividades es la seguridad. Al ver la diversidad de formas de darla, se trazó una estrategia de seguridad integral para Panamá.

La posición geográfica de nuestro país le da muchas ventajas, en especial por el canal, que lleva toda la actividad marítima, a tal grado que en Estados Unidos el 90% de la economía es de movimiento marítimo y el 70 u 80% de ese total, pasa por el Canal de Panamá.

Estos aspectos de seguridad nos obligan a nosotros a entender nuestras fortalezas y debilidades. Dentro de eso, todo desarrollo requiere de una plataforma donde una parte es del desarrollo humano, porque cuando llegan al país todas inversiones requieren de talentos, de profesionales, de infraestructura, equipamiento y muchas cosas que se van incorporando.

Los pilares de ese desarrollo humano son las diferentes instituciones y la seguridad. Migración es uno de esos pilares, todo lo que es gestión migratoria.

Nos dimos cuenta que la gestión migratoria tenía que tener un giro, en búsqueda de un nivel profesional y de contar con un marco legal que esté de acuerdo a los tiempos y al futuro. Y esa era una de las debilidades, el marco legal existente.

Desde 1960 teníamos una ley que fue evolucionando a través del tiempo. Se ajustaba sin condiciones y esto no le daba una firmeza y formalidad. Por supuesto, se hizo una revisión pues ya se había intentado hacerlo en años anteriores y por unas razones u otras no había prosperado.

Ahora nosotros no solo mejoramos el marco legal con un decreto ley, sino que le hemos dado una reglamentación, lo que le da una actualización y un nivel de acuerdo a lo que está ocurriendo en le país y a su desarrollo.

Pero no solamente eso, nosotros somos signatarios en la ONU y la OEA de muchos acuerdos sobre seguridad y convenios diplomáticos y políticos de cumplimiento en intercambio profesional, científico, etc.

Desde luego que a esto teníamos que darle una definición, catalogando nuestro nuevo esquema migratorio con sus categorías y respectivas reglamentaciones, y velando porque las normas siempre estuviesen claras.

Todo esto no va solo, pues además se tiene que fortalecer con tecnología para que la aplicación de la ley sea de gran nivel y más accesible al usuario y al inversionista desde el extranjero. Por eso decimos que migración representa la frontera virtual.

Panamá como país requería tener en temas migratorios una formalidad y un marco legal propio. Fue una decisión sabia de este gobierno orientar la carrera hacia allá y estamos en un proceso de mejorar nuestra infraestructura, superarlo con tecnología de punta (biometría). De nada vale tener marco legal si no se tienen los controles tecnológicos que ayudan a administrar y gestionar ese movimiento migratorio.

Estamos hablando de un sistema de tres anillos básicos: uno es el que lleva todo lo que corresponde a la administración de la gestión migratoria; el otro es la inmigración invisible, o sea, nuestro objetivo es lograr hacer un valoración de seguridad de la manera más amigable y discreta, sin que las personas se sientan observadas ni vigiladas, pues el espíritu de nuestro país es amigable. El otro es el ámbito consular, o cuerpo diplomático que gestiona pasaporte y visas. Estas tres juntas darían en un solo sistemas una mejor aplicación, seguimiento y control a lo que la Ley contemple.

Una de las limitantes que tiene el movimiento turístico regional de multidestinos es el relacionando con los temas migratorios. ¿En este caso la Ley frena o viabiliza los trámites que debe hacer de un turista?

-Nosotros pertenecemos a la Comisión Centroamericana de Directores de Migración (OCAM), también a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), participamos activamente en las reuniones de migración regional, y nos encontramos los directores de migración anualmente más de dos veces para intercambiar sobre ese tipo de situaciones.

En primera instancia, cada país se reserva sus intereses y cómo manejar las cosas atendiendo a su condición. Panamá está en una condición que le podemos llamar magnética, porque diez años atrás el movimiento migratorio era Sur -Norte y era de paso, y tenemos un cruce transversal, el Canal, que también es de paso. Pero ahora hay un movimiento Norte -Centro y Centro-Centro que es obvio, y si se hace un análisis psicosocial de Centroamérica, por ejemplo, de sus condiciones económicas, estructurales, laborales y demás, lo que ocurre en Panamá resulta esperanzador para mucha gente.

