El Vaticano confía en un turismo cada vez más "gratuito" como tendencia para el futuro
Vaticano. Un turismo con rostro humano y donde la palabra "gratuito" se vuelva alcanzable es la tendencia que marcará el futuro del sector, dijo Agostino Marchetto, secretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes. En una carta enviada como aportación oficial del Vaticano a la Bolsa Internacional de Turismo (BIT), que se celebró en la norteña ciudad italiana de Milán, el religioso destacó la importancia del sector turístico como patrimonio de los pueblos.
"Se está en el alba de un turismo de rostro humano en el cual la voz gratuita se vuelve alcanzable y encuentra su realidad", indicó el texto.
Puso como ejemplo de esta nueva tendencia que una línea aérea promete en pocos años dar el 50 por ciento de los boletos en vuelos de bajo costo gratuitamente, mientras en Estados Unidos se difunde el fenómeno del "automóvil gratis" como forma de publicidad.
Ponderó también que el turismo posee virtudes como la capacidad de encender el motor de la economía, salvaguardar la naturaleza, tutelar y promover la cultura, crear puestos de trabajo, pero sobre todo debe subrayar que el hombre "es el patrimonio más precioso".
"El turismo puede ser una ocasión de encuentro, representa un buen incentivo para construir medios de transporte cada vez más modernos, rápidos y seguros; ello desarrolla riqueza en cuanto empeña inteligencias, mano de obra y grandes recursos financieros", dijo.
"Todas estas inversiones", añadió, "agilizan e incrementan los movimientos, pero viajar no es sólo esto, es también una oportunidad para reforzar las relaciones familiares que, en una cotidianidad cada vez más frenética, son a menudo puestas en dura prueba".
En el texto el funcionario del Vaticano hizo énfasis en la influencia negativa del cambio climático en los viajes de placer y deploró el "abuso" de algunos operadores del sector en contra del medio ambiente que los rodea.
Marchetto recordó que en meses pasados, en Europa, las localidades de montaña sufrieron por el inicio de un invierno con temperaturas elevadas, escasas precipitaciones y, por tanto, ausencia de nieve.
Ante el temor fundado de perder un número elevado de huéspedes ha obligado a tener siempre funcionando los llamados cañones para esparcir nieve artificial con un consecuente consumo de preciosos recursos hídricos y eléctricos, además de una relativa contaminación.
Por ello, advirtió, "el uso impropio de los recursos no es compatible con un desarrollo sostenible y no respeta el ambiente y a las poblaciones locales. La naturaleza debe ser respetada y protegida además de valorizada y apreciada".