Ayer fue Río, esta semana es Copenhague, ¿y mañana?

10 de Diciembre de 2009 12:22am
godking

No quiero ni mucho menos ser pesimista, ni echar ningún mal de ojo a esta cumbre, tan relevante y a la que tanta importancia le están concediendo los medios de comunicación, cuando según leo, no va a ser vinculante, sino que más bien se llevarán a cabo firmas de intenciones o compromisos políticos, que por experiencia ya sabemos hasta dónde pueden llegar; es decir, hasta donde quieran y cuando quieran.

Personalmente no es que sea escéptico al cambio climático, porque es un hecho más que demostrado científicamente. Llevamos millones de años con un cambio evolutivo climático y en general ambiental, pero en lo que quizás haya duda es si el cambio actual es mucho más rápido, en términos absolutos y relativos, y hasta dónde la influencia humana está alterando tanto la velocidad del cambio, como su impacto.

Lo cierto es que más bien el gran cambio en estos siglos ha sido el humano, y por los resultados tengo mis dudas sobre cuán positivo es, o si el balance se inclina más hacia lo positivo o lo negativo; supongo que cada cual tiene su propia opinión sobre ello.

La permanente y casi exclusiva visión antrópica del Planeta hace que se confundan conceptos y términos, y se identifiquen muchos de los impactos ambientales negativos como tales, olvidándose que se le está otorgando unas consecuencias de impacto social y económico, por encima de las del propio ecosistema, que posee unos mecanismos de autorregulación, los que el hombre siempre trata de romper para obtener su máximo beneficio, a escala pequeña o grande.

El turismo es un sector tremendamente afectado por cualquier impacto ambiental, de origen físico, ya sea climático, geológico, …pero todavía casi peor, como ya lo he escrito en diferentes ocasiones, resultan los impactos intangibles o perceptuales, ya que afectan más profundamente a la persona o turista, que evidentemente variará sus hábitos de lección de destino, y por ende la compra de dichos productos.

Es estos tiempos es muy importante tener clara una cosa, y aunque suene a marketing verde me atrevo a repetirlo: aquellos destinos, ofertas turísticas, negocios, etc…que incluyan estrategias ambientales creíbles, serias y avaladas científicamente, y tengan el saber hacer de comunicarlas eficientemente, cada vez más, tendrán un nicho de mercado más grande y mucho más fiel, respaldado en el efecto multiplicador del boca a oreja.

Ya no basta la antigua, y ojala última frase, de que quien contamina paga, y espero que pronto se caiga la amortiguación de la mala conciencia y la proyección de empresa buena, plantando arbolitos, al mismo tiempo que se sigue dañando el entorno natural.

Los turistas y la sociedad ya están despertando y exigirán responsabilidad, premiando solo a los merecedores, ya sean pequeños o grandes. Piénsenlo.

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