Desde luego, nosotros tenemos que ver el control de las personas que ingresan al país y ser guardianes del aspecto laboral de los nacionales, para lo cual contamos con un ministerio que maneja eso. Tenemos que prever que si se necesitan profesionales para trabajar en un proyecto, debemos analizar primero si los tenemos nosotros para administrar eso.

Panamá participa en los foros y en diversas reuniones, en las cuales estos temas se tocan y siempre hemos sido abiertos: La prueba está que a Panamá se le dice “crisol de razas”.
Nuestro país por toda una historia ha compartido nuestro cielo y hemos tenido la oportunidad de convivir con gente de todas partes del mundo.

Hoy por hoy, nuestra condición de país es única, de frontera a frontera, y tenemos que velar por el ordenamiento del registro de extranjeros, y que todos cumplan con lo que lo que se establece en la Ley.

Los trámites migratorios no se hacen más lentos, más bien lo que queremos es que se disciplinen los registros, pues no le hemos dado condición alguna a alguien que quiera estar en Panamá siempre y cuando cumpla con la Ley.

Las personas que llegan al país como turistas y se exceden de ese tiempo tienen que pagar 50 USD por mes. Todo está contemplado y sobre todo los asuntos humanitarios, que es una parte interesante.

Nos preocupamos por personas con problemas de salud y problemas mentales, físicos, situaciones socioeconómicas, incluso condiciones jurídicas. A nosotros nos preocupan las personas que quedan fuera del ordenamiento familiar y son cosas que humanitariamente las describimos en el capítulo 6to del artículo 171 hasta el 174.

Los términos humanitarios anteriormente se manejaban a la discrecionalidad del director. Ahora hemos puesto las normas claras, pues las personas llegan un día y comenzaban sus trámites y cuando regresaban se encontraban con requisitos nuevos y eso no daba una estabilidad y unos de los pasos dentro de la seguridad integral es la jurídica. Y dentro de la seguridad jurídica están las reglas claras, definidas y con firmeza en su aplicación.

¿Puede un turista cambiar su estatus migratorio en el marco de los 90 días?

-Sí puede, solo que debe que debe cumplir con lo que esta establecido en la Ley y presentar toda la documentación que se requiere para estos efectos.

¿Cómo procederán las autoridades migratorias de conjunto con el Ministerio de Trabajo con aquellas personas que se encuentran en el país en la categoría de irregulares, pues están indocumentados, pero trabajando aún sin el permiso de trabajo?

-Ahora vamos a tener un edificio único de gestión de extranjería. Allí van a estar las oficinas que corresponden a extranjería del Ministerio de Trabajo, las del MICI, que trabaja con los inversionistas, y una oficina de turismo.

Cuando se necesite un detalle de coordinación o de enlace, la diferencia será de un piso o dos. Cada una de estas oficinas tienen su organismo, pero la coordinación es lo que le va a dar agilización a los trámites. Para tramitar los casos que no tengan en orden sus documentos, sea con cualquiera de los ministerios, tendremos una gran ventaja, pues vamos a estar bajo una estructura única.

También programaremos visitas a locales. Hemos dado un período para que las personas lean la ley y la conozcan. Para el otro mes vamos a salir a realizar visitas formales para notificar a los dueños, autoridades, representantes legales a grandes organizaciones, ciertos clubes, pues que hablar con ellos para que se den cuenta que hay un cambio.

Después de este acercamiento, vamos a hacer las acciones de campo. En ellas, donde quiera que veamos situaciones, haremos la advertencia y le daremos asesoría, pero ya estará en un registro que demuestra que estaba fuera de orden. Después de eso tendríamos que entrar en la aplicación de la ley, las multas y demás. Todo va a ser gradual, no vamos a entrar en acciones inmediatamente sin una parte de convencimiento.

La persona que se detecte ilegal, se le asesorará para asistirle en su problema, no quiere decir que se le va a repatriar inmediatamente. Como hay una nueva ley, haremos una pausa, una aproximación amigable. Ya un tercer paso sí sería detectar y sancionar. Si una persona desconoce la ley, o la ignora, o no la obedece, nosotros la aplicamos.

