España y Portugal buscan explicaciones al mayor apagón de su historia

Foto: El Plural
España y Portugal restablecieron este martes la electricidad en la mayoría de sus territorios, tras sufrir el apagón eléctrico más grave del que se tenga registro en la Península Ibérica. A pesar del restablecimiento del servicio, las autoridades aún no han ofrecido explicaciones claras sobre las causas del colapso ni sobre las medidas que evitarían que vuelva a ocurrir.
Semáforos funcionando nuevamente, reapertura de escuelas y reactivación parcial del metro y los trenes marcaron el lento retorno a la normalidad. Miles de ciudadanos, atrapados en ascensores o incomunicados durante horas, enfrentaron dificultades para regresar al trabajo este martes.
El operador de la red eléctrica española, Red Eléctrica de España (REE), descartó un ciberataque y señaló que el incidente tuvo origen en el suroeste del país, donde la caída súbita de generación, probablemente en plantas solares, provocó inestabilidad en el sistema. Esto llevó a una desconexión automática con Francia, afectando la red interconectada. No obstante, aún no se han identificado las causas exactas del fallo, según explicó Eduardo Prieto, responsable de operaciones del sistema de REE.
La repentina interrupción, que ocurrió cerca del mediodía del lunes, provocó una caída del 60% de la demanda eléctrica en España en apenas cinco segundos. La situación generó un debate sobre la fiabilidad de un sistema energético altamente dependiente de energías renovables, como la solar y la eólica, especialmente cuando se carece de infraestructura adecuada de almacenamiento.
La firma financiera RBC estimó que el impacto económico del apagón podría oscilar entre 2.250 y 4.500 millones de euros, y criticó la falta de previsión del gobierno español frente a los desafíos de una red energética moderna.
Durante el apagón, se declaró el estado de emergencia en varias regiones españolas, con el despliegue de 30.000 agentes de policía. En la estación de Atocha en Madrid, la Cruz Roja y las autoridades repartieron mantas y agua a los viajeros. Algunos, como Javier Díaz, un estudiante de 24 años que acababa de completar el Camino de Santiago, pasaron la noche en lugares improvisados como el Movistar Arena.
La falta de energía afectó también a bares y restaurantes, que perdieron mercancía tras más de ocho horas sin refrigeración. “Tememos que todo se eche a perder y no sabemos si el seguro cubrirá los daños”, lamentó María Luisa Piñol, propietaria de un local en Barcelona.
En Portugal, aunque con retrasos, también comenzaron a operar nuevamente los hospitales, aeropuertos, el metro de Lisboa y los trenes.
Expertos en ingeniería eléctrica recordaron que la combinación de fuentes intermitentes como el sol o el viento con centrales convencionales de gas o nuclear puede provocar fallos sistémicos cuando se pierde el equilibrio entre oferta y demanda. De hecho, más del 75% de la energía que España utilizaba al momento del apagón provenía de fuentes renovables, según datos de REE.