La ley, además de contemplar el tema de gestión migratoria, le da fortaleza a la institución como tal, crea dos fondos, uno para el efecto migratorio depurativo y uno para el desarrollo humano de los miembros de la institución.

A su vez plantea crear una academia de migración, porque no contamos con esa herramienta y la capacitación es improvisada y ahora estamos hablando de programas académicos.

La institución se fortalece en su estructura personal, porque es una actualización organizacional a tal grado que los resultados deben ser eficiencia, transparencia, seguridad en el actuar de la institución en todos los campos, y un alto nivel de profesionalidad de cada uno de sus miembros. Estos son las grandes dones de la Ley.

En la Ley anterior la autoridad única de Migración era el director, ahora tenemos un mecanismo y una ruta de niveles. Tenemos un Consejo Consultivo de Migración, que está compuesto por varios ministerios, pero encabezado por el Ministerio de Gobierno y Justicia. Allí se evalúan los casos y se elevan al Ejecutivo y es este con su gabinete quien decide la política migratoria.

En la ley anterior la política migratoria la definía el director de migración. Esta nueva estructura permite un mejoramiento. Hay una evolución.

¿Cuál es la función del registro de extranjería y cómo se ha implementado?

En él se puede registrar todo el que llega a Panamá. Ese registro le da a usted un número, que le servirá para todas las gestiones y va a hacer más efectivo para realizar sus trámites.

El registro se hace en el momento de la llegada, y va a estar conectado con el Ministerio de Trabajo, pues el número único que le den será válido para cualquier gestión en Panamá. Si una persona entra como turista hoy y se registra, y entra dentro de tres meses con otro estatus, tendrá el mismo número de registro que la primera vez que entró.

Además, no es obligatorio registrase como turista. Pero si quieren registrarse lo pueden hacer, sobre todo si tienen intenciones de establecerse o quedarse por más tiempo.

¿Las visas múltiples fueron eliminadas?

-Nosotros tenemos una frontera, el 26 de agosto, con el cambio de la ley vieja por la nueva. Hay personas que comenzaron sus trámites y deberán seguir hasta que termine su estatus, una vez terminado o sale o comienza otro, y si comienza otro lo hace con la ley nueva. Es decir el estatus adquirido con la ley anterior finaliza con la ley anterior.

Las visas quedarán solamente para inversionistas que entran y salen por gestiones de trabajo y no tiene residencia temporal. Todas las personas pueden venir a Migración, pues hay un departamento que atiende todas las inquietudes y no hay costos por esto y se le orienta como proceder. Todos los trámites son a través de un abogado.

¿La ley es estricta o puede tener variaciones o consideraciones especiales de acuerdo a las percepciones del personal de migración?

-No, la ley es estricta y los casos humanitarios están previstos en la Ley.

¿Cómo valoran ustedes el impacto que ha tendido la Ley?

-Trato de ser objetivo en el enfoque. Todavía es muy pronto para medir impactos. El problema de fondo es cultural y toda normativa cuando se inicia no comienza con alegría, muchos están de acuerdo con hacer un cambio y ver el ordenamiento, pero otros no.

La ley da seguridad jurídica, estabilidad migratoria. El extranjero puede acceder incluso por la web y comenzar a tramitar su visa.

Además, esta nueva ley establece que toda documentación tramitada en migración si no se le da respuesta en 60 días hábiles automáticamente queda aprobada. Pero eso va a transcurrir un año para que entre plenamente en vigencia la ley, pues necesitamos un período de condicionarnos, equiparnos bien y tener un buen ritmo.

Panamá quiere ser un país de mucha hospitalidad, pero necesitamos estar en condición de que el extranjero se sienta bien, que pueda sentirse mejor que los panameños.

Queremos que se digan cosas buenas de Panamá, que el visitante se sienta tranquilo. Pero esa tranquilidad, prosperidad y desarrollo desde luego que tiene una plataforma muy firme que es el desarrollo humano, la gente que vive en Panamá, tanto los nacionales como los extranjeros.

Somos un país chico con un corazón grande. No tenemos las puertas cerradas a nadie, el canal no nos lo permite, somos de corazón abierto, pero debemos tener orden en las cosas y en eso estamos creciendo.

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